Un estudio concluye que trabajar en Sierra Nevada, a más de dos mil metros de altitud, no es un riesgo para la salud

Hay bastante gente que vive en Granada y trabaja en Sierra Nevada . Eso significa que, por lo menos cinco días a la semana, suben desde los 738 metros de altitud de la capital, a los 2.100 de Pradollano. O hasta los 2.700 de Borreguiles. Y después, bajan. Así, durante meses y años. ¿Esos cambios tan continuos de altura, de presión y de cantidad de oxígeno influyen en su salud? Y, sin tener siquiera en cuenta esas idas y venidas: ¿es arriesgado trabajar tan alto? Es una pregunta que muchos trabajadores -a título particular y también a través de los sindicatos- se han hecho durante años y a la que ahora da respuesta un estudio elaborado por la Universidad de Granada y difundido por Cetursa , la empresa pública que gestiona la estación de esquí. Toca avanzar lo más importante: la altitud, por sí misma, no es un factor de riesgo para la salud de los trabajadores. De hecho, los investigadores no han encontrado «diferencias significativas» en el estado de salud entre los trabajadores de la estación en función de la altitud a la que desarrollan su labor. Son las conclusiones de la primera fase del Proyecto Altius , que surge de la colaboración de las dos mencionadas instituciones para investigar, a demanda del comité de empresa de la estación invernal, las repercusiones que tiene en la salud desarrollar una actividad laboral en altura, como es el caso de los empleados de la estación granadina. El estudio ha analizado la salud de la plantilla de trabajadores de Cetursa y los especialistas no han encontrado diferencias significativas en función de la altitud a la que desarrollan su trabajo, como tampoco en el estado de salud en función de la intensidad de su labor habitual. Las actividades que requieren un gran esfuerzo no son más duras por el hecho de que se hagan a más altura. Asimismo, no hay más trabajadores con enfermedades cardiovasculares por haber desarrollado sus labores a más de dos mil metros. En principio, para insistir en la idea básica, la altitud no influye. La investigación sí hace hincapié en que esas continuas subidas y bajadas comentadas en el primer párrafo suponen «un esfuerzo» y tienen su repercusión , porque aunque varía en función de cada persona. La idea, a partir de estas primeras conclusiones, es actuar en consecuencia y ver quiénes se acomodan mejor y en qué otros se observan dificultades. Es lo que los técnicos denominan medicina de precisión o personalización de la medicina.

Feb 11, 2025 - 21:37
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Un estudio concluye que trabajar en Sierra Nevada, a más de dos mil metros de altitud, no es un riesgo para la salud
Hay bastante gente que vive en Granada y trabaja en Sierra Nevada . Eso significa que, por lo menos cinco días a la semana, suben desde los 738 metros de altitud de la capital, a los 2.100 de Pradollano. O hasta los 2.700 de Borreguiles. Y después, bajan. Así, durante meses y años. ¿Esos cambios tan continuos de altura, de presión y de cantidad de oxígeno influyen en su salud? Y, sin tener siquiera en cuenta esas idas y venidas: ¿es arriesgado trabajar tan alto? Es una pregunta que muchos trabajadores -a título particular y también a través de los sindicatos- se han hecho durante años y a la que ahora da respuesta un estudio elaborado por la Universidad de Granada y difundido por Cetursa , la empresa pública que gestiona la estación de esquí. Toca avanzar lo más importante: la altitud, por sí misma, no es un factor de riesgo para la salud de los trabajadores. De hecho, los investigadores no han encontrado «diferencias significativas» en el estado de salud entre los trabajadores de la estación en función de la altitud a la que desarrollan su labor. Son las conclusiones de la primera fase del Proyecto Altius , que surge de la colaboración de las dos mencionadas instituciones para investigar, a demanda del comité de empresa de la estación invernal, las repercusiones que tiene en la salud desarrollar una actividad laboral en altura, como es el caso de los empleados de la estación granadina. El estudio ha analizado la salud de la plantilla de trabajadores de Cetursa y los especialistas no han encontrado diferencias significativas en función de la altitud a la que desarrollan su trabajo, como tampoco en el estado de salud en función de la intensidad de su labor habitual. Las actividades que requieren un gran esfuerzo no son más duras por el hecho de que se hagan a más altura. Asimismo, no hay más trabajadores con enfermedades cardiovasculares por haber desarrollado sus labores a más de dos mil metros. En principio, para insistir en la idea básica, la altitud no influye. La investigación sí hace hincapié en que esas continuas subidas y bajadas comentadas en el primer párrafo suponen «un esfuerzo» y tienen su repercusión , porque aunque varía en función de cada persona. La idea, a partir de estas primeras conclusiones, es actuar en consecuencia y ver quiénes se acomodan mejor y en qué otros se observan dificultades. Es lo que los técnicos denominan medicina de precisión o personalización de la medicina.