Día del celíaco: síntomas, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad

La celiaquía, también conocida como enfermedad celíaca, es una afección crónica del sistema inmunológico que afecta al intestino delgado y se desencadena por el consumo de gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada, el centeno y derivados.

Cada 5 de mayo se conmemora el Día Internacional del Celíaco, una fecha destinada a visibilizar esta condición, generar conciencia en la sociedad y promover una mejor inclusión alimentaria para quienes conviven con esta enfermedad.

¿Qué es la celiaquía?

La celiaquía es una enfermedad autoinmune que se activa cuando una persona genéticamente predispuesta consume alimentos con gluten. El sistema inmunológico reacciona dañando las vellosidades del intestino delgado, lo que afecta la absorción de nutrientes esenciales como el hierro, el calcio o las vitaminas del complejo B.

Importancia del diagnóstico precoz

La celiaquía no tiene cura, pero puede controlarse completamente mediante una alimentación libre de gluten de por vida. Por eso, el diagnóstico temprano es clave para evitar complicaciones a largo plazo.

¿Cuáles son los síntomas de la celiaquía?

Los síntomas pueden variar ampliamente entre personas adultas y niños, y en muchos casos son inespecíficos. Algunos celíacos incluso son asintomáticos y reciben el diagnóstico por estudios realizados por otros motivos.

Síntomas comunes en adultos:

• Diarrea crónica o estreñimiento

• Distensión abdominal

• Fatiga persistente

• Dolor abdominal

• Pérdida de peso sin causa aparente

• Anemia por deficiencia de hierro

• Dolor óseo o articular

• Infertilidad o abortos recurrentes

• Erupciones cutáneas (dermatitis herpetiforme)

Síntomas comunes en niños:

• Retraso en el crecimiento

• Irritabilidad

• Náuseas y vómitos

• Diarrea crónica

• Abdomen prominente

¿Cómo se diagnostica la celiaquía?

Diagnosticar la celiaquía puede ser un proceso complejo, ya que los síntomas varían ampliamente y a menudo se confunden con otras enfermedades digestivas o autoinmunes. Sin embargo, seguir un protocolo médico adecuado permite obtener un diagnóstico confiable y evitar complicaciones futuras.

1. No suspender el gluten antes del estudio

Uno de los errores más comunes es iniciar una dieta sin gluten antes del diagnóstico, lo que puede falsear los resultados. Para que los estudios sean precisos, es fundamental mantener una alimentación normal, con gluten, hasta que el médico indique lo contrario.

2. Estudios serológicos (análisis de sangre)

El primer paso es realizar un análisis de sangre para detectar anticuerpos específicos que se elevan cuando el cuerpo reacciona negativamente al gluten. Los más utilizados son:

• Anticuerpos anti-transglutaminasa IgA

• Anticuerpos anti-endomisio (EMA)

• Anticuerpos antigliadina (menos específicos, pero aún se usan en ciertos casos)

También se evalúa el nivel de inmunoglobulina A total (IgA), ya que un déficit de esta proteína puede interferir con los resultados.

3. Biopsia intestinal

Si los análisis serológicos son positivos (o si hay fuerte sospecha clínica), se realiza una endoscopía digestiva alta con biopsia del intestino delgado. Este procedimiento permite analizar las vellosidades intestinales, que en personas celíacas aparecen aplanadas o dañadas.

La biopsia es el estudio confirmatorio por excelencia y permite clasificar el grado de lesión según la escala de Marsh.

4. Estudios genéticos (opcional)

En algunos casos, especialmente en familiares de celíacos, se solicitan estudios genéticos para detectar los haplotipos HLA-DQ2 y HLA-DQ8, que están presentes en casi el 100% de los pacientes celíacos. No confirman el diagnóstico por sí solos, pero sirven para descartarlo si no están presentes.

Mitos comunes sobre la enfermedad celíaca

Mito 1: "La celiaquía es una moda"

Realidad: La celiaquía no es una tendencia ni una elección alimentaria. Es una enfermedad autoinmune seria y crónica. El tratamiento no es una dieta "fit" o "saludable", sino una dieta libre de gluten estricta y de por vida. Las personas celíacas no pueden hacer "excepciones" sin poner en riesgo su salud.

Mito 2: "Comer un poquito de gluten no hace daño"

Realidad: Incluso cantidades mínimas de gluten pueden desencadenar una respuesta inmune en personas celíacas, aunque no siempre produzcan síntomas inmediatos. La exposición continua, aunque sea leve, daña el intestino y puede generar complicaciones graves a largo plazo (osteoporosis, infertilidad, linfoma, entre otras).

