El cuerpo del Papa viaja de Santa Marta a San Pedro para exhibirse tres días ante los fieles

Una procesión ha llevado al pontífice desde la residencia en la que falleció hasta la basílica de San Pedro, que permanecerá abierta este miércoles y jueves hasta la medianoche, y el viernes hasta las siete de la tarde, para que las personas que se acerquen puedan verlo antes del funeral del sábadoEn 'procesión' fuera del Vaticano, sin zapatos rojos y dentro de un solo ataúd: el funeral de Estado del papa Francisco Cuando le preguntaron a Jorge Bergoglio por qué rechazó los lujosos aposentos papales para vivir en la modesta residencia de Santa Marta, explicó a los periodistas sonriendo: “Yo necesito interactuar con personas, hablar, estar con gente. Elijo vivir ahí por estrictas razones psicológicas”. Así, rodeado de gente, es como ha salido por última vez de la que fue su casa durante los últimos 12 años. Una procesión, encabezada por los cardenales que ya están en Roma para la elección de su sucesor, ha llevado el cuerpo del pontífice desde Santa Marta a la basílica de San Pedro, donde desde esta mañana permancerá durante tres días. Desde primera hora gran cantidad de fieles ya se agolpaban en la plaza a la espera del féretro. Procediamo in pace’, ha dicho el celebrante al micrófono, y es entonces cuando los cardenales se ponen en pie y salen, mientras suenan las campanas De San Pedro. Los asistentes en la plaza seguían desde las pantallas gigantes colocadas en la plaza los primeros movimientos en la capilla de Santa Marta. El féretro delante de un grupo de cardenales de rojo fulgurante. Y cuando comienzan a sonar los cantos en latín desde los altavoces muchos se santiguan, pero son pocas las voces que los siguen. La organización ha repartido un pequeño cancionero impreso entre los asistentes, pero salvo las monjas y sacerdotes repartidos entre la asistencia, el resto encuentra dificultades para seguirlo. Más que con canto, la plaza ha acompañado con silencio, salvo alguna voz que se arranca con los versos del misal. Otros comentaban por lo bajo por dónde entrará la comitiva a la plaza, y hay quien transmite en directo desde su móvil, dejando que desde la distancia se cuelen gritos de entusiasmo ajenos a la solemnidad del momento. Ha sido un camino breve acompañado por música desde la plaza Santa Marta a la plaza de los Protomártires Romanos. De ahí, a través del Arco de las Campanas, la pequeña multitud ha subido a la plaza de San Pedro y ha entrado en la Basílica Vaticana por la puerta central. “Estoy en primera fila” “Pippo, puedes venir hasta aquí? Estoy en primera fila. Ya llega”, le decía Ágata a su marido por teléfono. Ella fue de las primeras en llegar a la plaza esta mañana. Llegó en tren desde las afueras de Roma. Recordaba el adiós a Juan Pablo II, hace 20 años. “Entonces Había mucha más gente, casi no pudimos entrar”. Cuando el féretro se acerca, asoman unos tímidos aplausos. Agata suelta una lágrima. Perdón, es muy emocionante, se disculpa. Alguien le pone una mano en el hombro. No es su marido. Pippo no ha podido llegar. Junto a ella, una monja lloraba en silencio. Los cabellos grises escapan rebeldes de su velo. No se ha movido apenas. Cuando pasa el cuerpo De Francisco saca su móvil para tomar una foto. Y continúa llorando. Al intentar hablar con ella hace un gesto amable de negativa. Y se pierde entre la multitud que se dispersa rápidamente bajo el sol. Con las manos entrelazadas a la altura de la cintura, sosteniendo un rosario negro sobre la túnica blanca, y sin el característico calzado rojo de sus antecesores, sino con los sencillos zapatos negros que solía vestir. Así verán los fieles por última vez al papa Francisco en su féretro durante los próximos tres días. Este miércoles será posible desde las 11 de la mañana y hasta la medianoche. El jueves, desde las 7.00 hasta las 24.00, y el viernes la capilla ardiente cerrará sus puertas a las siete de la tarde.

