Tomé declara que excluir a Hermoso del primer partido tras el Mundial «no fue ningún castigo»
La seleccionadora nacional Montse Tomé ha declarado como testigo en el juicio contra Luis Rubiales por agresión sexual y coacciones sobre la jugadora Jennifer Hermoso que si no la convocó al primer partido de la selección tras aquel mundial de 2023 fue por motivos «absolutamente deportivos». «No fue un castigo, ningún castigo», ha asegurado. Tomé dejaba esta respuesta flotando en la Sala mientras el juez Juan Manuel Fernández-Prieto iba declarando impertinentes las preguntas al respecto que elevaron, primero, la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez -que ha encadenado protestas a cada pregunta que se ha retirado- y la letrada que representa a la AFE, única acusación popular. Ambas acusaciones relacionan la no convocatoria de Hermoso a aquel encuentro como una consecuencia de que no salvase a Rubiales del escándalo por el beso que le había dado en la entrega de trofeos, considerando sobre todo que el predecesor de Montse Tomé, Jorge Vilda, la persona que la introdujo en la RFEF y con quien sirvió de segunda entrenadora hasta coger las riendas cuando él fue cesado, está también acusado por coacciones. «Es lo que sentí y lo que siento. Las razones por las que Jenni no vino a la primera convocatoria han sido deportivas y lo de 'protegerla' entra dentro de eso por la situación que estábamos viviendo, que era excepcional. La protegíamos de los medios, pero todo es una decisión absolutamente deportiva», ha reiterado Tomé. De Vilda, ha explicado que acudió a la asamblea extraordinaria de la RFEF que convocó Rubiales el 25 de agosto para reivindicarse en el cargo -«a mayor gloria», diría la fiscal- porque él se lo pidió. «¿Y por qué tenia que ir?» preguntaba Durántez. «No lo sé, porque no había ido antes. Me llamó para decirme que tenía que estar y yo le dije que por qué si nunca había ido y me dijo que tenía que estar. Yo estaba de vacaciones», ha explicado. Según ha dicho, ella «no» quería ir. «¿Se sintió incómoda?», planteó la fiscal. «Sí, mucho», contestó Tomé, mientras el juez declaraba la pregunta impertinente. Ha cobrado de nuevo protagonista el magistrado en esta sesión de recta final de las declaraciones de los testigos. Tomé había sido convocada a declarar tanto por acusaciones como por defensas y el juez ha dado el primer turno a la de Rubiales, para que después preguntase la de Vilda. El letrado del exseleccionador, Luis Jordana, ha recordado en la Sala que lo normal es que pregunten primero las defensas, luego las acusaciones y luego las defensas vuelvan a interrogar si lo desean, y Fernandez-Prieto ha zanjado: «Sí, pero las declaraciones son bastante insulsas, señor letrado». En otro momento, ha frenado las preguntas a Tomé porque le daba la impresión de que la estaban tratando como si estuviese imputada. «¿Quiere que la peguemos para que diga lo que usted quiere?», ha comentado el magistrado. Tomé ha sido la segunda testigo de esta jornada. Antes de ella comparecía a petición de la defensa del exresponsable de Márketing de la RFEF Rubén Rivera el consejero ejecutivo del Consell Insular de Ibiza Salvador Losa, que organizó con él la expedición de las jugadoras a la isla para celebrar el título y que debía acudir a declarar que no le vio presionar a Jenni Hermoso. A repreguntas de la Fiscalía ha acabado reconociendo que no podía asegurar a ciencia cierta si Rivera se acercó o no a la jugadora tanto durante la comida como luego en un evento en la azotea de un hotel, porque estaban los dos juntos, pero había mucha más gente allí. «Yo me estaba relacionando», ha añadido. Sí ha sido más concreta la esposa de Rubén Rivera, que también ha testificado y ha asegurado que no vio a su marido acercarse a Jenni Hermoso en ningún momento. Según declararon la semana pasada las jugadoras, presionó durante la comida para que ella atendiese a una llamada de la RFEF y sorteó la excusa de «no tengo batería en el móvil» llevándoselo a enchufarlo y luego, en ese evento, presionó para que ella bajase a recibir al otro acusado, Albert Luque, que se había presentado en el hotel para hablar con ella.
