España se lanza al incipiente campo de la computación cuántica, la tecnología que llega tras la inteligencia artificial
El Gobierno presenta su Estrategia para desarrollar esta tecnología, que contempla 808 millones de inversión directaBarcelona estrena el primer supercomputador cuántico de España con tecnología europea En materia de tecnologías emergentes, la inteligencia artificial generativa ya es presente. Está ya cerca, incluso, de su madurez. Pronto los adjetivos de revolucionaria, disruptiva o potencialmente peligrosa se los llevará la computación cuántica, que usa los secretos que este campo de la física para crear máquinas capaces de procesar información y resolver determinados problemas mucho más rápido que los ordenadores tradicionales. “Representa una oportunidad inmensa para el progreso social, la autonomía estratégica y la seguridad económica de Europa y de España”, ha afirmado este jueves el ministro para la Transformación Digital, Óscar López, durante la presentación de la Estrategia de Tecnologías Cuánticas 2025-2030, que guiará las apuestas de España en este sector en el próximo lustro y ha sido preparada en conjunto con el Ministerio de Ciencia. El plan prevé una inversión directa de 808 millones de euros, que el Ministerio prevé que se conviertan en un gancho para atraer al menos otros 700 millones procedentes de la inversión privada. Se suman a los 300 millones que el Gobierno ya ha destinado a esta tecnología desde 2020. Estos han vehiculado programas de investigación en las comunicaciones cuánticas y la instalación de dos computadores cuánticos en Barcelona (el primero de los cuales, de 30 qubits, ya está en marcha), que se suman a un tercero que la empresa IBM está construyendo en San Sebastián. Estos procesadores utilizan principios de la mecánica cuántica, como la superposición y el entrelazamiento, para realizar cálculos. A diferencia de las computadoras clásicas, que procesan información en bits (0 o 1), las computadoras cuánticas usan qubits, que pueden estar en múltiples estados a la vez. Esto les permite explorar muchas soluciones posibles al mismo tiempo y resolver ciertos problemas, como la factorización de grandes números o la simulación de moléculas, que requerirían decenas o incluso cientos de años de computación tradicional. “Durante mucho tiempo hablar de cuántica era hablar de ciencia ficción”, ha reconocido López. “Sonaba a un capítulo de Star Trek o Black Mirror. Pero las tecnologías cuánticas ya están aquí y han venido para quedarse. Sirven para aumentar la precisión de la navegación a un nivel nunca alcanzado gracias a los relojes cuánticos. También para acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos o para simular riesgos climáticos”, ha abundado. La computación cuántica también lleva aparejado un riesgo de seguridad evidente. Debido a sus capacidades, este tipo de computación tiene el potencial de resolver las barreras criptográficas que protegen la información y las comunicaciones actuales. Hasta ahora, este tipo cifrado ha entroncado la seguridad del mundo digital, pero el desarrollo de la cuántica los pone en duda. Esto ha disparado el interés militar en esta tecnología y la ha puesto en el centro de una batalla geoestratégica. “La carrera por la cuántica ya ha comenzado y muchos países buscan posicionarse fuera del multilateralismo. Europa puede y debe evitar una fragmentación que debilite la competitividad del bloque comunitario. Desde el Gobierno de España lo tenemos claro Queremos navegar la revolución cuántica con el barco de la Unión Europea”, ha indicado López a este respecto. La importancia de esa carrera se deja notar en las cifras de inversión que han llevado a cabo las principales economías de la UE, así como EEUU y China. La estrategia alemana, presentada en 2023, destinó una inversión de 3.000 millones de euros hasta 2026 con el objetivo de poner en marcha un computador cuántico de 100 qubits para ese año. La británica, también de 2023, contempla también 3.000 millones en un período de 10 años, mientras que la francesa incluye 1.000 millones hasta 2030. EEUU invierte unos 1.000 millones al año desde 2022 en tecnología cuántica, y China asegura haber comprometido unos 15.000. Una potencia en las comunicaciones Si la cuántica representa el mayor riesgo potencial para las comunicaciones, también lo es para la creación de nuevas medidas de seguridad basadas en ella. Por eso el Gobierno ha seleccionado las comunicaciones como uno de los focos de inversión de la nueva Estrategia. “España puede especializarse en sectores como el de las comunicaciones cuánticas, un área clave para proteger a sectores críticos como el sector financiero o el sector energético”, ha asegurado el ministro. Además de hacer de España “un referente” en este sector, el plan presentado hoy contempla otras seis prioridades. Entre ellas se encuentran la de potenciar el uso de estas tecnologías en las empresas españolas, demostrar el impacto de la sensórica y la metrología cuá

El Gobierno presenta su Estrategia para desarrollar esta tecnología, que contempla 808 millones de inversión directa
Barcelona estrena el primer supercomputador cuántico de España con tecnología europea
En materia de tecnologías emergentes, la inteligencia artificial generativa ya es presente. Está ya cerca, incluso, de su madurez. Pronto los adjetivos de revolucionaria, disruptiva o potencialmente peligrosa se los llevará la computación cuántica, que usa los secretos que este campo de la física para crear máquinas capaces de procesar información y resolver determinados problemas mucho más rápido que los ordenadores tradicionales.
