Curar el cáncer: la revolución que viene más allá de la 'quimio'

Cada vez hay más casos de cáncer . Y no es solo la sensación de que todos conocemos a una o a varias personas cercanas que han pasado o están pasando por la enfermedad. En las últimas décadas, el número absoluto de tumores diagnosticados en España ha aumentado. Entre las causas está el aumento poblacional, el envejecimiento de la población (la edad es un factor de riesgo fundamental en el desarrollo del cáncer), la exposición a factores de riesgo (como el tabaco, el alcohol, la contaminación, la obesidad y el sedentarismo, entre otros muchos) y, en algunos tipos de cáncer, como el colorrectal y los de mama, cérvix o próstata, el aumento de la detección precoz. Estos cribados permiten detectar el cáncer en estadios más iniciales, lo que incrementa las posibilidades de curación. De hecho, la mortalidad por cáncer en nuestro país ha experimentado un fuerte descenso en las últimas décadas, reflejo de las mejoras en la supervivencia de los pacientes gracias a las actividades preventivas, las campañas de diagnóstico precoz, los avances terapéuticos, y, en hombres, la disminución de la prevalencia del tabaquismo. Este descenso de la mortalidad no se ha dado por igual en todos los tumores ni por sexo. El ejemplo más significativo es el cáncer de pulmón en mujeres , que ha sufrido un fuerte incremento en las últimas décadas, colocándose como el segundo tumor que más muertes causa entre las féminas, sólo por detrás del cáncer de mama , debido a la incorporación más tardía de la mujer al hábito tabáquico. En los hombres, sin embargo, la tendencia es descendente por el abandono del consumo de tabaco. En España, las tasas de supervivencia a cinco años tras el diagnóstico de cáncer varían según el tipo de tumor y el sexo del paciente. Según datos de la Red Española de Registros de Cáncer -Redecan-, la supervivencia neta a cinco años es del 55,3% en hombres y del 61,7%en mujeres. La supervivencia de los pacientes se ha duplicado en los últimos 40 años gracias a los avances de la investigación, que son la base para mejorar las técnicas de diagnóstico y los tratamientos. Hoy en día se busca dar al paciente un tratamiento a su medida para conseguir los mejores resultados posibles con la menor toxicidad y sin perder el tiempo en terapias que no van a funcionar. «Asistimos a un momento en el que hemos pasado del uso rutinario de tratamientos inespecíficos, que iban dirigidos a tratar el cáncer sin tener muy claro el mecanismo, por lo que en unos tumores funcionaba y en otros no, de matar moscas a cañonazos, a una era en la que empezamos a utilizar de forma rutinaria biomarcadores . Esto permite determinar dianas terapéuticas, que son accionables, para las cuales existe un medicamento u otra estrategia que permite actuar específicamente en ese tumor y no en otro», explica el doctor César A. Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Gracias a la combinación de un conocimiento cada vez más profundo de la biología del cáncer, una mejora constante de la tecnología para profundizar en los detalles de la enfermedad de cada persona, terapias a partir de células de los propios pacientes, y una visión más ampliada gracias a la inteligencia artificial , el tratamiento del cáncer camina hacia una medicina muy personalizada y que integre un gran número de variables para determinar la terapia más adecuada para cada persona en cada momento. «Aunque la percepción social es que estamos más o menos como siempre en el tratamiento del cáncer, la realidad es que las cosas han avanzado bastante. No quiere decir que las terapias mal llamadas convencionales ( cirugía, quimio y radio ) no tengan un papel en el tratamiento del cáncer, son parte de nuestro arsenal, pero han aparecido nuevas estrategias en los últimos años», señala Jesús Sánchez, director de proyectos científicos de la Fundación Cris contra el cáncer. Entre esas novedades, el experto recuerda que, desde hace unos años, se pueden estudiar las células tumorales de los pacientes e identificar características o puntos débiles que pueden atacarse con lo que se denominan terapias dirigidas . «Descubres un punto débil en células tumorales y buscas si hay un fármaco o