La seleccionadora nacional Montse Tomé ha declarado como testigo en el juicio contra Luis Rubiales por agresión sexual y coacciones sobre la jugadora Jennifer Hermoso que si no la convocó al primer partido de la selección tras aquel mundial de 2023 fue por motivos «absolutamente deportivos». «No fue un castigo, ningún castigo», ha asegurado. Tomé dejaba esta respuesta flotando en la Sala mientras el juez Juan Manuel Fernández-Prieto iba declarando impertinentes las preguntas al respecto que elevaron, primero, la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez -que ha encadenado protestas a cada pregunta que se ha retirado- y la letrada que representa a la AFE, única acusación popular. Ambas acusaciones relacionan la no convocatoria de Hermoso a aquel encuentro como una consecuencia de que no salvase a Rubiales del escándalo por el beso que le había dado en la entrega de trofeos, considerando sobre todo que el predecesor de Montse Tomé, Jorge Vilda, la persona que la introdujo en la RFEF y con quien sirvió de segunda entrenadora hasta coger las riendas cuando él fue cesado, está también acusado por coacciones. «Es lo que sentí y lo que siento. Las razones por las que Jenni no vino a la primera convocatoria han sido deportivas y lo de 'protegerla' entra dentro de eso por la situación que estábamos viviendo, que era excepcional. La protegíamos de los medios, pero todo es una decisión absolutamente deportiva», ha reiterado Tomé. De Vilda, ha explicado que acudió a la asamblea extraordinaria de la RFEF que convocó Rubiales el 25 de agosto para reivindicarse en el cargo -«a mayor gloria», diría la fiscal- porque él se lo pidió. «¿Y por qué tenia que ir?» preguntaba Durántez. «No lo sé, porque no había ido antes. Me llamó para decirme que tenía que estar y yo le dije que por qué si nunca había ido y me dijo que tenía que estar. Yo estaba de vacaciones», ha explicado. Según ha dicho, ella «no» quería ir. «¿Se sintió incómoda?», planteó la fiscal. «Sí, mucho», contestó Tomé, mientras el juez declaraba la pregunta impertinente. Ha cobrado de nuevo protagonista el magistrado en esta sesión de recta final de las declaraciones de los testigos. Tomé había sido convocada a declarar tanto por acusaciones como por defensas y el juez ha dado el primer turno a la de Rubiales, para que después preguntase la de Vilda. El letrado del exseleccionador, Luis Jordana, ha recordado en la Sala que lo normal es que pregunten primero las defensas, luego las acusaciones y luego las defensas vuelvan a interrogar si lo desean, y Fernandez-Prieto ha zanjado: «Sí, pero las declaraciones son bastante insulsas, señor letrado». En otro momento, ha frenado las preguntas a Tomé porque le daba la impresión de que la estaban tratando como si estuviese imputada. «¿Quiere que la peguemos para que diga lo que usted quiere?», ha comentado el magistrado. Tomé ha sido la segunda testigo de esta jornada. Antes de ella comparecía a petición de la defensa del exresponsable de Márketing de la RFEF Rubén Rivera el consejero ejecutivo del Consell Insular de Ibiza Salvador Losa, que organizó con él la expedición de las jugadoras a la isla para celebrar el título y que debía acudir a declarar que no le vio presionar a Jenni Hermoso. A repreguntas de la Fiscalía ha acabado reconociendo que no podía asegurar a ciencia cierta si Rivera se acercó o no a la jugadora tanto durante la comida como luego en un evento en la azotea de un hotel, porque estaban los dos juntos, pero había mucha más gente allí. «Yo me estaba relacionando», ha añadido. Sí ha sido más concreta la esposa de Rubén Rivera, que también ha testificado y ha asegurado que no vio a su marido acercarse a Jenni Hermoso en ningún momento. Según declararon la semana pasada las jugadoras, presionó durante la comida para que ella atendiese a una llamada de la RFEF y sorteó la excusa de «no tengo batería en el móvil» llevándoselo a enchufarlo y luego, en ese evento, presionó para que ella bajase a recibir al otro acusado, Albert Luque, que se había presentado en el hotel para hablar con ella.
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