Bambi, una aventura en el bosque: el retorno innecesario a un personaje amado

El film, que se centra en la vida de un ciervo desde su nacimiento hasta la adultez, es una descripción más o menos precisa de las distintas etapas que atraviesa, en un tono casi documental

Mar 6, 2025 - 06:02
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Bambi, una aventura en el bosque: el retorno innecesario a un personaje amado

Bambi, una aventura en el bosque (Bambi, L’histoire d’une vie dans les bois, Francia/2023). Dirección: Michel Fessler. Guion: Michel Fessler, Laurence Buchmann, Tristan L’Hermite. Fotografía: Daniel Meyer. Música: Laurent Perez del Mar. Edición: Laurence Buchmann. Con la voz de: Mylène Farmer. Duración: 80 minutos. Calificación: apta para todo público. Distribuidora: Magnífico Films. Nuestra calificación: regular.

La pregunta es: ¿por qué? Por qué volver sobre el universo de Bambi a más de 100 años de su publicación, y a más de 80 de la película de Disney que convirtió al personaje en un ícono cultural. ¿Será por pensar que los chicos de hoy no leen, que no miran películas animadas de otra manera que no sea con CGI, que tienen atrofiada la imaginación? Cuesta encontrar una respuesta convincente, y después de ver Bambi, una aventura en el bosque, cuesta todavía más.

De entrada hay que aclarar que eso de “una aventura en el bosque” es más una expresión de deseo que una realidad. En el film de Michel Fessler, lo que menos hay es aventura. Tal vez habría sido más adecuado apelas a una traducción literal del original: Bambi, la historia de una vida en bosque, bastante menos apasionante pero mucho más adecuado a lo que se va a ver.

Porque el film, que se centra en la vida de un ciervo desde su nacimiento hasta la adultez, es una descripción más o menos precisa de las distintas etapas que atraviesa en un tono casi documental, y con una voz en off (que atrasa 50 años) que intenta imprimirle, sin éxito, algo de pasión a las imágenes que se suceden. El tono ascético que se elige para contar la historia lleva al espectador a concentrarse, prácticamente a la fuerza, en la fotografía y la música, los dos puntos más altos de la propuesta, y los únicos con los que se intenta dotar al resultado de una identidad más definida.

Entonces, uno enseguida se pone a pensar: ¿a quién podría estar dirigida una película así? Adultos y adolescentes, afuera. Preadolescentes y un poco menos, afuera también. Entre la monotonía explicativa, propia de un documental para edad preescolar, y un conjunto de aventuras que no son tales, esta reversión de Bambi apenas si puede seducir a niños de hasta seis o siete años, con poco cine encima y para nada exigentes.

Otro problema evidente en la propuesta entronca directamente con su nombre, decisión que es su fortaleza y a la vez su talón de Aquiles. Que esté la palabra “Bambi” en el título invita a una predisposición, entre entusiasta y nostálgica, a conectar con el clásico de Disney. Al mismo tiempo, su título completo reproduce fielmente el de la novela original de 1923 escrita por Felix Salten, por lo que el espectador conocedor podría suponer que finalmente verá en pantalla grande aquella historia, real y cruel, cuyas metáforas políticas la pusieron en la mira del nazismo; enfoque que, por supuesto, el film animado intencionalmente omitió.

Cuando en Bambi, una aventura en el bosque no aparece ni una cosa ni la otra, la desilusión es completa. Hilando más fino, esta propuesta podría verse incluso como una involución en el espectro de lo conocido. Vaya como ejemplo el famoso y traumático pasaje en el que muere la madre del protagonista a manos de un cazador. Este evento es descrito en el libro, brevemente pero con gran crudeza, mientras que en la película animada se vuelve conmovedor e inolvidable. Otra vez ni una cosa ni la otra, porque en esta ocasión se resuelve con cero peso dramático y una explicación insuficiente y ambigua: “Para Bambi, afrontar la ausencia de su madre es un desafío. La tristeza es un profundo frío interior. Aún no sabe que durará para siempre”. Si el espectador quiere entender lo que realmente pasó, mejor que vaya a leer el libro o vea la versión de 1942.

La proeza de filmar animales reales, el excelente uso de la música y la fotografía, sumado a un pretendido relato poético, son los ejes de la apuesta de Bambi, una aventura en el bosque. Pero no alcanzan, porque su resultado se reduce a un ejercicio documental esquemático, anacrónico y sin ángel.