 El gluten es una proteína que se encuentra de forma natural en ciertos cereales como el trigo, la cebada, el centeno y, en menor medida, en algunas variedades de avena (cuando no está certificada libre de gluten). 

Mito 3: "Si no tengo síntomas, no soy celíaco"

Realidad: Existen formas silenciosas o atípicas de celiaquía, donde el paciente no presenta síntomas digestivos pero sí otras manifestaciones (anemia, fatiga, problemas en la piel, etc.). Incluso algunos celíacos son completamente asintomáticos, pero igual sufren el daño intestinal. Por eso el diagnóstico debe hacerse con estudios específicos.

Mito 4: "La celiaquía se cura dejando de comer gluten"

Realidad: La celiaquía no se cura. La única forma de evitar sus efectos es mantener una dieta libre de gluten de forma permanente. Suspender la dieta o "probar" de nuevo alimentos con gluten puede reactivar la enfermedad y sus consecuencias.

Mito 5: "Puedo autodiagnosticarme dejando el gluten y viendo cómo me siento"

Realidad: Esto es muy riesgoso. El autodiagnóstico puede enmascarar los verdaderos síntomas, dar lugar a diagnósticos erróneos y dificultar la detección precisa. Además, muchas personas creen ser celíacas cuando en realidad pueden tener sensibilidad al gluten no celíaca o otro trastorno digestivo. El diagnóstico debe hacerse con estudios y supervisión médica.

Mito 6: "La avena es libre de gluten"

Realidad: La avena por sí sola no contiene gluten, pero suele estar contaminada con trigo u otros cereales con gluten durante su cultivo, procesamiento o transporte. Por eso, solo se debe consumir avena certificada sin TACC si está aprobada como apta para celíacos.

Mito 7: "Ser celíaco es solo no comer pan o fideos"

Realidad: El gluten puede encontrarse en muchísimos productos no evidentes, como embutidos, aderezos, caldos, golosinas, medicamentos, cosméticos, suplementos y más. Además, el principal riesgo para un celíaco no es solo el gluten visible, sino la contaminación cruzada, que puede ocurrir en utensilios o superficies.

Mito 8: "Las personas celíacas no pueden comer en restaurantes ni viajar"

Realidad: Aunque es más complejo, una persona celíaca puede llevar una vida social activa, viajar y comer afuera, siempre que tome precauciones, se informe y el entorno esté capacitado. En Argentina y otros países, cada vez más locales ofrecen menús sin TACC certificados.

Claves para convivir con la celiaquía

Vivir con celiaquía implica adoptar un estilo de vida libre de gluten en todos los aspectos. Aunque el cambio puede ser desafiante al principio, con el tiempo se vuelve una rutina natural.

1. Alimentación 100% libre de gluten

• Evitá todo producto que contenga trigo, avena (no certificada), cebada y centeno (TACC).

• Elegí alimentos certificados como "Sin TACC", con el logo oficial.

• Leé cuidadosamente las etiquetas de ingredientes y los alérgenos.

• Evitá la contaminación cruzada, especialmente al cocinar o comer fuera de casa.

2. Controles médicos regulares

• Realizá controles de seguimiento para evaluar tu estado nutricional y verificar la recuperación del intestino.

• En niños, es importante monitorear el crecimiento y el desarrollo.

3. Educación e información

• Informar a la familia, amigos, entorno laboral y escolar es clave para generar empatía y evitar riesgos.

• Consultá con un nutricionista especializado para asegurar una dieta equilibrada.

4. Apoyo emocional

• Un diagnóstico de celiaquía puede generar ansiedad o aislamiento. Es útil contar con redes de apoyo, grupos de celíacos o acompañamiento psicológico si fuera necesario.

¿Por qué se celebra el Día del Celíaco cada 5 de mayo?

El 5 de mayo se conmemora el Día Internacional del Celíaco con el objetivo de:

• Concientizar sobre la enfermedad celíaca y su impacto en la salud.

• Promover el acceso a alimentos libres de gluten seguros y accesibles.

• Fomentar la inclusión social y alimentaria de personas celíacas en todos los ámbitos (escolar, laboral, gastronómico).

• Impulsar políticas públicas para el diagnóstico precoz, etiquetado claro y tratamientos adecuados.

La celiaquía es una enfermedad que, aunque compleja, puede ser controlada eficazmente con una dieta adecuada y el acompañamiento médico necesario. Conocer los síntomas, realizar un diagnóstico certero y recibir apoyo del entorno son pilares clave para mejorar la calidad de vida de millones de personas celíacas.

Este 5 de mayo, informate, difundí y acompañá, porque una vida sin gluten también puede ser saludable y plena.