Llega la fase decisiva de las competiciones, aquella en la que los técnicos, ejecutivos y directivos de los equipos que han llegado con opciones de ganar los grandes títulos deben hilar muy fino. Una época complicada porque se juntan en el calendario decisiones deportivas de aplicación inmediata, como son las alineaciones, con otras situaciones en que también hay que ‘mojarse’ como son las renovaciones o las negociaciones para fichar o vender. Y cuadrar todo eso no es sencillo. Más que nada porque, por primera vez en mucho tiempo, ilusionan más los que están que los que pueden llegar de fuera. Básicamente porque la mayoría de los que hay ahora se están ganando seguir.
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