La imagen que siempre muestra Chidera Ejuke es de felicidad. Como si todo estuviese bien a todas las horas del día. Incluso cuando su equipo, en algún momento del partido lo pasa mal, su rostro nunca deja entrever enfado. Quizás un poco de frustración, hasta que rápidamente se le olvida y vuelve a enseñar esa alegría contagiosa que deja fluir a través de su propio fútbol. Y eso que ha pasado uno de esos momentos duros que hacen que los futbolistas deban asumir el riesgo de su profesión. La rotura en los isquiotibiales sufrida en el mes de octubre frenó una progresión que parecía por entonces imparable, con muchos expertos hablando del fichaje de LaLiga hasta esa fecha. Su tremendo...
Ver Más