ZN25 – Un tributo a la Tierra, de Joe Sacco

Joe Sacco indaga sobre la explotación de los recursos naturales en las tierras de las Primeras Naciones de Canadá, y consigo trae la mejor obra de su bibliografía hasta el momento.

Feb 12, 2025 - 18:25
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ZN25 – Un tributo a la Tierra, de Joe Sacco

Antes de comenzar con la obra que nos convoca a este texto quisiera realizar una introducción a título personal en relación al aniversario que también nos reúne en estos párrafos. Casi de manera inadvertida el tiempo transcurre entre los devenires del mundo y Zona Negativa ha acumulado ya 25 años de laureada y trabajosa existencia, y de una forma similar mi cuenta personal se anota en 15 años de permanencia en total. Increíble.

Con estos números, el ZN25 se traduce en lo particular en el cuarto aniversario redondo en el que participo de esta maravillosa web, que más que un sitio de Internet y un medio de comunicación es una familia. En mis anteriores colaboraciones de celebración, rendí cuentas a las secciones en las que aportaba en cada momento a la vez que tocaba fibras sensibles propias en los temas elegidos. Para la década de Zona Negativa abordé la Legión de Paul Levitz que me marcó como lector de cómics (y de DC) para siempre, y por entonces adscribía al equipo que se dedicaba a esta editorial. En la quincena, ya estaba llevando adelante la sección de independiente norteamericano (que todavía integro, pero ahora mucho más poblada y mejor cubierta) y me dediqué a la obra de Harvey Pekar, cuyo fallecimiento había significado un impacto en lo emocional. Los 20 años de ZN me encontraron abocado de lleno a la historieta argentina y latinoamericana, y con ello posé mi atención sobre el Gardel de Carlos Sampayo y José Muñoz.

Consideraba en ese momento que estaba cumplida mi tríada de aportes a Zona Negativa, pero llegó un nuevo aniversario y con él una desafiante consigna de Raúl López. Me sentí ante una difícil decisión, y no del todo consciente de la elección que estaba haciendo escogí un título de Joe Sacco. Sin darme cuenta estaba optando por un trabajo que me atravesaba a nivel personal, profesional y cultural, con un cómic que se encuadra en los géneros periodísticos, que realiza una historización y un tratamiento de conflictos y problemáticas profundas de las naciones originarias de Canadá, que a pesar de aparentar lejanas a primer golpe de vista tienen puntos en común con los pueblos de toda América (y en cierta forma que ya veremos, de todo el planeta).

Y así, también inadvertidamente, comenzamos a hablar de Un tributo a la Tierra y de Joe Sacco.

Edición original: Paying the Land (Metropolitan Books, 2020)
Edición nacional/España: Un tributo a la Tierra (Reservoir Books, 2020)
Guion: Joe Sacco
Dibujo: Joe Sacco
Entintado: Joe Sacco
Traducción: Carlos Mayor
Realización técnica: M. I. Maquetación, S. L.
Formato: Cartoné. 272 páginas. 22,90€

Un Tributo a la Tierra

«Sin la tierra no tenemos integridad. Seríamos un pueblo débil sin la tierra»

Joe Sacco con sus trabajos se ha convertido en el autor más emblemático del cómic periodístico, en especial con sus obras dedicadas a entornos afectados por conflictos bélicos como Palestina o Bosnia. Un tributo a la Tierra lo conduce a otras zonas geográficas, otras historias y otras problemáticas que conocer y transmitir. Por ello a primera vista pareciera ser un cómic diferente en su bibliografía, pero las motivaciones, los objetivos y el resultado final lo encuadran perfectamente con sus títulos más conocidos.

El proyecto surge luego de una invitación de quien a la postre sería su guía, Shauna Morgan, a brindar una conferencia en la ciudad de Yellowknife de los Territorios del Noroeste de Canadá con la segunda intención de hacerle conocer los problemas de esa región. En ese momento no pudo asistir al convite propuesto pero la inquietud sobre los pueblos indígenas y la extracción de recursos naturales en sus tierras originarias siguió rondando en los pensamientos de Sacco.

Luego de tres años retomó el contacto con Shauna con esa misma intencionalidad de analizar cómo afectaba a los pueblos de esa zona el extractivismo. Eso se tradujo primero en una sucesión de conversaciones entre Joe y Shauna, y luego en dos viajes a los Territorios del Noroeste con ella como guía, conductora y compañera, facilitándole contactos para realizar las entrevistas pertinentes, y tanto más. Con esos viajes como materia prima Joe Sacco produjo luego este cómic a lo largo de varios años de trabajo, que se convirtió en la que hasta ahora es su obra más acabada y redonda en más de un sentido. Pero no nos adelantemos.

