Los restos hallados en una cueva de Granada podrían ser de una niña perdida hace más de 40 años

El departamento de antropología forense de la Universidad de Granada está desarrollando análisis de los restos óseos encontrados en una cueva de la Sima del Carrascal, en la zona de El Chaparral, al norte de la provincia de Granada, para determinar si corresponden o no con los de una niña desaparecida en 1983 o los de una mujer adulta a la que se le perdió el rastro en la década de los 90.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha explicado este jueves que estas son las principales hipótesis: "Sí se ha determinado por toda la trazabilidad genética" que los huesos hallados pertenecen a una menor y a una mujer adulta. Tras los trabajos desarrollados por el Instituto de Medicina Legal de Granada, científicos de la UGR investigan ahora "cuántos años como máximo" hace que desaparecieron estos restos humanos, según ha apuntado Fernández.

Si consiguen determinar que están "en el período de 1983", es decir, cuando desapareció la menor en Cúllar o "en la década de los 90", cuando se le perdió la pista a una mujer en Húescar, "se pedirá el contraste con los familiares". "Con los que sea posible" y aquellos que sigan vivos, han detallado.

La concreción de un período

El objetivo será "comprobar" si se trata de restos de la menor y la adulta desaparecidas, "ambas vinculadas a una investigación que la Guardia Civil tiene abierta". Si así fuera, "quedaría pendiente de análisis y del cotejo del ADN, que todavía no se ha hecho", pues están a la espera de la "data" que reflejen los expertos en su informe, determinando finalmente si data de "ese período".

Este miércoles, según informan fuentes judiciales, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Huéscar, encargado de investigar la procedencia e identidad de estos restos humanos, no había recibido aún el informe técnico que podría avanzar en la confirmación de la identidad de las personas a quienes corresponden.

El primer análisis se activó después de que la Asociación Espeleológica Velezana hallara los restos en esta cueva de difícil acceso, a unos 60 metros de profundidad, que descubrió un pastor de la zona. Poco tiempo después, se activó una segunda expedición para recuperar todos los restos óseos posibles y así poder realizar "análisis completos que ayuden a la identificación de las víctimas y las circunstancias de sus muertes".