El síndrome de la página «Sobre mí»: Por qué escribir sobre ti mismo es tan difícil (y cómo solucionarlo)
Llevo exactamente 365 días intentando escribir la página «Sobre mí» de mi web. Un año entero. He escrito copy para marcas que facturan millones, he ideado campañas para Black Friday en los que la marca se jugaba gran parte de la facturación del año, he revisado el copy de empresas con las que siempre había… Leer más... The post El síndrome de la página «Sobre mí»: Por qué escribir sobre ti mismo es tan difícil (y cómo solucionarlo) appeared first on Maïder Tomasena.

Llevo exactamente 365 días intentando escribir la página «Sobre mí» de mi web.
Un año entero.
He escrito copy para marcas que facturan millones, he ideado campañas para Black Friday en los que la marca se jugaba gran parte de la facturación del año, he revisado el copy de empresas con las que siempre había soñado trabajar.
Pero escribir mi propia historia en plena transición de marca en la que he estado inmersa… buff…. eso es otra cosa.
La he escrito 43 veces. La he borrado 43 veces. Y en ese proceso me he acordado de algo que comparte cualquier persona que se enfrenta a ese momento en el que tiene que escribir sobre ella.
Lo llaman PESADILLA.
Otros, el cuento de NUNCA ACABAR.
¿Por qué? Porque estamos atrapados entre dos miedos paralizantes:
El miedo a sonar demasiado egocéntricos: «¡Mírame, soy increíble!»
Y el miedo a sonar completamente irrelevante: «¿A quién le importa mi historia?»
Así que hoy voy a revelarte el sistema que suelo recomendar para superar este bloqueo. Voy a mostrarte cómo escribir sobre ti o tu negocio con una personalidad tan genuina que tu texto sea imposible de ignorar.
Porque el problema no es que no sepas escribir.
El problema es que estás intentando escribir como alguien que no eres.
EL SÍNDROME DE LA PERSONALIDAD CORPORATIVA
En cada formación que imparto, lo veo. Personas brillantes, con historias fascinantes y perspectivas únicas que, al sentarse frente a un teclado, sufren una transformación terrible.
De repente, empiezan a escribir como si fueran una marca que no son con todas esas capas de mensajes que no dicen nada y ahora con la IA esto es todavía peor:
«Somos un equipo apasionado que ofrece soluciones innovadoras y personalizadas para satisfacer las necesidades de nuestros clientes.»
«Nos especializamos en estrategias de alto impacto para negocios de todos los tamaños.»
¿Quién habla así en la vida real?
Si le dijeras a un amigo en un café: «Te ofrezco soluciones personalizadas para satisfacer tus necesidades», probablemente llamaría a seguridad.
El otro día trabajé con Laura, una psicóloga brillante especializada en trauma. Al pedirle que me describiera qué hace, me dijo:
«Proporciono servicios terapéuticos basados en la evidencia para facilitar la recuperación de experiencias traumáticas y fomentar la resiliencia.»
Luego le pedí que me explicara lo mismo como si estuviera hablando con una amiga que acaba de pasar por algo difícil. Su respuesta cambió:
«Ayudo a las personas a reconstruir su historia después de experiencias que las han quebrado. Les muestro que el trauma no tiene que ser la última página de su libro.»
La diferencia es abismal, ¿verdad?
La mayoría cree que sonar profesional significa sonar formal, técnico, distante. Yo siempre digo que sonar profesional es respetar el tiempo de tu cliente.
La gente no confía en instituciones. La gente confía en personas y me da igual si estamos hablando del B2B o B2C porque esto es así y ya te lo adelantaba en el KIT de tendencias de este año.
La razón por la que tantos luchan con todo esto que te acabo de contar es porque han caído en tres trampas mentales en las que yo caigo también cuando me despisto.
