Nayara, la joven despedida tras denunciar una agresión sexual: "Lucharé hasta lograr justicia"

La joven, de 18 años, quiere evitar que el despido y la agresión queden impunes: "Siento miedo, tristeza y rabia".

Feb 21, 2025 - 19:27
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Nayara, la joven despedida tras denunciar una agresión sexual: "Lucharé hasta lograr justicia"

Nayara Muñoz, la joven de 18 años que denunció haber sido despedida tras ser víctima de una agresión sexual en el bar del Hogar del Jubilado de Zalla -Bizkaia- ha asegurado que luchará "para que se haga Justicia" y que ninguna otra mujer tenga que sufrir una situación parecida a la suya. Ha agradecido las muestras de apoyo recibidas y ha instado a que "las mujeres apoyen a otras mujeres" ante agresiones, en lugar de ser críticas con las víctimas.

"Han sido días duros", ha expresado al tiempo que manifestaba sentir "miedo, tristeza y rabia porque pasen estas cosas hoy en día a las mujeres". Según ha relatado, comenzó a trabajar en dicho bar el 5 de enero, aunque no fue hasta dos semanas después cuando estuvo dada de alta en la Seguridad Social.

"En mi día a día solía servir cafés a las personas mayores, me llevaba muy bien con todos los clientes y ellos conmigo", dijo. El 1 de febrero, un hombre de 48 años que solía ir al bar empezó a acosarla, realizándole tocamientos e intentando besarla en la boca mientras la agarraba: "Se metió en la barra como para intimidarme".

El presunto agresor repitió esa actitud una semana después. El sábado día 15, Nayara llegó a su límite: "Sólo sucedía los sábados que se emborrachaba mucho y ese día dije, yo no puedo vivir esto más". El hombre se abalanzó sobre la joven y "varios clientes tuvieron que darle empujones y regañarle para que dejara el champagne".

La joven le pidió que saliera del local, pero él respondió que estaría allí hasta que ella se quedara sola, llegando incluso a amenazarla delante de otras personas. "Yo cerré el bar y a los cinco minutos empezó a dar un montón de golpes en la puerta y a chillarme", relata. Nayara se encerró en el almacén del local "con un ataque de ansiedad": "Fue horrible".

Mientras el hombre seguía dando golpes para intentar entrar, ella llamó -sin éxito- a la dueña del bar y a su madre. Poco después, llegó una patrulla de la Ertzaintza, que obligó al cliente a abandonar la zona.

Desamparada laboralmente

Nayara relató lo sucedido a la responsable del bar: "Lo primero que hizo fue decirme que soy una loca y que me tenía que callar por el bien del local". "Le avisé de que lo iba a denunciar y me advirtió que eso tendría consecuencias", relata.

En el juicio rápido celebrado tras la denuncia de agresión sexual, "tanto la jueza como la fiscal" le dijeron que "no era un delito leve, sino que es un delito grave", según explica ella misma. Se dictó una orden de protección de la víctima para que el denunciado no pudiera acercarse ni comunicarse con ella, además de asegurarle que se abriría una investigación al respecto.

Nayara acudió con esa resolución a ver a su jefa que, de nuevo, le manifestó su enfado por la denuncia y le comunicó que iba a despedirla. "¿Prefieres perder un cliente que es un agresor sexual, que te va a seguir creando problemas con otras empleadas o perder a tu empleada?", le cuestionó la joven.

La víctima insiste en que tratará de "llegar hasta el final" para evitar que, tanto la agresión sexual como el despido, queden impunes. La familia de la joven ha convocado una manifestación en Zalla el próximo 4 de marzo en repulsa por lo sucedido.