Decía más arriba que las problemáticas de las Primeras Naciones del actual estado de Canadá pueden parecernos lejanas si no habitamos en el continente norteamericano, y la lectura de las primeras páginas nos mantienen en esa sensación de extrañeza a la manera de los primeros textos antropológicos del siglo XIX leyendo cómo vivían culturas y civilizaciones remotas. El capítulo I exclusivamente se dedica a Paul Andrew contándole al autor y entrevistador los usos y costumbres de la comunidad dene en lo que era el Fuerte Norman y hoy es Tulita. A lo largo de 20 páginas somos puestos en cuestión de quiénes son los denes, su manera de concebir la tierra y las relaciones humanas, y de qué manera llevaban su cotidianidad en una comunidad nómade dedicada a la caza y a la pesca. La composición del capítulo inicial es destacable, cediéndole la imagen al entrevistado, exponiendo con una narrativa secuencial de páginas completas sin divisiones de viñetas para representar en toda su extensión la vida dene.

Salimos de esta primera parte librados ya de la sensación de desconocimiento total y sin notarlo nos iremos familiarizando con todas las comunidades del pueblo dene que se extienden en diferentes sitios de los Territorios del Noroeste. A la vez, el final del primer capítulo nos siembra un interrogante que Sacco se ocupa de mantener en el aire por más de 100 páginas para volver sobre él con contundencia: la llegada de los aviones.

En el capítulo II el autor se hace presente en las viñetas y comienza a mixturar su crónica de viaje particular con el contenido de investigación periodística y documental, abordando de a uno los múltiples conflictos que han tenido y tienen los denes desde que su vida ancestral se cruzó con la eurooccidental. Sacco empieza con la que fuera su iniciativa original, indagando en cómo afecta el extractivismo de los recursos naturales en donde prima la razón instrumental capitalista por sobre la concepción ancestral de la tierra que poseen estas comunidades. Sin embargo, las inquietudes iniciales que llevaron al autor a preguntar por el método del fracking y sus efectos lo llevarán a tener que abordar otras cuestiones que están entrelazadas. De igual manera, lo obligó a retroceder en el tiempo e historizar la relación de los europeos con estas tierras y sus pobladores.

Cabe señalar que la división del libro en capítulos, a su vez integrado por subcapítulos con sus respectivos títulos, no estructuran el arco narrativo de manera rígida sino más bien de modo fluido, con algunos temas recurrentes que se plantean y se retoman en otro momento, entrevistados que aparecen en más de una ocasión y que se vinculan entre sí, viajando el relato a su vez a través de distintos puntos de esta geografía. Las separaciones del libro, entonces, resultan más una referencia organizativa que marca algunos tiempos y pausas pero el libro es un bloque en su todo y es un solo relato de principio a fin.

Esta estructuración de parte del autor nos va conduciendo a lo largo de las vicisitudes que le han tocado en suerte a estos pueblos desde el comercio de las pieles para que se vistiera la moda europea, pasando por los engañosos tratados de fines del siglo XIX y principios del XX con los cuales el estado canadiense colonizó las tierras con un marco para el momento legal luego del hallazgo de oro primero y de petróleo y gas después, el futuro cuestionamiento que tuvieron esos tratados que obligaron a renegociarlos desde las décadas de 1960 y 1970 con las renovadas luchas por los derechos civiles hasta la actualidad, y a escuchar a los pobladores sus deseos y necesidades en cuanto a la extracción de estos valiosos recursos naturales en ese momento, en el presente y la perspectiva a futuro.

Es de notar la búsqueda de Sacco a lo largo del libro y en la medida que se ve compelido a tratar los diferentes temas que aborda, de no quedarse con una única voz, contraponiendo posturas hacia adentro de las comunidades entre quienes se oponen al extractivismo y otros que buscan una negociación que les pueda ser favorable a su pueblo, por ejemplo. Con ello, este trabajo presenta distintas formas de pensar y permite tener una cierta visión de los debates y discusiones, generar reflexiones propias y hasta tomar partido en alguna u otra cuestión.

De igual manera, el autor en su rol de entrevistador no dirige las conversaciones a su objetivo planteado de antemano sino que se deja llevar por sus entrevistados. Y ellos, ante la pregunta sobre los recursos naturales lo conducen a su postura ancestral sobre la tierra y su pertenencia a ésta en lugar de ser propietarios de ésta (como la concibe la razón occidental capitalista), a las imbricaciones que han establecido con el modo de vida europeo instalado en América y cómo afecta a sus costumbres y tradiciones, y situaciones más complejas que se permite tratar en mayor detalle.

Una de esas cuestiones graves es el alcoholismo en el que ha caído la población dene que se ha ido agravando con el paso del tiempo, significando una de las principales causas de muerte de manera directa o indirecta. Además de las enfermedades que genera el consumo excesivo de alcohol, produce también en estas zonas muertes por congelamiento al perder el conocimiento en las calles a temperaturas extremas, o como en cualquier otra civilización (lamentable, pero real) en violencia callejera entre vecinos y violencia casera o intrafamiliar.

Otra problemática compleja muy relevante a la que el autor le dedica una buena cantidad de páginas es la que retoma la pregunta del primer capítulo, que indagaba sobre la llegada de los aviones. Esto no implica un mero arribo del avance tecnológico occidental sino que se refiere a la instauración de un decreto por el cual los niños denes eran extraídos de sus comunidades para ser trasladados a internados religiosos (católicos o protestantes) para ser educados en la cultura occidental e intentar quitarles todo lo que puedan haber aprendido de su comunidad de origen.