TRAMPA #1: LA BÚSQUEDA DE LA PERFECCIÓN PROFESIONAL
Un cliente mío, Isaac, es consultor de productividad. Durante meses, su web decía:
«Facilitamos la optimización de flujos de trabajo mediante metodologías ágiles y sistemas de gestión del tiempo.»
Un día le pregunté: «Si yo fuera tu cliente ideal y estuviera frente a ti, ¿cómo me explicarías lo que haces?»
Su respuesta fue totalmente diferente:
«Mira, tú eres brillante en lo que haces, pero tu día a día es un caos. Yo te ayudo a crear un sistema que se adapte a tu cerebro, no al revés, para que puedas hacer más en menos tiempo y sin la sensación constante de estar ahogándote en tareas.»
¿Ves la diferencia? El primero es lo que él creía que «debía» decir para sonar profesional. El segundo es lo que realmente quería decir.
Y adivina cuál conecta mejor con su audiencia.
TRAMPA #2: EL MIEDO AL JUICIO
Ana es coach de liderazgo para mujeres. Su bio original era impecable pero difícil de recordar:
«Soy coach certificada con más de 10 años de experiencia ayudando a profesionales a alcanzar su máximo potencial en entornos corporativos.»
Cuando profundizamos, descubrimos que lo que realmente la motivaba era su propia experiencia:
«Pasé 15 años siendo la única mujer en salas llenas de hombres que me interrumpían constantemente. Ahora enseño a otras mujeres a hacerse escuchar sin tener que gritar ni convertirse en alguien que no son.»
Ana tenía miedo de que su historia personal fuera «demasiado». Que no parecería profesional. Que alejaría a potenciales clientes.
Lo que descubrió fue lo contrario. Cuando finalmente se atrevió a contar su verdad, sus solicitudes de consulta se duplicaron.
TRAMPA #3: LA ILUSIÓN DE LA NEUTRALIDAD
Carlos es experto en marketing digital. Su web estaba llena de frases como:
«Implementamos estrategias digitales orientadas a resultados con un enfoque centrado en datos.»
Cuando le pregunté su verdadera opinión sobre el marketing actual, su rostro cambió completamente:
«El 90% del marketing digital que ves hoy es basura. Empresas gastando miles en tácticas sin estrategia, como un adolescente con la tarjeta de crédito de sus padres. Yo enseño a hacer marketing como un adulto: con propósito, medición y sin desperdiciar un céntimo.»
Carlos creía que para atraer a todo el mundo, tenía que ser neutral. No ofender a nadie.
Lo que no entendía es que al intentar agradar a todos, terminaba sin impactar a nadie.
Y como estas historias te podría contar centenares que he leído en las últimas semanas en la Lavandería Creativa de personas que, cuando hablan de su marca, se quedan en la superficie y no comparten lo que les gustaría de la misma forma que lo harían si tuvieran a alguien en frente.
Así que aquí te dejo 3 principios que tú también puedes aplicar hoy mismo si te sientes en esta tesitura:
PRINCIPIO #1: REGULA EL TONO SEGÚN TU MARCA, NO SEGÚN TUS NERVIOS
El mayor error es confundir «personalidad» con «informalidad».
La personalidad no significa hablar como un adolescente ni usar jerga innecesaria. Significa dejar que tu autenticidad brille a través de tus palabras.
→ Ejemplo de tres tonos diferentes para el mismo mensaje, todos con personalidad:
FORMAL CON PERSONALIDAD (para una firma de abogados): «Navegamos la complejidad legal para que usted pueda centrarse en lo que importa. No ofrecemos solo servicios legales; ofrecemos tranquilidad en un mundo donde las leyes cambian constantemente.»
PROFESIONAL CON CALIDEZ (para un consultor): «Convierto datos confusos en estrategias claras. Mis clientes me dicen que mi mayor valor es traducir lo complejo a decisiones concretas que pueden implementar al día siguiente.»
