Todo el mundo quiere huevos. La demanda mundial no deja de crecer. "El huevo está de moda, tiene unas excelentes propiedades nutricionales", asegura la directora de la Federación Española de Empresas del Sector de la Producción de Huevos y Ovoproductos (Federovo), Mari Luz de Santos. En 2023, fueron el alimento de la cesta de la compra cuyo consumo más creció en el conjunto de nuestro país, con un incremento del 8,7%.

Ahora mismo la demanda mundial de huevos es superior a la oferta

Crece la demanda y crece el precio. Denuncia la OCU que en los supermercados los huevos han subido hasta un 25,2% en las últimas dos semanas. Según informes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el precio en origen de los huevos ha aumentado cerca del 30%.

Últimamente, las empresas productoras españolas observan "cierta tensión" en el mercado, según Federovo. La razón sería un desajuste entre la oferta y una creciente demanda a la que debe hacer frente el sector. Y ese aumento de la demanda ocurre en todas partes. Ahora mismo la demanda mundial de huevos es superior a la oferta.

Europa sacrifica millones de gallinas

En Estados Unidos, por culpa del virus de la gripe aviar, se supone que sólo por eso, hay escasez de huevos y Donald Trump está llamando a las puertas de Europa pidiendo huevos. Más allá de aranceles y conflictos geopolíticos (Groenlandia), atender la petición del presidente de EEUU no es fácil. Si ese país debe abastecer a alrededor de 350 millones de personas (tras sacrificar unos 50 millones de gallinas en los últimos meses), en la UE hay 450 millones de habitantes.

Además, la gripe aviar también está afectando a la capacidad productiva de las granjas europeas. Desde octubre de 2024 se han sacrificado entre 12 y 14 millones de gallinas. España, en cambio, no tiene ningún caso del virus y es un importante productor en la UE, con el 14 % del volumen total.

Gallinas para reducir el desperdicio de alimentos

Si la demanda crece tanto y el sacrificio de gallinas se extiende por culpa del virus de esa gripe, tal vez haya que poner en casa... una gallina. En Francia y Bélgica llevan tiempo haciéndolo.

Cuenta BBC News que, en 2015, la pequeña localidad francesa de Colmar, en el noreste del país, empezó a regalar gallinas a sus habitantes. Era parte del plan puesto en marcha por el departamento de recogida de residuos para reducir el desperdicio de alimentos. Se animó a los residentes a criar una gallina y a cambio tendrían huevos gratis. Lo mismo se hizo en la localidad de Pincé.

Más de 200 hogares de cuatro municipios se inscribieron y recibieron dos gallinas cada uno. El proyecto fue un éxito y sigue en marcha. "A lo largo de los años se han ido sumando otros municipios, y desde 2022 participan 20 municipios", explica Eric Straumann, actual alcalde de Colmar.

Hasta la fecha, se han repartido 5.282 gallinas entre los residentes locales y ya están abiertas las solicitudes para la próxima ronda de distribución, que será en junio. "Calculamos que hemos evitado 273,35 toneladas de biorresiduos [desde 2015]", afirma Straumann.

Bélgica también lo ha hecho. Han repartido gallinas en las ciudades de Mouscron y Amberes y en la provincia de Limburgo. Tras comprometerse a no comérselas en al menos dos años, más de 2.500 familias adoptaron gallinas en Limburgo. Tras el éxito del primer reparto, en Mouscron se repartieron otras 50 parejas de pollos.

Gallinas contra el metano

Esas gallinas pueden alimentarse con residuos alimentarios, que son los que más metano emiten a la atmósfera, debido a su rápida descomposición, recuerda la BBC. Aunque su vida en la atmósfera es más corta que la del dióxido de carbono (CO2), el metano tiene un impacto en el calentamiento global más de 80 veces superior en un periodo de 20 años.

Alrededor de un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o desperdicia en el mundo, lo que supone 1.300 millones de toneladas al año. La pérdida y el desperdicio de alimentos representan entre el 8% y el 10% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, lo que equivale a casi cinco veces las emisiones totales del sector de la aviación.

Ponga una gallina en casa... cumpliendo la ley

Es un buen plan, para el bolsillo de las familias y para el planeta, pero, en términos colectivos, ¿es seguro que cada uno alimente a un ave en casa con restos de cocina sin propagar enfermedades? ¿No es precisamente la extensión de la gripe aviar una razón de más para no tener gallinas en casa?

Aunque en pueblos y zonas rurales los huevos de autoconsumo existen desde siempre, poner una gallina en el hogar no es tan sencillo. En España, la nueva legislación, el Real Decreto 637/2021, de 27 de julio, impone requisitos administrativos y sanitarios.

Desde el 1 de enero de 2024, todas las explotaciones, también las de autoconsumo, deben inscribirse en el Registro General de Explotaciones Ganaderas. Así que todas las personas que tengan gallinas, incluidas las de consumo propio, están obligadas a registrarlas. Quien no cumpla puede enfrentarse a multas que van de los 600 a los 3.000 euros.

Además, hay que garantizar que los animales tengan buenas condiciones de vida. Para su bienestar, las gallinas deben tener acceso permanente a una cama adecuada, con suficiente agua y alimento.