Para tratar este tema, Sacco también se corre de la página y deja la narración a una sucesión de relatos de víctimas de esta política oficial canadiense, representando gráficamente sus historias cargadas de violencia física, sexual, psicológica y cultural. Estos testimonios son una muestra de las denuncias que luego de 150 años de aplicación fueron recogidas por una comisión investigadora estatal, reconociendo miles de muertes directas así como de ser la causa de abusos y violencia intrafamiliar, drogadicción y alcoholismo, que como corolario final fue declarado como genocidio cultural.

En obras anteriores se lo ha criticado a Joe Sacco por la univocidad de sus entrevistas, algo que en Un tributo a la Tierra no sucede. Inclusive le da voz al Primer Ministro de Canadá que impuso los internados obligatorios para los pueblos indígenas citándolo de manera textual, y acudiendo a documentos oficiales recientes del estado en lo que refiere a la comisión de investigación de estos hechos. Esto además de lo ya señalado, de exponer los debates y las posturas diferentes que presentan los denes actuales ante las distintas cuestiones, entrevistando a defensores de opiniones contrapuestas y dejando a un lado prejuicios y permitiendo al lector formar su propia conclusión.

Es destacable también en este sentido un crecimiento intelectual del autor, demostrando madurez intelectual y aceptación a las críticas recibidas, que se percibe en este libro con su posicionamiento ante la comunidad dene y ante una civilización y cultura distinta a la propia. Si en otros libros se situaba desde su sitio de occidental neutral con cierta superioridad y por ende capaz de conocer más que los habitantes de la zona de guerra en Palestina, en esta oportunidad devuelve las preguntas a la ideología y cosmovisión occidental sobre la relación con la tierra y los recursos naturales y también con sus pares conciudadanos. Además, en un pasaje Sacco se percibe a sí mismo como un extractivista más buscando recursos para llevarse y realizar su propio trabajo.

Antes de concluir su trabajo, el autor plantea perspectivas a futuro de la comunidad dene conversando con las nuevas generaciones sobre los liderazgos por venir de estos pueblos, las posibilidades de encontrar un equilibro en la relación con la cultura eurooccidental sin perder la propia, y de avanzar en un desarrollo económico sustentable para la tierra y para los que la habitan, reconociendo que el retorno a la vida previa de la llegada de los europeos no es posible a la vez que la aplicación de sus recetas sin controles han destruido a la comunidad en varios niveles.

De esta forma, el recorrido se completa y los lectores nos quedamos como él con muchos interrogantes sobre nuestra manera de vivir y relacionarnos con nuestros entornos, con un gran puñado de historias impresionantes y conmovedoras que dejarán su marca y difícilmente olvidemos, y con un conocimiento de una cultura y una civilización y unos pueblos de los que probablemente sabíamos poco y nada antes de comenzar.

Esa distancia señalada de antemano, también desde un prejuicio, se ve muy acortada luego de la lectura fruto del notable trabajo de Sacco tanto en la realización de las entrevistas y los relatos que consigue con ellas, como de su representación gráfica de gran factura con un trabajo de lápiz y composición que nos transportan con soltura a través de historias con su complejidad, cediendo el protagonismo a sus interlocutores y a lo que tienen para contar.

Por otra parte, si bien la historia de la colonización de estos territorios tiene sus características propias por una diversidad de motivos, los elementos en común en el balance final son más en cantidad y en importancia, e incluso algunos de estos exceden por mucho a las comunidades colonizadas y se hacen extensible a todos sin importar ningún contexto. Porque aún tratándose de una comunidad particular, conociendo sobre su historia, sus vivencias y su cultura, las problemáticas a las que se enfrentan son fácilmente asimilables y comparables con las de muchas si no todas las culturas en esta contemporaneidad y en la historia del siglo XX (y más atrás en el tiempo, también).

Si no están marcadas por la colonización, por un etnocidio o por haber sufrido un genocidio, sí están directamente afectados por la razón instrumental del capitalismo extractivista sin miramientos sustentables, o por cuestiones personales que son a la vez sociales como el alcoholismo, la drogadicción, los abusos intrafamiliares, la violencia, las altas tasas de suicidios, o por planteos filosóficos y de época más profundos como la desaparición de rituales, el individualismo imperante, la sumisión a los dispositivos tecnológicos, la destrucción del planeta que se habita sin contemplar un futuro ni cercano ni lejano… La universalidad potencial de los temas tratados y el abordaje atemporal de estos mediante historias bien ancladas en su tiempo y espacio, termina de redondear este trabajo.

Por este motivo, además de por el muy buen trabajo artístico y periodístico del autor, Un tributo a la Tierra ha tenido el alcance y la llegada a la crítica y el público, ubicándola en un lugar destacado entre las obras de Joe Sacco, incluso siendo señalada como la mejor de su bibliografía hasta la fecha.