Diario de Yucatán: Un siglo de orgullo, legado y compromiso
Celebramos no sólo un siglo de historia, sino también un futuro con dirección, principios y la convicción de seguir haciendo periodismo serio.

El próximo 31 de mayo, Diario de Yucatán alcanzará una cifra emblemática: 100 años de historia. Un siglo de vida que no sólo representa longevidad, sino también resistencia, adaptación y compromiso inquebrantable con los principios que han guiado su labor desde 1925: prensa libre, confianza, veracidad, evolución e independencia.
La campaña conmemorativa de este centenario tiene un propósito claro: celebrar la historia y evolución de un medio que ha acompañado a la sociedad yucateca durante generaciones, pero también proyectar su visión hacia el futuro. Para el equipo Diario de Yucatán, llegar a los 100 años no es simplemente un logro numérico; es el reflejo de una institución profundamente arraigada en el acontecer y la identidad del estado. Este sentimiento se alimenta de una historia llena de retos y transformaciones. Desde sus inicios en una Mérida marcada por profundos cambios sociales, políticos y culturales, el Diario ha sido testigo y protagonista de las más importantes coyunturas del estado y del país.
Hitos de una historia ejemplar
A lo largo de su historia, Diario de Yucatán ha atravesado momentos complejos. “Nuestro valor más representativo es la independencia. Hemos pasado por cierres, bloqueos y hechos que hacen de esta casa editorial la más representativa en su giro. Nuestra cobertura ha visto el desarrollo económico de Yucatán, la modernización del periodismo local, y más recientemente, la transformación digital y multicanal que nos coloca hoy como referente regional con alcance global”, recuerdan.
Entre los hitos más relevantes destacan la consolidación del periódico como el principal referente informativo de la región, la modernización de sus procesos editoriales y, en las últimas décadas, la transición hacia un modelo digital y multicanal que ha permitido expandir su alcance a nivel global.
El medio ha sido una voz clave en el desarrollo económico de Yucatán, una plataforma para la discusión política y un espejo fiel de la evolución cultural de la región. Su rol como garante de la memoria histórica lo coloca en un lugar privilegiado en el ecosistema de medios de comunicación del país.
Periodismo con propósito
En ese sentido, uno de los principales pilares del Diario ha sido, desde siempre, el compromiso con una prensa libre y ética. “Son valores innegociables. Diario de Yucatán ha sabido defender su independencia editorial frente a todo tipo de presiones, construyendo credibilidad a través de hechos comprobables, opiniones diversas y una posición institucional clara. Hoy, como hace 100 años, nuestra mayor fortaleza es la credibilidad de nuestros lectores”.
En un entorno mediático cada vez más polarizado, la apuesta por el rigor informativo y la responsabilidad se vuelve aún más crucial. “Priorizamos la veracidad de los hechos, nos negamos a navegar en trincheras ideológicas para poder seguir informando con la responsabilidad que la sociedad requiere y demanda”.
Este posicionamiento ético también se refleja en la forma en que el Diario enfrenta el fenómeno de la desinformación. En una era marcada por las fake news, la verificación de datos, el contexto y el análisis profundo son herramientas fundamentales en su cobertura diaria.
Asimismo, el siglo XXI ha sido testigo de una transformación vertiginosa en los hábitos de consumo de noticias. Las audiencias hoy se informan desde sus dispositivos móviles, en formatos breves, visuales e interactivos.
Diario de Yucatán no sólo ha comprendido este cambio, sino que ha sabido anticiparse. Hoy, el Diario es un medio multiplataforma que llega a sus lectores a través del papel, la web, redes sociales, aplicaciones móviles, podcasts y newsletters. Esta diversificación no sólo responde a la evolución tecnológica, sino también al objetivo de seguir presentes en la vida cotidiana de sus lectores, en el formato que cada uno prefiera.
La celebración de los 100 años del Diario no es una mirada nostálgica al pasado, sino una reafirmación de su vocación de servicio a la sociedad. Su legado se construyó sobre una base de principios sólidos y una ética periodística férrea, pero su vigencia está ligada a su capacidad de evolucionar con el mundo.