El detenido por matar a su suegro en un pueblo de Granada, condenado por quebrantar la orden de alejamiento de su mujer
Este jueves ingresó en prisión provisional y este viernes ha sido condenado. Pero no porque la justicia funcione a velocidad de vértigo, sino porque se le acumulan causas. El protagonista de esta noticia es el hombre que el pasado 10 de marzo fue juzgado por una supuesta agresión a su mujer en el pueblo granadino de Guadahortuna y que, justo el día del juicio rápido, en el que se decretó contra él una orden de alejamiento, se peleó, junto a sus padres, con la familia de la mujer. El padre de ésta falleció por herida de arma blanca. En su situación de prisión provisional, en la que también están sus padres, el hombre ha recibido este viernes 14 de marzo la noticia de que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Granada , en otro juicio rápido, le ha condenado a seis de meses de prisión por quebrantar la medida de alejamiento y comunicación a su mujer que se le impuso. Los tres presuntos autores de este crimen están investigados por la presunta comisión de un delito de homicidio y otro de lesiones -a dos familiares de la mujer que denunció la agresión machista inicial- y el Juzgado de Instrucción número 6 de Granada acordó ayer su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. En una comparecencia judicial celebrada en la mañana de ayer jueves en el Juzgado de Violencia número 2, el detenido admitió haber amenazado por teléfono a su mujer y se conformó con la pena de seis de meses, que ya ha empezado a cumplir en un centro penitenciario. Obviamente, se sumaría a la que le caería en caso de ser declarado culpable de homicidio y lesiones. Como ya se ha dicho, el delito de quebrantamiento se había producido pocas horas después de que el Juzgado de Violencia acordara la medida cautelar de alejamiento de 500 metros y prohibición de comunicación con su pareja. Las medidas cautelares fueron solicitadas por el ministerio fiscal y acordadas por el juez pese a que la mujer no quiso denunciar a su marido ni declarar en sede judicial. Fue una actuación de oficio de la Guardia Civil la que llevó el caso al juzgado de Granada.
Este jueves ingresó en prisión provisional y este viernes ha sido condenado. Pero no porque la justicia funcione a velocidad de vértigo, sino porque se le acumulan causas. El protagonista de esta noticia es el hombre que el pasado 10 de marzo fue juzgado por una supuesta agresión a su mujer en el pueblo granadino de Guadahortuna y que, justo el día del juicio rápido, en el que se decretó contra él una orden de alejamiento, se peleó, junto a sus padres, con la familia de la mujer. El padre de ésta falleció por herida de arma blanca. En su situación de prisión provisional, en la que también están sus padres, el hombre ha recibido este viernes 14 de marzo la noticia de que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Granada , en otro juicio rápido, le ha condenado a seis de meses de prisión por quebrantar la medida de alejamiento y comunicación a su mujer que se le impuso. Los tres presuntos autores de este crimen están investigados por la presunta comisión de un delito de homicidio y otro de lesiones -a dos familiares de la mujer que denunció la agresión machista inicial- y el Juzgado de Instrucción número 6 de Granada acordó ayer su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. En una comparecencia judicial celebrada en la mañana de ayer jueves en el Juzgado de Violencia número 2, el detenido admitió haber amenazado por teléfono a su mujer y se conformó con la pena de seis de meses, que ya ha empezado a cumplir en un centro penitenciario. Obviamente, se sumaría a la que le caería en caso de ser declarado culpable de homicidio y lesiones. Como ya se ha dicho, el delito de quebrantamiento se había producido pocas horas después de que el Juzgado de Violencia acordara la medida cautelar de alejamiento de 500 metros y prohibición de comunicación con su pareja. Las medidas cautelares fueron solicitadas por el ministerio fiscal y acordadas por el juez pese a que la mujer no quiso denunciar a su marido ni declarar en sede judicial. Fue una actuación de oficio de la Guardia Civil la que llevó el caso al juzgado de Granada.
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