Análisis de Tomb Raider IV-VI Remastered – Nostalgia y mejoras gráficas con sabor agridulce

Tras la remasterización de su primera trilogía, la icónica saga clásica de Lara Croft regresa con Tomb Raider IV-VI Remastered, un recopilatorio que moderniza la segunda parte de sus aventuras originales aparecidas en distintas plataformas: Tomb Raider: The Last Revelation (1999), Tomb Raider: Chronicles (2000) y Tomb Raider: The Angel of Darkness (2003).

Aspyr Media, nuevamente a cargo del remaster, ha trabajado con el código original para traer mejoras visuales, nuevos controles y funciones de calidad de vida para tratar de que esta sea la versión definitiva para revivir las aventuras clásicas de Lara. Si lo consigue o no, es lo que vamos a desgranar en este análisis de Tomb Raider IV-VI Remastered.

Un lavado de cara notable y natural

El apartado visual es, sin duda, la mejora más evidente. Los modelados de personajes han sido refinados sin perder su esencia clásica, los entornos lucen más detallados y la nueva iluminación añade profundidad y atmósfera. Especialmente en The Last Revelation y Chronicles, el salto es abismal respecto a los originales de PlayStation. The Angel of Darkness, al venir de PS2, también mejora, pero el impacto es menor.

Uno de los mayores aciertos es la posibilidad de alternar entre los gráficos remasterizados y los clásicos con un solo botón, lo que permite a los veteranos comparar la evolución y a los nuevos jugadores experimentar el juego en su versión original.

Sin embargo, no todo es perfecto. Los videos pre-renderizados no han sido mejorados y muestran su edad, rompiendo la coherencia visual con las nuevas texturas y efectos. Además, aunque los escenarios han sido retocados, algunos fondos y estructuras siguen teniendo texturas planas que desentonan con el resto de las mejoras.

Mejoras en la jugabilidad, con algunas sombras

El gran cambio en jugabilidad es la introducción de un modo de control moderno, pensado para quienes no están familiarizados con los clásicos «controles tanque». Sin embargo, este nuevo esquema resulta impreciso en muchas situaciones, especialmente en saltos y plataformas.

Afortunadamente, se puede alternar entre controles clásicos y modernos, permitiendo a cada jugador elegir su preferencia. Además, se han incorporado animaciones nuevas, como un deslizamiento continuo tras caer en pendientes, que reduce la frustración de movimientos imprecisos.

El sistema de armas también podría haber sido mejorado. En lugar de implementar una rueda de selección, se mantiene un menú algo torpe para cambiar entre el arsenal de Lara, lo que interrumpe el ritmo de juego. La falta de un selector rápido para armas es una omisión extraña considerando que otros remasters han adoptado esta mecánica sin problemas.

Modo foto y su Flyby Camera, una joya para los fans

Una de las incorporaciones más sorprendentes es el Modo Foto, que permite ajustar poses, expresiones y trajes de Lara, creando capturas espectaculares. Además, Flyby Camera es una herramienta poderosa que deja a los jugadores configurar cámaras cinematográficas y dinámicas en los niveles de The Last Revelation y Chronicles.

Incomprensiblemente, esta opción no está disponible en The Angel of Darkness, lo que es una oportunidad perdida, considerando la ambientación más oscura y cinematográfica de este juego.

Sonido y ambientación original sin grandes alardes

El trabajo sonoro en el remaster es un arma de doble filo. Las melodías clásicas de Nathan McCree y Peter Connelly siguen siendo impresionantes, añadiendo inmersión extra a la exploración de templos y tumbas. Sin embargo, algunos efectos de sonido no han sido mejorados, y ciertas transiciones de audio se sienten abruptas o desfasadas.

El doblaje y los efectos originales se mantienen, lo cual es positivo para la nostalgia, pero también significa que no se han realizado mejoras en la claridad o la ecualización del audio.

Un remaster de alto valor y rejugabilidad

Con tres juegos completos, mejoras en calidad de vida como barras de vida para jefes, contadores de munición y la posibilidad de saltar cinemáticas, esta colección ofrece muchas horas de contenido. Además, su precio es bastante accesible en comparación con otras remasterizaciones.

La posibilidad de cambiar entre gráficos clásicos y modernos, junto con los nuevos modos de cámara y foto, hacen que valga la pena tanto para fans de siempre como para nuevos jugadores. No obstante, algunos errores técnicos pueden afectar la experiencia. Pequeños bugs gráficos y errores de clipping aparecen en Chronicles.

En general, el remaster se ejecuta de manera estable en la mayoría de plataformas modernas, manteniendo 60 FPS en Xbox Series. Sin embargo, en consolas menos potentes como Xbox One, se pueden notar caídas en la tasa de cuadros y ligeros retrasos en la carga de texturas.

Conclusión del análisis de Tomb Raider IV-VI Remastered

Del mismo modo que Aspyr Media hizo con la trilogía anterior, Tomb Raider IV-VI Remastered es un homenaje bien logrado a la segunda era clásica de Lara Croft. Su renovado apartado visual, la inclusión de nuevas animaciones y los extras como el Modo Foto y su cámara aérea lo convierten en una edición valiosa para los fans. Sin embargo, los problemas con los controles modernos y algunas decisiones cuestionables en la interfaz pueden frustrar a ciertos jugadores.

Si disfrutaste los originales, esta remasterización te permitirá redescubrirlos con una nueva luz. Y si nunca los jugaste, es una buena oportunidad para explorar la historia de Lara en su forma clásica, y más con un precio contenido de lanzamiento que no llega a los 30 euros.