Okupan una casa en Pontevedra y la propietaria se atrinchera en una habitación para recuperarla: «Voy a salir de aquí muerta o en camilla»
Pilar Pardo, vecina de Mos, vive una situación desesperada tras haber abierto su hogar por solidaridad a una familia con problemas económicos. En un vídeo publicado redes, la mujer cuenta que lo que empezó como un acto de generosidad, se ha convertido en un calvario , pues los inquilinos se niegan a abandonar la vivienda. Ante la impotencia de no poder echarlos y sintiéndose desamparada por la ley, Pilar ha optado por una medida extrema: atrincherarse en una habitación de su propia casa y declararse en huelga de hambre hasta recuperar su hogar. La relación con la familia ocupante comenzó de manera casual, ya que sus hijos eran compañeros de colegio. Pilar accedió a alojarlos temporalmente en una de las casas familiares que tenían vacía, con la idea de que se quedarían solo un mes. Sin embargo, el tiempo pasó y la situación se fue complicando. La convivencia se deterioró cuando la familia empezó a acumular basura en la propiedad y a generar deudas en el barrio, lo que hizo saltar las alarmas. Pilar intentó pedirles que se marcharan, pero su solicitud fue rechazada. La situación escaló a tal punto que, según su testimonio, ha sido víctima de amenazas y agresiones físicas, incluyendo un incidente en el que su hijo fue golpeado y le mostraron un cuchillo. Desesperada y sin encontrar apoyo legal, Pilar decidió aprovechar un descuido de la familia ocupante para colarse en la planta baja de la vivienda a través de una ventana abierta. Ahora se encuentra atrincherada en una pequeña habitación, dispuesta a mantener la huelga de hambre hasta que se resuelva el conflicto. «Desde la Policía me dicen que ellos tienen derecho a estar allí y que yo no puedo hacer nada, es el mundo al revés», explica Pilar, que asegura sentirse abandonada por las autoridades, que le han advertido que podría enfrentarse a cargos por allanamiento de morada si intenta recuperar su propia casa por la fuerza. La situación ha afectado profundamente a su familia, especialmente a su hijo, quien se siente culpable por haber intercedido en su momento para ayudar a la familia ocupante. Pilar asegura que no abandonará la casa sin luchar, aunque eso signifique poner en riesgo su salud. «Voy a salir de aquí muerta o en camilla , pero no voy a dejar mi casa sin luchar«, ha asegurado.
Pilar Pardo, vecina de Mos, vive una situación desesperada tras haber abierto su hogar por solidaridad a una familia con problemas económicos. En un vídeo publicado redes, la mujer cuenta que lo que empezó como un acto de generosidad, se ha convertido en un calvario , pues los inquilinos se niegan a abandonar la vivienda. Ante la impotencia de no poder echarlos y sintiéndose desamparada por la ley, Pilar ha optado por una medida extrema: atrincherarse en una habitación de su propia casa y declararse en huelga de hambre hasta recuperar su hogar. La relación con la familia ocupante comenzó de manera casual, ya que sus hijos eran compañeros de colegio. Pilar accedió a alojarlos temporalmente en una de las casas familiares que tenían vacía, con la idea de que se quedarían solo un mes. Sin embargo, el tiempo pasó y la situación se fue complicando. La convivencia se deterioró cuando la familia empezó a acumular basura en la propiedad y a generar deudas en el barrio, lo que hizo saltar las alarmas. Pilar intentó pedirles que se marcharan, pero su solicitud fue rechazada. La situación escaló a tal punto que, según su testimonio, ha sido víctima de amenazas y agresiones físicas, incluyendo un incidente en el que su hijo fue golpeado y le mostraron un cuchillo. Desesperada y sin encontrar apoyo legal, Pilar decidió aprovechar un descuido de la familia ocupante para colarse en la planta baja de la vivienda a través de una ventana abierta. Ahora se encuentra atrincherada en una pequeña habitación, dispuesta a mantener la huelga de hambre hasta que se resuelva el conflicto. «Desde la Policía me dicen que ellos tienen derecho a estar allí y que yo no puedo hacer nada, es el mundo al revés», explica Pilar, que asegura sentirse abandonada por las autoridades, que le han advertido que podría enfrentarse a cargos por allanamiento de morada si intenta recuperar su propia casa por la fuerza. La situación ha afectado profundamente a su familia, especialmente a su hijo, quien se siente culpable por haber intercedido en su momento para ayudar a la familia ocupante. Pilar asegura que no abandonará la casa sin luchar, aunque eso signifique poner en riesgo su salud. «Voy a salir de aquí muerta o en camilla , pero no voy a dejar mi casa sin luchar«, ha asegurado.
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