Plazo fijo crece sin parar: qué explica la fuerte demanda de tasas en pesos
Los rendimientos de los depósitos a plazo fijo arrojaron pérdidas reales en el último mes, pero la demanda sigue firme y todo parece indicar que se mantendrá la tendencia.

Los depósitos a plazo fijo arrojaron leves pérdidas en el último mes. Aún así, el instrumento gana cada vez más atractivo y se refleja en la alta demanda, en medio de la estabilidad cambiaria y la tendencia de desaceleración de la inflación, más allá de los vaivenes típicos del proceso. Los analistas, en tanto, prevén que seguirá demandado gracias a este escenario.
El rendimiento mensual de entre 2% y 2,3%, dependiendo del banco, quedó por debajo del 2,4% que registró el IPC en febrero. Pero los últimos datos del Banco Central indican que al 11 de marzo el stock de depósitos privados a plazo fijo tradicional era de $ 41,34 billones y en los últimos 30 días marcaba un alza de 2,7%, por encima de la inflación.
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El crecimiento de la demanda no es reciente. En los dos primeros meses del año, el monto total invertido registró un incremento de 15,7%, muy por encima del 4,7% de la inflación acumulada. Es decir, el stock de las colocaciones más que triplicó el avance de los precios.
Incluso, de acuerdo con Quantum Finanzas, en los últimos ocho meses el stock de colocaciones a plazo fijo en pesos aumentó a casi el doble medido en dólares, en medio de la alta nominalidad por la que aún atraviesa la economía argentina y la estabilidad con sesgo a la baja en las cotizaciones financieras del dólar.
La consultora que dirige el economista Daniel Marx calcula que al 19 de julio del año pasado, a precios constantes y al tipo de cambio MEP, el stock de depósitos en pesos a plazo fijo del sector privado era de u$s 18.332 millones y representaba 4,3% del PBI. Al 6 de marzo, el monto ascendía a u$s 33.429 millones y significaba 5,8% del Producto.
A pesar de la mejora, destaca, el stock de colocaciones a plazo fijo tradicional se ubica en niveles bajos, apenas por encima de los mínimos de la serie de las últimas décadas. El ratio actual del 5,8% respecto al PBI no es muy lejano del mínimo al que descendió a mediados de 2010, cuando la relación entre ambas variables era de 4,1%.
"Por sus características, los depósitos a plazo fijo tienden a ser más sensibles a movimientos en la relación riesgo-retorno. Pero el conjunto de sus titulares no es homogéneo. Algunos son personas humanas, otras son empresas e, incluso, para algunos rigen cuestiones normativas. Pese a ser los más sensibles a cambios en percepciones de riesgo, también tienen espacio para crecer", resalta.
Los analistas del mercado aseguran que, además de la desaceleración de la inflación, uno de los principales factores que impulsa la demanda de depósitos a plazo fijo es la calma cambiaria, tanto en el oficial como en los paralelos, ya que los rendimientos que dejan los instrumentos en pesos a tasa fija se tornan aún más atractivos medidos en dólares.
El economista Adrián Moreno afirma que en este contexto instrumentos como el plazo fijo cobran relevancia porque los ahorristas de perfiles más conversadores encuentran valor ante la expectativa de que los tipos de cambio seguirán estables por lo menos hasta las elecciones legislativas, lo que en gran medida explica el avance sostenido de la demanda.
"A pesar de que existen rumores devaluatorios, en la última licitación de deuda local el mercado dejó desierta la oferta de bonos dólar linked y se llenó de instrumentos en pesos con tasa fija. Si los dólares paralelos vuelven a plancharse por un tiempo más, esta forma de ahorro en pesos es servil para que se extienda el carry trade", sostiene.
Camilo Tiscornia, director de C&T, agrega que la estacionalidad también juega a favor: diciembre y parte de enero es un período en el que las familias y empresas reducen las colocaciones y aumentan los depósitos a la vista por necesidad de mayor liquidez para gastos corrientes. Luego, la dinámica se revierte. Sobre todo, si las tasas resultan atractivas, como ahora.