Un año y 10 meses de prisión por abusar y maltratar a la hija menor de su pareja durante tres años

El condenado obligaba a la niña "a desnudarse delante de él y se tumbaba con ella en la cama".

Abr 3, 2025 - 15:55
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Un año y 10 meses de prisión por abusar y maltratar a la hija menor de su pareja durante tres años

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado este jueves a un año y diez meses de prisión a un hombre por abusar continuadamente y maltratar de forma habitual a la hija de la que fue su pareja, desde que la niña tenía diez años hasta los trece.

El juicio estaba señalado en la Sección Primera de la Audiencia de Cantabria para esta mañana. Sin embargo, ambas partes han llegado a un acuerdo. El acusado, que ha consignado judicialmente los 20.000 euros que reclamaba la Fiscalía como indemnización, ha reconocido los hechos, por lo que ha sido condenado como autor de un delito de abuso sexual continuado a menores y otro de maltrato habitual con la concurrencia de las circunstancias atenuantes de reparación del daño y dilaciones indebidas.

Además de la pena de prisión, la Audiencia le impone una medida de libertad vigilada de cinco años, le inhabilita para trabajar con menores durante 12 años, le prohíbe aproximarse y comunicar con la chica durante ocho años, y le priva del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años.

Insultos y desprecios continuados

Según los hechos del escrito de la Fiscalía que se han llevado a sentencia, el acusado y la menor vivían en el mismo domicilio. Durante el periodo que duró esa convivencia, él "desempeñó sobre la niña una función de cuidador y responsable, de la cual se aprovechó para realizar sobre ella numerosos tocamientos con fines libidinosos".

Así, "aprovechando los ratos en los que se hallaba a solas con ella, la obligaba a desnudarse delante de él y se tumbaba con ella en la cama, tocándola el pecho, las nalgas y la vagina". Añade la Fiscalía que la niña "consentía sin expresar particular oposición dada la autoridad que el acusado ejercía sobre ella y por su corta edad".

Por otro lado, durante la convivencia "la sometió a frecuentes insultos y desprecios, golpeando reiteradamente a la misma con manotazos en brazos y espalda, propinándole bofetadas e incluso alguna patada". La situación se mantuvo hasta que la menor se marchó a vivir con su abuela, quien a partir de entonces ejerció la guarda de la niña y formuló denuncia por estos hechos.