CERCANO Y DIRECTO (para un coach): «No soy el típico coach que te va a prometer el cielo y las estrellas. Soy la persona que te dice lo que nadie se atreve, te desafía cuando te autoengañas y celebra contigo cuando finalmente rompes tus barreras.»
Todos estos ejemplos tienen personalidad, pero adaptada al contexto. No se trata de ser informal; se trata de ser tú o lo que es la organización que representas si lo tuyo es trabajar para una empresa.
PRINCIPIO #2: HABLA DESDE TU EXPERIENCIA, NO DESDE GENERALIDADES
Las generalidades son el gran enemigo de la personalidad.
Cuando escribes «Ayudamos a las empresas a crecer», no estás diciendo nada.
Cuando escribes «Después de ver a 50 startups fracasar por el mismo error, desarrollé un método para asegurarme de que mi cliente número 51 no corriera la misma suerte», estás diciendo algo memorable.
María es nutricionista. Su antiguo texto decía:
«Ofrezco planes nutricionales personalizados para mejorar la salud y el bienestar.»
Su nuevo texto dice:
«Después de 12 años viendo dietas que funcionan en papel pero fracasan en la vida real, diseñé un sistema nutricional que se adapta a tu cocina pequeña, a tu agenda imposible y a ese antojo de chocolate que aparece a las 10 de la noche.»
La diferencia es que el segundo texto viene de su experiencia real. No son palabras vacías; son lecciones aprendidas.
PRINCIPIO #3: EL TEST DE LA CONVERSACIÓN REAL
Este es mi método infalible para saber si tu texto tiene personalidad o es pura palabrería corporativa.
Imagina que estás en un evento de networking. Alguien se acerca y te pregunta: «¿A qué te dedicas?»
Si te daría vergüenza responder exactamente lo que has escrito en tu web, entonces necesitas reescribirlo.
Juan es consultor de recursos humanos. Cuando le apliqué este test, se quedó petrificado. Se dio cuenta de que jamás le diría a alguien en persona:
«Facilito la optimización del capital humano mediante estrategias integradas de gestión de talento.»
En cambio, lo que realmente dice en esas situaciones es:
«Ayudo a empresas que están creciendo tan rápido que su cultura se está resquebrajando. Les muestro cómo contratar a las personas adecuadas y crear un ambiente donde quieran quedarse.»
Este simple test revolucionó su comunicación.
Escribir con personalidad no es un lujo. Es una necesidad estratégica.
Y ahora que tenemos a la IA hasta en la sopa, es más importante que nunca trabajar tu personalidad para no caer en la plaga de mensajes repetitivos y genéricos que está asaltando Internet.
Y no es que no puedas usar la IA para escribir con personalidad. De hecho, para redactar mi nueva web, ha sido mi gran aliada creativa.
El problema está en cómo estamos usando esta tecnología, en cómo se sacrifica el criterio por la velocidad.
Cuando lo único que necesitas, en realidad, es entender qué es eso que te hace único y comunicárselo a la IA, para que esta te ayude a amplificar hasta límites que ni te imaginas, tu universo de marca propio.
Justo de esto va la primera clase del curso gratis de 5 días que he creado para enseñarte a escribir con IA, sin que huela a IA. Para que aprendas a potenciar tu autenticidad con esta tecnología, no a diluirla.
Lo he visto una y otra vez. Cuando las personas descubren su voz auténtica y luego aprenden a comunicarla a la IA con instrucciones específicas y ejemplos concretos, los resultados son asombrosos. Obtienen textos que suenan a ellos, pero mejor estructurados. Más claros. Más potentes.
Si tú quieres comprobarlo con tus propios ojos, echa un vistazo a mi curso gratuito.
Aunque, antes de que te vayas, me gustaría saber de ti: ¿qué es lo que más te cuesta al intentar que la IA escriba con tu voz? Cuéntamelo en los comentarios y veamos cómo podemos resolverlo juntos.
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