En Francia, intelectuales y artistas denuncian “silencio, negación o indiferencia por parte de la extrema izquierda frente al antisemitismo”
Eva Illouz, Georges Didi-Huberman, Daniel Cohn-Bendit, David Teboul, Ivan Jablonka y Ariane Mnouchkine, entre muchos otros, expresan su preocupación por la “explosión antisemita” y señalan que pensadores y académicos franceses minimizan las acciones terroristas de Hamas
El sábado 1, el diario francés Le Monde publicó una columna con la firma de un centenar de intelectuales y artistas franceses judíos y de izquierda, como la socióloga Eva Illouz, el filósofo Georges Didi-Huberman, la historiadora Annette Wieviorka, el sociólgo Luc Boltanski, la ensayista Judith Cohen Solal, el escritor e historiador Ivan Jablonka, la fotógrafa Sarah Moon, la cantante Talila y la directora teatral Ariane Mnouchkine donde se denuncia el silencio y la complicidad de la extrema izquierda frente a la “explosión antisemita” y la “deslegitimación” de Israel por parte de “intelectuales y pensadores con buena conciencia y virtud” en Francia. Para los firmantes, quienes habitualmente protestan contra el racismo no se pronuncian en contra de los ataques y episodios antisemitas en ese país.
“Nosotros, judíos con sensibilidades políticas diversas, pero todos de la amplia familia de la izquierda, queremos expresar nuestra consternación y nuestra indignación ante un antisemitismo que prospera, y esto entre aquellos que ayer fueron o pudieron ser nuestros aliados -comienza el comunicado-. Nos angustia ver a nuestros amigos y familiares temer por sus hijos cuando son insultados o amenazados en la escuela. […] Frente a las esvásticas y a las pintadas antisemitas en nuestras ventanas y buzones, solo hemos encontrado silencio, negación o indiferencia por parte de la extrema izquierda. Los abusos contra civiles y rehenes israelíes no parecen conmover a esta misma izquierda, que sin embargo profesa defender a la humanidad”.
La ola de antisemitismo en Francia se ha convertido en una constante desde hace varios años, en simultáneo con el ascenso de la extrema derecha, y se agravó tras el ataque terrorista de Hamas en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023. En 2024 el Consejo Representativo de Instituciones Judías en Franciase registró 1574 denuncias de agresiones y actos antisemitas (en 2023, habían sido 1676).
“Nos sorprende que la explosión antisemita que vive nuestro país desde el 7 de octubre de 2023 no inquiete a quienes habitualmente protestan contra el racismo. Desde el asesinato de Ilan Halimi en 2006 y de los niños de la escuela Ozar Hatorah en Toulouse en 2012, sabemos que el antisemitismo mata en Francia”, prosigue la carta pública que también lleva la firma del actor y productor Michel Hazanavicius, los filósofos Jean-Jacques Fouché y Stéphanie Roza, la escritora Agnès Desarthe, el político y activista Daniel Cohn-Bendit, los historiadores Benjamin Stora y Judith Lyon-Caen, la sobreviviente de Auschwitz Esther Senot y el director cinematográfico David Teboul, entre otros.
“Nos habíamos acostumbrado a ver las redes sociales convertidas en cloacas del odio antijudío, nos habíamos resignado a chistes nauseabundos que pasan por humor. Pero nada nos había preparado a nosotros, judíos de izquierda, para la abierta deserción de intelectuales y pensadores con buena conciencia y virtud, quienes, en lugar de luchar con nosotros por la paz, nos aislaron y estigmatizaron”, observan los firmantes, que además señalan que la palabra “sionista” se ha convertido en un insulto. “Hoy en día solo a los judíos que se declaran ‘antisionistas’ se les perdona ser judíos -observan-. Muy parecido a lo que ocurrió en la Europa medieval, donde a los judíos se les pedía que renunciaran a su fe”.
“¿Cómo llegó una parte de la izquierda a deslegitimar el único Estado judío del mundo? En la posguerra se redibujaron muchas fronteras en Asia, Europa y Oriente Próximo. Israel formaba parte de este vasto movimiento y surgió al amparo del derecho internacional, en un territorio más pequeño que Bretaña”, recuerdan.
“Deslegitimar a Israel es negar a estos refugiados y a sus descendientes el derecho a vivir”, remarcan los intelectuales franceses y judíos de izquierda. “Confundir a Israel con sus asentamientos ilegales es, una vez más, convertir a los judíos, a todos los judíos, en los principales culpables de la historia. Nos asombra que los progresistas, que denuncian el aterrador número de civiles muertos y heridos en Gaza, un número que nos horroriza tanto como a ellos, se olviden de denunciar a Hamas. Podemos expresar nuestra consternación por la destrucción de Gaza y ver a Hamas como lo que es: un movimiento terrorista. Un movimiento que tolera la violación como arma de guerra, que se empeña en tomar rehenes, incluidos niños pequeños y ancianos, que filma sus actos terroristas como hazañas heroicas y que, en la propia Gaza, tortura y asesina a sus oponentes, somete a las mujeres y condena a muerte a los homosexuales”.
Se remarca que Hamas “ha declarado repetidamente sus intenciones exterminadoras hacia los judíos y los israelíes”. “Nos asombra que profesores que ocupan prestigiosas cátedras minimicen o ignoren la naturaleza de Hamás y sus acciones. ¿O que otros, como el ex presidente de Médicos Sin Fronteras, con ocasión del 80° aniversario de la liberación de Auschwitz, digan que ‘el recuerdo de Auschwitz parece una especie de escupitajo en la cara de los palestinos’? Seamos claros: esta no es una izquierda que quiera la paz. Se alimenta del odio y lo alimenta; fomenta el rechazo y las divisiones, orgullosa de su virtud simplista y de su lectura unívoca de una historia compleja”.
“Frente a las intolerables amenazas de Trump de una limpieza étnica de los gazatíes, esta izquierda no tiene ninguna esperanza ni solución que ofrecer; solo puede cultivar la hostilidad de dos pueblos en lugar de ayudarles a superar la radicalización de todas las posiciones. Bajo la apariencia de ‘antisionismo’, alimenta el antisemitismo y acelera ante nuestros ojos el triunfo mortal de los extremistas. Una vez más, los judíos se encuentran en el centro de la crisis de la República y de sus valores universales. No querían desempeñar este papel, pero está claro que el futuro moral y político de nuestra sociedad vuelve a estar en juego a través de la cuestión judía”, concluyen.