desarollas uno que lo trate de manera efectiva y mucho más dirigida. Desde hace unos años están prosperando varios tipos de tratamiento así en todos los tipos de tumores. Necesitamos que se siga investigando para seguir conociendo los tumores de los pacientes», apunta Jesús Sánchez. En los últimos diez años también ha despegado la inmunoterapia contra el cáncer. Bajo esta denominación hay decenas de estrategias diferentes en las que se utiliza el sistema inmunitario del paciente para combatir el tumor . «No atacas el tumor, utilizas a alguien más eficaz en detectar y destruir células tumorales que es el sistema inmunitario. En pacientes con cáncer, el sistema es manipulado por el tumor o se oculta del sistema inmunitario o lo despista. Lo que consigue la inmunoterapia es movilizar la respuesta inmuni

Mar 25, 2025 - 05:20
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Curar el cáncer: la revolución que viene más allá de la 'quimio'
Cada vez hay más casos de cáncer . Y no es solo la sensación de que todos conocemos a una o a varias personas cercanas que han pasado o están pasando por la enfermedad. En las últimas décadas, el número absoluto de tumores diagnosticados en España ha aumentado. Entre las causas está el aumento poblacional, el envejecimiento de la población (la edad es un factor de riesgo fundamental en el desarrollo del cáncer), la exposición a factores de riesgo (como el tabaco, el alcohol, la contaminación, la obesidad y el sedentarismo, entre otros muchos) y, en algunos tipos de cáncer, como el colorrectal y los de mama, cérvix o próstata, el aumento de la detección precoz. Estos cribados permiten detectar el cáncer en estadios más iniciales, lo que incrementa las posibilidades de curación. De hecho, la mortalidad por cáncer en nuestro país ha experimentado un fuerte descenso en las últimas décadas, reflejo de las mejoras en la supervivencia de los pacientes gracias a las actividades preventivas, las campañas de diagnóstico precoz, los avances terapéuticos, y, en hombres, la disminución de la prevalencia del tabaquismo. Este descenso de la mortalidad no se ha dado por igual en todos los tumores ni por sexo. El ejemplo más significativo es el cáncer de pulmón en mujeres , que ha sufrido un fuerte incremento en las últimas décadas, colocándose como el segundo tumor que más muertes causa entre las féminas, sólo por detrás del cáncer de mama , debido a la incorporación más tardía de la mujer al hábito tabáquico. En los hombres, sin embargo, la tendencia es descendente por el abandono del consumo de tabaco. En España, las tasas de supervivencia a cinco años tras el diagnóstico de cáncer varían según el tipo de tumor y el sexo del paciente. Según datos de la Red Española de Registros de Cáncer -Redecan-, la supervivencia neta a cinco años es del 55,3% en hombres y del 61,7%en mujeres. La supervivencia de los pacientes se ha duplicado en los últimos 40 años gracias a los avances de la investigación, que son la base para mejorar las técnicas de diagnóstico y los tratamientos. Hoy en día se busca dar al paciente un tratamiento a su medida para conseguir los mejores resultados posibles con la menor toxicidad y sin perder el tiempo en terapias que no van a funcionar. «Asistimos a un momento en el que hemos pasado del uso rutinario de tratamientos inespecíficos, que iban dirigidos a tratar el cáncer sin tener muy claro el mecanismo, por lo que en unos tumores funcionaba y en otros no, de matar moscas a cañonazos, a una era en la que empezamos a utilizar de forma rutinaria biomarcadores . Esto permite determinar dianas terapéuticas, que son accionables, para las cuales existe un medicamento u otra estrategia que permite actuar específicamente en ese tumor y no en otro», explica el doctor César A. Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Gracias a la combinación de un conocimiento cada vez más profundo de la biología del cáncer, una mejora constante de la tecnología para profundizar en los detalles de la enfermedad de cada persona, terapias a partir de células de los propios pacientes, y una visión más ampliada gracias a la inteligencia artificial , el tratamiento del cáncer camina hacia una medicina muy personalizada y que integre un gran número de variables para determinar la terapia más adecuada para cada persona en cada momento. «Aunque la percepción social es que estamos más o menos como siempre en el tratamiento del cáncer, la realidad es que las cosas han avanzado bastante. No quiere decir que las terapias mal llamadas convencionales ( cirugía, quimio y radio ) no tengan un papel en el tratamiento del cáncer, son parte de nuestro arsenal, pero han aparecido nuevas estrategias en los últimos años», señala Jesús Sánchez, director de proyectos científicos de la Fundación Cris contra el cáncer. Entre esas novedades, el experto recuerda que, desde hace unos años, se pueden estudiar las células tumorales de los pacientes e identificar características o puntos débiles que pueden atacarse con lo que se denominan terapias dirigidas . «Descubres un punto débil en células tumorales y buscas si hay un fármaco o desarollas uno que lo trate de manera efectiva y mucho más dirigida. Desde hace unos años están prosperando varios tipos de tratamiento así en todos los tipos de tumores. Necesitamos que se siga investigando para seguir conociendo los tumores de los pacientes», apunta Jesús Sánchez. En los últimos diez años también ha despegado la inmunoterapia contra el cáncer. Bajo esta denominación hay decenas de estrategias diferentes en las que se utiliza el sistema inmunitario del paciente para combatir el tumor . «No atacas el tumor, utilizas a alguien más eficaz en detectar y destruir células tumorales que es el sistema inmunitario. En pacientes con cáncer, el sistema es manipulado por el tumor o se oculta del sistema inmunitario o lo despista. Lo que consigue la inmunoterapia es movilizar la respuesta inmunitaria contra el cáncer. Eso ha sido una auténtica revolución en muchos tumores », explica Sánchez. Hay muchos tipos de inmunoterapia. Unas espabilan al sistema inmunitario que está atontado por las células tumorales, como pasa en melanoma y cáncer de pulmón. Otros tipos, como las que se utilizan en tumores de sangre (leucemias, linfomas, mieloma), son las terapias CART . «Hace años era ciencia ficción. Extraes células del sistema inmunitario del paciente o persona compatible, añades por ingeniería genética un radar molecular que identifica alguna característica de la célula tumoral. Esto le permite encontrar y destruir de manera súper dirigida a las células tumorales. Los CART han salvado muchísimas vidas en pacientes que no respondían a otras terapias», elogia el director de proyectos científicos de la Fundación Cris contra el cáncer. Sánchez ilustra esta nueva era del tratamiento personalizado del cáncer poniendo como ejemplo a la Unidad de Terapias avanzadas para cáncer infantil del Hospital La Paz. «Una de sus características es que hacen diagnóstico molecular y genético muy preciso de niños que no tienen otras alternativas de tratamiento. Son niños que no responden a nada, desahuciados. Encuentran una diana o punto débil al tumor y con los medicamentos que tienen disponibles, miran cuál puede ser el más efectivo en cada caso. Está salvando vidas», asegura. «A estas alturas hay un arsenal muy grande de tratamientos. En algunos casos, incluso se utilizan medicamentos que inicialmente no estaban planteados para cáncer», añade. La inteligencia artificial (IA), que está suponiendo una revolución en muchos ámbitos, también tiene un papel cada vez más destacado en la medicina. Se están desarrollando un gran número de algoritmos de IA para mejorar el tratamiento del cáncer en todo su proceso: desde hacer diagnósticos mucho más precisos a partir de imágenes médicas, biopsias, muestras de los pacientes, etc., elegir los mejores tratamientos para cada persona en función de información médica, genética y de estilo de vida, a predecir cómo va a ser el curso de la enfermedad de cada paciente, lo que ayuda a los médicos a actuar de manera más temprana. Otra herramienta muy prometedora son las vacunas terapéuticas o preventivas, que utilizan la misma tecnología de la vacuna del Covid , y que ha recibido grandes premios de la comunidad científica . Esta tecnología permite educar y dirigir a nuestro sistema inmunitario de manera eficaz contra diferentes amenazas, incluidos los tumores. Tecnologías como