Acaban los testimonios del caso Rubiales: Vilda admite que tendría que haber hablado con Hermoso y la fiscal mantiene su petición

Preocupación por Jenni Hermoso, arrepentimiento por no acercarse a ella para interesarse por cómo estaba y su decisión, "por voluntad propia", de hablar con el hermano de la jugadora, negando haber amenazado con consecuencias "personales y deportivas" a la futbolista. Esos han sido los tres pilares de la declaración de Jorge Vilda, que se enfrenta a un año y medio de prisión por un presunto delito de coacciones, tal y como ha confirmado la Fiscalía en sus conclusiones tras la jornada definitiva del juicio contra Luis Rubiales por su beso a la delantera.

La última sesión de declaraciones, las del resto de acusados, para los que el Ministerio Fiscal mantiene su petición de penas, ha puesto prácticamente el punto y final a un proceso judicial del que ya solo queda conocer el resto de informes de acusaciones y defensas antes de escuchar la sentencia final, que será previsiblemente la próxima semana, dependiendo de los tiempos de la Justicia.

Durante los siete días que ha durado hasta ahora el juicio, Jenni Hermoso ha reafirmado que no dio su consentimiento a Luis Rubiales para besarla, y ha relatado las presiones a las que fue sometida desde el momento en el que le colocaron al cuello la medalla de campeona del mundo hasta que aterrizó en Ibiza para descansar. Mientras, en el otro lado, Luis Rubiales ha defendido su inocencia, asegurando que preguntó a la jugadora si podía besarla y que esta le dijo 'vale'.

Por el tribunal han pasado también diversos testigos: Alexia Putellas, Irene Paredes, Laia Codina y Misa Rodríguez, que respaldan la versión de la futbolista de que recibió esas presiones y que han revelado que se sentía mal anímicamente en todo momento, el hermano de Hermoso, que relató su encuentro con Vilda en el avión en el que el seleccionador presuntamente le coaccionó para que hablase con Jenni para convencerla de que grabase un vídeo con el presidente; y trabajadores de la Federación, como Luis de la Fuente, que ha negado estar presente en la reunión de emergencia en el despacho del entonces presidente, Pablo García Cuervo, que calificó a la jugadora como "manipuladora e influenciable", Enrique Yunta, actual director de Comunicación, Miguel García Caba, encargado de redactar el informe de Integridad sobre el suceso, o Patricia Pérez, jefa de prensa de la selección femenina que denunció haber recibido presiones para mentir en el informe de Integridad.

La declaración de Jorge Vilda

Manteniendo absoluto silencio, al contrario que en jornadas anteriores, ha llegado el exseleccionador nacional para testificar como acusado del 'caso Rubiales', respondiendo solo a la Fiscalía y a las defensas. "Mi preocupación, lo primero, era por mi hija [trasladada al hospital por un problema abdominal], y lo segundo, por Jennifer Hermoso, las jugadoras y la selección", ha aseverado el técnico para aclarar los motivos que le llevaron a acercarse a la familia de Hermoso en el avión.

Vilda también ha revelado que tomó la decisión de manera unilateral de hablar con el hermano de Jenni, Rafa Hermoso, para tratar de encontrar una solución al escándalo mediático que se había generado, después de escuchar conversaciones de Rubiales con varias personas de la RFEF. "Es una conversación que no va más allá de cinco minutos. Hablamos de fútbol, de lo bien que había estado su hermana. Pregunto si habían visto lo del beso y qué les parecía. Y él [Hermoso] lo tilda de anecdótico y de algo sin importancia", ha detallado el actual seleccionador de Marruecos. "Lo que le dije es que si podíamos buscar una fórmula para normalizar la situación y que se hablara de lo verdaderamente importante, que pensábamos que en ese momento era el campeonato".

El entrenador madrileño, además, ha precisado que "no le especifiqué si un vídeo, pero sí salir o hablar o hacer algún tipo de comunicación", y ha asegurado que "es falso" que le pidiese que hablase con Jenni Hermoso, sino que fue él el que le dijo "que iba a hablar con ella". También ha negado que aludiese a la edad de la futbolista para presionar a su hermano con posibles consecuencias deportivas, sino que le transmitió "lo que esta carga mediática podía afectar a Jenni".

Sí ha reconocido que la vio "con la cara un poco cruzada, porque es muy expresiva y la conozco desde hace más de 17 años" en un momento en el avión, pero creyó que era porque "lo que estaba leyendo en medios no le estaba gustando, igual que a todos los demás", y ha subrayado que "no presencié, ni nadie me dijo, ningún familiar ni nadie del staff, que se estaba sintiendo presionada".

Vilda también ha confesado arrepentirse de no haberse acercado a hablar con Jenni Hermoso en el avión: "En ese momento no lo creí oportuno, no quería importunarla, ella estaba con sus compañeras, sus amigas más cercanas, y estaban en su celebración. No lo vi oportuno, quería respetarlas. Después de escuchar a Jenni Hermoso en esta declaración, porque no habíamos vuelto a hablar, que ella realmente se sentía dolida porque yo no le había preguntado cómo estaba, igual tenía que haberle preguntado".

También declaran Luque y Rivera

El exdirector deportivo de la selección masculina, Albert Luque, que solo ha respondido a su defensa, también ha negado acudiese al hotel en el que se alojaban las jugadoras en Ibiza por petición de Rubiales o algún miembro de la Federación, y ha defendido que lo hizo como amigo para interesarse por Jenni Hermoso. Además, ha reconocido que le "sentó mal" que ella no quisiera recibirle, especialmente después de que él se hubiese prestado a hacerle algunos favores en el pasado, y ha reconocido arrepentirse de los mensajes que le envió a la amiga de la jugadora, Ana Ecube, sobre la delantera, algo que ha explicado como "una respuesta desafortunada por un cúmulo de cosas".

Por su parte, Rubén Rivera, exdirector de márketing de la RFEF, ha señalado que era la única persona del organismo en la isla porque era quien conocía a las autoridades ibicencas, y que allí sus funciones "eran todas", por lo que se ha autodenominado "admirador, amigo, esclavo y siervo" de las jugadoras en Ibiza. Y ha desmentido las versiones de las internacionales de que fuese insistente con Jenni Hermoso para que cargase su teléfono móvil.

El juicio contra Rubiales continuará este jueves con los informes del abogado de Jenni Hermoso, AFE y las defensas de los cuatro acusados, que tendrán también la última palabra antes de que el juicio llegue definitivamente a su fin.