Al-Golani, el zorro en el gallinero sirio

El 8 de diciembre de 2024, el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Shams (HTS), comandado por Ahmed Al-Sharaa, también conocido por su nombre de terrorista Abu Muhamad al-Golani, ingresó a la Sala de Operaciones del Sur culminando la ofensiva militar contra el régimen de Bashar al-Asad. Caía Damasco y culminaba la dictadura que gobernaba Siria desde … Continuar leyendo "Al-Golani, el zorro en el gallinero sirio"

Mar 14, 2025 - 10:32
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Al-Golani, el zorro en el gallinero sirio

El 8 de diciembre de 2024, el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Shams (HTS), comandado por Ahmed Al-Sharaa, también conocido por su nombre de terrorista Abu Muhamad al-Golani, ingresó a la Sala de Operaciones del Sur culminando la ofensiva militar contra el régimen de Bashar al-Asad. Caía Damasco y culminaba la dictadura que gobernaba Siria desde marzo de 1971, cuando Háfez al-Asad, padre de Bashar, un antisemita nacionalista, panarabista y socialista al uso de la época, se autoproclamó Presidente de Siria.

La Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria y la Organización para la Liberación del Levante, iniciaron los ataques pocos días antes y consiguieron el exilio de Bashar en Moscú. El brutal régimen sirio de Bashar al-Asad se derrumbó y Abu Muhamad al-Golani se autoproclamó presidente «interino». El gobierno del criminal al-Asad fue monstruoso y la guerra civil desatada en Siria en 2011 fue un auténtico desastre que desató una crisis migratoria que terminó por desestabilizar a toda Europa.

Sin embargo, las dirigencias europeas no se preocuparon en esos años en entender el tablero sirio, cuan complejo, cruento y peligroso resulta para el interior y el exterior del país. Así que a la caída de al-Asad los políticos, burócratas y opinadores seriales se apuraron a festejar el recambio de gobierno sirio, y en un ostentoso acto de amnesia geopolítica, corrieron a abrazar al nuevo gobernante como si hubiera salido de un repollo. De poco sirvió que HTS, abierto franquiciante de Al-Qaeda, fuera una organización terrorista así declarada por ellos mismos. En los últimos tres meses funcionarios occidentales han viajado a Damasco para legitimar el nuevo régimen de al-Golani.

El mejor ejemplo del absurdo de la aceptación por parte del establishment occidental de este yihadista fanático fue la visita de los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, y Francia Jean-Noël Barrot, a Damasco, el 3 de enero de 2025. Durante el encuentro, al-Golani se negó a estrechar la mano de Baerbock, alegando motivos religiosos/culturales. Nadie reclamó por la alemana que también tendría sus «motivos religiosos/culturales» para dar la mano, ni siquiera su compañero de visita que dio un caluroso apretón de manos al islamista.

Días después, el 17 de enero, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, realizó una visita a Damasco, donde se reunió con al-Golani y se sacó orgulloso las fotos protocolares. Se supone que entre las funciones de Khan se encuentra perseguir a los perpetradores de actos contra los derechos humanos en aquellos países en donde la ausencia de estado de derecho no vele por la preservación de los mismos. Pero, aparentemente, para Khan los sirios masacrados hasta ese día por Al-Qaeda no tenían derechos humanos.

Por esos días también se daba una vueltita por Damasco el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, para rendir pleitesía al nuevo mandatario sirio y expresar el apoyo de España a una transición «inclusiva» en Siria y abogar por el levantamiento de sanciones internacionales contra el país. Luego, en febrero, el presidente francés Emmanuel Macron realizó una llamada telefónica a al-Golani donde le planteó (¡atención!) la necesidad de continuar la lucha contra el terrorismo, y también discutieron las sanciones económicas impuestas al pueblo sirio.

En marzo fue el turno del secretario general de la ONU, António Guterres, que se fundió en un alegre saludo con al-Golani en El Cairo durante la cumbre de la Liga Árabe. Según un comunicado de la ONU, el gobierno del yihadista representa la «oportunidad histórica» de la estabilidad siria. En el mismo evento, al-Golani se reunió con António Costa, presidente del Consejo Europeo. Las fuentes periodísticas sostienen que lo invitó a participar en la Conferencia Anual sobre Siria, programada para el 17 de marzo de 2025 en Bruselas, Bélgica, para debatir sobre una «transición política pacífica e inclusiva» en el país.

El desfile de besamanos no se detiene. Se han realizado sesiones de fotos con al-Golani la delegación de la Comisión de la Unión Europea encabezada por Hadja Lahbib, Comisaria de Igualdad, Preparación y Gestión de Crisis, por ejemplo. Aunque en estos días se recordó insistentemente uno en particular: el de Alastair Campbell y Rory Stewart, anfitriones del podcast político The Rest is Politics que entrevistaron y trataron a al-Golani como a un entrañable demócrata.

Pero el escorpión se debe a su naturaleza. Ocurrió que la semana pasada, al sur de Jableh, presuntos hombres armados pro-Assad tendieron una emboscada a una patrulla de seguridad gubernamental y este episodio sirvió para desatar y justificar una auténtica masacre perpetrada bajo la bandera del gobierno interino, contra la minoría alauita siria de la que descienden los Assad y contra otras minorías religiosas, étnicas y políticas.

Los grupos de asesinos ahora «oficialistas», muy al estilo Hamas y Hezbollah, se encargaron de filmar y subir a las redes sociales sus atrocidades, de manera tal que el mundo lleva varios días viendo torturas, secuestros, crucifixiones, amputaciones, fusilamientos (incluso de niños pequeños) y pilas de cadáveres destrozados como resultado del accionar de las fuerzas del nuevo régimen. Una auténtica limpieza étnica anunciada cuyo número de muertos es incierto aunque se sabe que se cuentan por miles.

¿Se habrán sorprendido todos estos entusiastas de al-Golani al enterarse de los últimos acontecimientos en Siria? Al-Golani durante su gobierno en las zonas que controlaba en el noroeste de Siria luego de la guerra civil, mostró abiertamente cómo sería un gobierno dirigido por HTS. Las amenazas y ataques constantes a las comunidades cristiana y drusa, y el régimen de terror instaurado, incluyendo el trato inhumano para las mujeres debió haber hecho sonar las alarmas a quienes le pedían una transición «inclusiva».

Preocupa saber que, a pesar de los antecedentes y de que existen informes sobre el accionar de las fuerzas de seguridad del HTS previos a la carnicería de la semana pasada, y a pesar de las numerosas razones para condenar al nuevo régimen, occidente se haya apresurado a apoyarlo.

Siria, con y sin al-Asad, con y sin al-Golani es un volcán de confrontaciones violentas en un terreno atomizado e inseguro, con facciones locales e internacionales que juegan ahí su influencia y supervivencia. Están en conflicto tantos intereses, países y etnias que resulta un panorama imposible de abarcar para quienes ven el mundo desde la simplificación maniquea de su cámara de eco. Haber aceptado ingenua o estúpidamente a al-Golani como la salvación de Siria nos enfrenta a la pregunta de cuál fue la responsabilidad de los valedores occidentales del «gobierno interino» en la masacre que en estos momentos está teniendo lugar.

En un momento tan peligroso para la paz en todo el mundo, tener la constatación de la simplista visión de las relaciones internacionales y de la política exterior del establishment occidental es para ponerse a temblar. Pasaron tanto tiempo reduciendo la compleja realidad y enterrando la cabeza como el avestruz que no son capaces de entender que metieron al zorro en el gallinero.