Del cuasi esperpento del pasado martes, con dos ministras a la gresca en la rueda de prensa semanal del Gobierno, a la irritación de importantes dirigentes del PSOE por no haber sabido argumentar correctamente en público que la subida en cincuenta euros mensuales del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) sí debería tributar en el IRPF, a la batalla cada vez más abierta por parte del ala socialista del Ejecutivo contra la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para proteger a la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero. Así, en tres tiempos o estadíos, ha evolucionado la 'crisis del SMI', en la que este jueves volvió a terciar con una posición nítidamente contraria a que sus perceptores tributen en la campaña...
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