el ARN mensajero , virus modificados y otras estrategias están ayudando a crear tratamientos contra tumores agresivos e incluso tienen el potencial de usarse como vacunas que prevengan contra ciertos tipos de cáncer. Estas vacunas preventivas tienen el potencial de educar a nuestro sistema inmunitario para cuando aparezcan determinados tipos de tumor. «Estamos participando en un ensayo clínico en Oxford, con una tecnología similar a la que se utiliza en la vacuna del Covid, para proteger de la aparición de cáncer de pulmón en personas de alto riesgo porque fuman mucho o han tenido ya un cáncer de pulmón y tienen mucho riesgo de desarollar otro cáncer o tener una recaída. Conseguir una vacuna que prevenga nuevos tumores va a suponer una revolución», apunta Jesús Sánchez, de la Fundación Cris contra el cáncer. No todos los avances en tratamientos tienen que ver con la aparición de nuevos fármacos sino con la manera de aplicarlos. En algunos casos, lo que se ha conseguido es optimizar la forma de administrar terapias clásicas, como la quimio o la radioterapia. «Los inmunoconjugados no es otra cosa que dar la quimio de siempre de manera selectiva . Son moléculas de quimio clásica unidas a anticuerpos monoclonales específicos que son capaces de detectar células tumorales con características determinadas, unirse a ellas y distribuir quimio solo donde queremos. Es el 'caballo de Troya' de la quimio. No se distribuye por todo el organismo, solo la lleva a las células que tienen tumor y la libera», explica el presidente de SEOM. Lo mismo pasa con la radioterapia actual, que cuenta con técnicas adaptativas que permiten tratar selectivamente, centrándose en la zona del tumor y evitando irradiar los tejidos sanos. O la radioterapia intraoperatoria , que es una técnica de irradiación de alta precisión, en la que se administra una dosis única y elevada de radioterapia durante la cirugía. Esto permite la visualización directa de la zona afectada a tratar, evitando la irradiación innecesaria de los tejidos sanos circundantes. Alrededor del 60% de los pacientes oncológicos reciben radioterapia en algún momento de su tratamiento y contribuye a aproximadamente el 40% de todas las curaciones. Se combina con otras estrategias terapéuticas y cada vez es más precisa. «Hoy en día, la radioterapia guiada por imagen (IGRT), la radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y la radioterapia estereotáxica (SBRT) permiten administrar dosis más altas al tumor minimizando la afectación de los tejidos sanos . Además, la protonterapia se está consolidando como una opción en determinados tumores pediátricos y en localizaciones complejas, reduciendo la toxicidad a largo plazo», explica el doctor Felipe Couñago, oncólogo radioterápico y director médico de GenesisCare España. El experto añade que otra de las innovaciones más recientes son los aceleradores lineales con resonancia magnética (MR-Linacs), que permiten visualizar el tumor y los órganos en tiempo real mientras se administra la radiación. «Esto mejora la precisión del tratamiento, especialmente en tumores en movimiento, como los de próstata ,pulmón , páncreas, y otros tumores situados en localizaciones difíciles, lo cual aporta una clara mejoría de los resultados de nuestros pacientes», asegura. También hay innovaciones en diagnóstico, con técnicas que permiten detectar la enfermedad con una mayor sensibilidad. La biopsia líquida , por ejemplo, es capaz de localizar células tumorales en sangre periférica, lo que permite hacer medicina de precisión sin tener que biopsiar tejido sólido. En cuanto a las estrategias de cribado , la novedad es que en cáncer de mama se ha ampliado la franja de edad, después de que la Comisión Europea recomendase empezar a los 45 y llevarlo hasta los 74 años. Europa también se ha pronunciado sobre la necesidad de estudiar la implementación de otros cribados, como el de pulmón o próstata, en población de mucho riesgo. «Estamos en un momento importante y muy emocionante. El conocimiento está avanzando muy rápido pero no es mágico, es porque hay personas investigando. Tenemos que proporcionarles recursos a la investigacion porque si no investigamos, nos quedamos como estamos», afirma Jesús Sánchez.