Abr 23, 2025 - 08:56
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El cuerpo del Papa viaja de Santa Marta a San Pedro para exhibirse tres días ante los fieles

El cuerpo del Papa viaja de Santa Marta a San Pedro para exhibirse tres días ante los fieles

Una procesión ha llevado al pontífice desde la residencia en la que falleció hasta la basílica de San Pedro, que permanecerá abierta este miércoles y jueves hasta la medianoche, y el viernes hasta las siete de la tarde, para que las personas que se acerquen puedan verlo antes del funeral del sábado

En 'procesión' fuera del Vaticano, sin zapatos rojos y dentro de un solo ataúd: el funeral de Estado del papa Francisco

Cuando le preguntaron a Jorge Bergoglio por qué rechazó los lujosos aposentos papales para vivir en la modesta residencia de Santa Marta, explicó a los periodistas sonriendo: “Yo necesito interactuar con personas, hablar, estar con gente. Elijo vivir ahí por estrictas razones psicológicas”. Así, rodeado de gente, es como ha salido por última vez de la que fue su casa durante los últimos 12 años.

Una procesión, encabezada por los cardenales que ya están en Roma para la elección de su sucesor, ha llevado el cuerpo del pontífice desde Santa Marta a la basílica de San Pedro, donde desde esta mañana permancerá durante tres días. Desde primera hora gran cantidad de fieles ya se agolpaban en la plaza a la espera del féretro.

Procediamo in pace’, ha dicho el celebrante al micrófono, y es entonces cuando los cardenales se ponen en pie y salen, mientras suenan las campanas De San Pedro. Los asistentes en la plaza seguían desde las pantallas gigantes colocadas en la plaza los primeros movimientos en la capilla de Santa Marta. El féretro delante de un grupo de cardenales de rojo fulgurante. Y cuando comienzan a sonar los cantos en latín desde los altavoces muchos se santiguan, pero son pocas las voces que los siguen. La organización ha repartido un pequeño cancionero impreso entre los asistentes, pero salvo las monjas y sacerdotes repartidos entre la asistencia, el resto encuentra dificultades para seguirlo.

Más que con canto, la plaza ha acompañado con silencio, salvo alguna voz que se arranca con los versos del misal. Otros comentaban por lo bajo por dónde entrará la comitiva a la plaza, y hay quien transmite en directo desde su móvil, dejando que desde la distancia se cuelen gritos de entusiasmo ajenos a la solemnidad del momento.

Ha sido un camino breve acompañado por música desde la plaza Santa Marta a la plaza de los Protomártires Romanos. De ahí, a través del Arco de las Campanas, la pequeña multitud ha subido a la plaza de San Pedro y ha entrado en la Basílica Vaticana por la puerta central.

“Estoy en primera fila”

“Pippo, puedes venir hasta aquí? Estoy en primera fila. Ya llega”, le decía Ágata a su marido por teléfono. Ella fue de las primeras en llegar a la plaza esta mañana. Llegó en tren desde las afueras de Roma. Recordaba el adiós a Juan Pablo II, hace 20 años. “Entonces Había mucha más gente, casi no pudimos entrar”. Cuando el féretro se acerca, asoman unos tímidos aplausos. Agata suelta una lágrima. Perdón, es muy emocionante, se disculpa. Alguien le pone una mano en el hombro. No es su marido. Pippo no ha podido llegar.

Junto a ella, una monja lloraba en silencio. Los cabellos grises escapan rebeldes de su velo. No se ha movido apenas. Cuando pasa el cuerpo De Francisco saca su móvil para tomar una foto. Y continúa llorando. Al intentar hablar con ella hace un gesto amable de negativa. Y se pierde entre la multitud que se dispersa rápidamente bajo el sol.

Con las manos entrelazadas a la altura de la cintura, sosteniendo un rosario negro sobre la túnica blanca, y sin el característico calzado rojo de sus antecesores, sino con los sencillos zapatos negros que solía vestir. Así verán los fieles por última vez al papa Francisco en su féretro durante los próximos tres días. Este miércoles será posible desde las 11 de la mañana y hasta la medianoche. El jueves, desde las 7.00 hasta las 24.00, y el viernes la capilla ardiente cerrará sus puertas a las siete de la tarde.

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