A Amanda Seyfried le gusta tanto esta película de su filmografía que la quiere citada en su tumba
El primer papel de su carrera tuvo lugar en 'Chicas malas', un clásico de la comedia contemporánea del que ya han transcurrido 20 años sin perder el favor del público.

El año pasado se estrenó un remake musical de Chicas malas. A priori parecía otra estrategia del Hollywood actual para rentabilizar la nostalgia hacia estrenos cada vez más lejanos en el tiempo, pero hablar de Chicas malas es hablar de un fenómeno inagotable, y a esta nueva versión no le fue nada mal en taquilla. Surgía cuando transcurrían 20 años del estreno de la película original, con todo un nuevo reparto que intentaba hacer justicia al cariñoso recuerdo del público. Un recuerdo que no deja de crecer y de consolidar al film como clásico absoluto.
Parte de los motivos que llevan a esta consideración es la cantidad de prometedoras actrices que presentó esta comedia juvenil escrita por Tina Fey. Chicas malas trajo el estrellato de Lindsay Lohan, Rachel McAdams o Lizzy Caplan, por no hablar de Amanda Seyfried en su primer rol para la gran pantalla. Seyfried más tarde protagonizaría otro éxito de público como Mamma Mia! y sería nominada a un Oscar por Mank, sin que esto haya llevado todavía a que quiera pasar página con Chicas malas.
Seyfried sigue estando profundamente agradecida por lo que Chicas malas significó para su carrera, tal y como ha asegurado en el podcast Happy Sad Confused. Su presentador, Josh Horowitz, confirma que el recuerdo de esta comedia está más fresco que nunca, y “más grande en el zeitgeist de lo que fue quizá hace 20 años”. Seyfried es consciente de esto: “Hasta el día de tu muerte es posible que una niña de 14 años se acerque y te cite como si Chicas malas se acabara de estrenar el día anterior”.
La actriz dice entonces que le gustaría que ese recuerdo le acompañara siempre, incluso después de muerta: “Espero que la citen en mi tumba”, añadió, sin citar ninguna frase en particular. Su personaje, Karen, es quien en Chicas malas decía aquello de “los miércoles vestimos rosa” o le preguntaba a Lohan que, si venía de África, “¿por qué no era blanca?”. Ocurrencias clave de la cultura pop de los últimos años, a las que Seyfried no piensa dar la espalda. “En muchos sentidos, fue una película perfecta”.
Seyfried tenía 17 años cuando fue fichada para interpretar a esta adolescente descerebrada. “En muchos sentidos, fue una película perfecta. La gente sigue identificándose con ella, realmente nos conectó y sigue haciéndolo. Y siempre me entusiasmará hablar de ella.... Quiero honrar a esta película todos los días”, añade, si bien dice que en su momento no disfrutó del papel tanto como parece, por lo intimidante.
“La experiencia de hacerla no tuvo nada que ver con lo bien que fue. Creo que la experiencia es muy específica para mí, porque nunca antes había estado en una película. Nunca había estado en un plató así. Y trabajaba con gente que sí lo había hecho. Así que para mí todo era nuevo”.
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