Harry y Meghan, en problemas: desde el visado del príncipe a la decepción de Netflix

Parecía que el 2025 iba a ser muy diferente cuando comenzó el año, con Meghan Markle volviendo a Instagram y prometiendo más contenido que iba a hacer las delicias de sus fans y con el príncipe Harry ganándole la batalla en los juzgados a los tabloides británicos y celebrando sus Juegos Invictus en Canadá. Todo parecía ir sobre ruedas para el matrimonio, a pesar de que tuviesen que arremangarse como el resto de su barrio para ayudar a la comunidad tras los incendios de California. Y, sin embargo, los duques de Sussex han visto como se ha ido desmoronando poco a poco el año en el que se cumplía un lustro desde que diesen el paso de abandonar la familia real británica.

Porque de alguna forma el Sussexit aún sigue dando algún que otro coletazo en sus vidas. Por ejemplo, no se entiende que el hijo pequeño de Carlos III de Inglaterra y Lady Di escribiese un libro autobiográfico sin haberse antes marchado de la protección de La Firma y Buckingham Palace, así como tampoco se explica sin él la imagen díscola que muchos tienen todavía de Meghan como responsable de la separación de sus vidas de la de los Windsor.

Y ello mismo es lo que ahora parece que les está persiguiendo, porque ambos problemas se les han juntado hasta el punto de que han crecido sin cesar los rumores sobre una posible crisis en el matrimonio o tener que irse de Estados Unidos. Porque si bien es cierto que su disputa con Donald Trump es vox populi, el mandatario norteamericano ha asegurado que no piensa hacer nada para echarlos del país. "Suficiente tiene con su mujer, es terrible", dijo acerca del príncipe.

No ha pensado así, por su lado, el juez Carl Nichols, nombrado juez de la Corte de Distrito de Estados Unidos para Columbia tras ser propuesto precisamente por Trump, que ha ordenado que antes de este martes se hagan públicos algunos de los documentos relativos a la solicitud de visado que realizó Harry cuando entró a vivir en Estados Unidos.

Y no deja de ser curioso que haya sido el mismo juez que ya rechazó en septiembre la demanda de la Fundación Heritage, un laboratorio de ideas de doctrinas ultraconservadora, contra el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en la que requerían publicar la totalidad de los documentos relativos al príncipe Harry y su entrada en el país, quien ahora haya estimado, tras un recurso de la sentencia por parte de la organización de derechas, que sí es de interés público y que, por tanto, debe darse a conocer parte —aunque por ahora se desconoce a qué documentos en particular se refiere— de la solicitud de visado del royal.

Porque la crisis migratoria y las deportaciones que fueron promesa electoral de Trump le pueden afectar gravemente si se confirma que mintió en su solicitud sobre el consumo de drogas, ya que en "la ley estadounidense suele considerar a una persona inadmisible para su entrada" en el país si hay pruebas concluyentes de que ha consumido sustancias alucinógenas en el pasado, algo que el propio Harry admitiría en sus memorias, En la sombra, y que podría conllevar que las autoridades actuasen al respecto.

¿Con amor, Meghan?

Pero los problemas de Montecito no se acaban ahí. Porque también hay que hablar de Con amor, Meghan, el regreso de la duquesa de Sussex a los laureles de Netflix. Una vuelta que, sin embargo, no ha sido en absoluto la esperada por el gigante del streaming, habida cuenta de los números que ha conseguido, los cuales, sin ser paupérrimos, han hecho reflexionar a la compañía sobre el contrato con Markle, aunque ya esté renovada por una segunda temporada.

No es solo las malas críticas que ha recibido de expertos en televisión de Variety, The Guardian o The Telegraph, o incluso desde las redes, donde se ha acusado a la duquesa de robar ideas de otros creadores de contenido sin ni siquiera mencionarlos, sino que, dada la forma de estrenar de la plataforma, con todos los capítulos de golpe, Con amor, Meghan no ha permanecido en el Top 10 de la plataforma ni una semana completa ni en Estados Unidos ni en Reino Unido, añadiendo que en otros países, como el nuestro, ni siquiera ha entrado en esos puestos.

Algo que ha hecho reflexionar, según explican desde Daily Mail, a los directivos de Netflix de cara a la segunda temporada. Según sus fuentes anónimas, las "expectativas no se están cumpliendo" con la pareja, con quienes la compañía firmó en 2021 un contrato de cinco años. "Su acuerdo preveía que tendrían tantas ideas que se convertirían en productores de contenido de calidad, como los Obama", aunque el resultado haya sido que, sin hablar de los Windsor, como sí hicieron con Oprah Winfrey en Harry y Meghan, los números no son para nada buenos.

Lo que nos lleva a los últimos acontecimientos: por un lado, desde The Mirror apuntan que Netflix podría "no renovar su multimillonario acuerdo" en caso de que hubiese algún divorcio, rumores que la propia Meghan se encargó de cortar de raíz con su publicación por el Día de San Valentín; pero, por otro, tampoco en su nuevo proyecto contará con su esposo.

Se trata de un nuevo programa de pódcast al que ha puesto por título Confesiones de una mujer emprendedora [en su original en inglés Confessions of a Female Founder], que ha grabado en secreto para Lemonada Media después de se terminase el acuerdo que tuvo con Spotify, si bien la dinámica será la misma: Meghan charlando con "mujeres increíbles que han convertido sus sueños en realidad y han pasado de pequeñas ideas a negocios con un éxito enorme".

"Se sinceran, comparten sus consejos, trucos (y tropiezos) y me dejan explorar sus ideas mientras yo misma desarrollo mi propio negocio, como siempre. Ha sido toda una revelación e inspiración para mí... ¡Y además muy divertido! (Porque, ¿de qué sirve toda esta aventura salvaje si no podemos pasarlo bien?)", ha añadido Meghan, así como que el estreno tendrá lugar el próximo 8 de abril.