“Representa una oportunidad inmensa para el progreso social, la autonomía estratégica y la seguridad económica de Europa y de España”, ha afirmado este jueves el ministro para la Transformación Digital, Óscar López, durante la presentación de la Estrategia de Tecnologías Cuánticas 2025-2030, que guiará las apuestas de España en este sector en el próximo lustro y ha sido preparada en conjunto con el Ministerio de Ciencia.
El plan prevé una inversión directa de 808 millones de euros, que el Ministerio prevé que se conviertan en un gancho para atraer al menos otros 700 millones procedentes de la inversión privada. Se suman a los 300 millones que el Gobierno ya ha destinado a esta tecnología desde 2020. Estos han vehiculado programas de investigación en las comunicaciones cuánticas y la instalación de dos computadores cuánticos en Barcelona (el primero de los cuales, de 30 qubits, ya está en marcha), que se suman a un tercero que la empresa IBM está construyendo en San Sebastián.
Estos procesadores utilizan principios de la mecánica cuántica, como la superposición y el entrelazamiento, para realizar cálculos. A diferencia de las computadoras clásicas, que procesan información en bits (0 o 1), las computadoras cuánticas usan qubits, que pueden estar en múltiples estados a la vez. Esto les permite explorar muchas soluciones posibles al mismo tiempo y resolver ciertos problemas, como la factorización de grandes números o la simulación de moléculas, que requerirían decenas o incluso cientos de años de computación tradicional.
“Durante mucho tiempo hablar de cuántica era hablar de ciencia ficción”, ha reconocido López. “Sonaba a un capítulo de Star Trek o Black Mirror. Pero las tecnologías cuánticas ya están aquí y han venido para quedarse. Sirven para aumentar la precisión de la navegación a un nivel nunca alcanzado gracias a los relojes cuánticos. También para acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos o para simular riesgos climáticos”, ha abundado.
La computación cuántica también lleva aparejado un riesgo de seguridad evidente. Debido a sus capacidades, este tipo de computación tiene el potencial de resolver las barreras criptográficas que protegen la información y las comunicaciones actuales. Hasta ahora, este tipo cifrado ha entroncado la seguridad del mundo digital, pero el desarrollo de la cuántica los pone en duda. Esto ha disparado el interés militar en esta tecnología y la ha puesto en el centro de una batalla geoestratégica.
“La carrera por la cuántica ya ha comenzado y muchos países buscan posicionarse fuera del multilateralismo. Europa puede y debe evitar una fragmentación que debilite la competitividad del bloque comunitario. Desde el Gobierno de España lo tenemos claro Queremos navegar la revolución cuántica con el barco de la Unión Europea”, ha indicado López a este respecto.
La importancia de esa carrera se deja notar en las cifras de inversión que han llevado a cabo las principales economías de la UE, así como EEUU y China. La estrategia alemana, presentada en 2023, destinó una inversión de 3.000 millones de euros hasta 2026 con el objetivo de poner en marcha un computador cuántico de 100 qubits para ese año. La británica, también de 2023, contempla también 3.000 millones en un período de 10 años, mientras que la francesa incluye 1.000 millones hasta 2030. EEUU invierte unos 1.000 millones al año desde 2022 en tecnología cuántica, y China asegura haber comprometido unos 15.000.
Una potencia en las comunicaciones
Si la cuántica representa el mayor riesgo potencial para las comunicaciones, también lo es para la creación de nuevas medidas de seguridad basadas en ella. Por eso el Gobierno ha seleccionado las comunicaciones como uno de los focos de inversión de la nueva Estrategia. “España puede especializarse en sectores como el de las comunicaciones cuánticas, un área clave para proteger a sectores críticos como el sector financiero o el sector energético”, ha asegurado el ministro.
Además de hacer de España “un referente” en este sector, el plan presentado hoy contempla otras seis prioridades. Entre ellas se encuentran la de potenciar el uso de estas tecnologías en las empresas españolas, demostrar el impacto de la sensórica y la metrología cuánticas (otro de los campos que está más cerca de llegar a la aplicación comercial) o seguir reforzando las capacidades en infraestructuras de investigación y desarrollo de especialistas en cuántica.
Estas prioridades giran en torno a cuatro objetivos estratégicos, que el Gobierno ha fijado en la transferencia de conocimiento entre el mundo de la investigación y el mercado; la creación de un mercado cuántico español; o la preparación de la sociedad para el cambio que se avecina.
“Se está invirtiendo como nunca en tecnologías concretas que van a hacer que nuestro país pueda llegar a tiempo a ese liderazgo en una tecnología disruptiva”, ha declarado la ministra de Ciencia, Diana Morant. “La ciencia está preparada para absorber esta intensidad de inversión y para asumir ese liderazgo en la transformación, porque ya contamos con grandes capacidades de partida”, ha recordado.