Caminando entre las calles del municipio valenciano de Massanassa aún se pueden apreciar los restos de barro en muchas de las fachadas que todavía esperan poder ser limpiadas. La mayoría de los comercios locales continúan cerrados y en su avenida principal llama la atención que los semáforos, aunque se mantienen en pie, siguen sin funcionar . «Si miras al asfalto se ven las marcas de haber arrastrado los coches. Está roto. Y todos los garajes se mantienen abiertos, para que ventilen. Todavía huele a barro », explica María Yuste , una de las tantas vecinas afectadas. Ella y su familia, de ocho miembros, han vivido de cerca el horror que la Dana dejó en la Horta Sud hace poco más...
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