No hace mucho me topé fortuitamente con Felipe Castro, que fue gerente de la empresa pública de vivienda de Sevilla (Emvisesa) bajo el mandato de Juan Espadas y Antonio Muñoz. Castro era un arquitecto con experiencia en el sector público y el privado, que se topó con una empresa hundida por la anterior crisis del ladrillo y con un 25% de morosidad en los alquileres (uno de cada cuatro inquilinos tenía la costumbre de no pagar). Con el respaldo del PP adoptó medidas esenciales para reestructurar la deuda de la compañía e inició una modernización de la gestión bajo una premisa que repitió literalmente en diversos foros: «La promoción de vivienda pública por parte de la empresa municipal se debe...
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