Los horizontes de futuro se oscurecen por la dura sequía de talento
A pesar de ser uno de los motores económicos del país, el sector de la construcción en España se enfrenta a múltiples desafíos que ponen a prueba su capacidad para evolucionar. Uno de ellos, y quizá el más relevante al que hoy por hoy no se encuentra solución, es la escasez de mano de obra cualificada . Un problema que se lleva arrastrando desde la crisis financiera de 2008 que provocó la pérdida de cientos de miles de empleos y el cambio de sector de muchos trabajadores. Desde entonces, ha sido difícil recuperar el atractivo de la construcción entre las nuevas generaciones. En la actualidad, explica Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, a pesar de que hay vacantes disponibles, muchas empresas tienen dificultades para encontrar trabajadores con la formación y experiencia necesarias. La falta de atractivo del sector sobreviene al ser históricamente percibidos como empleos duros, con falta de estabilidad, escasas oportunidades de desarrollo profesional y poco interesantes en términos de condiciones laborales. Además, la falta de relevo generacional –el 70% de los trabajadores en la construcción tienen más de 40 años– y el déficit de formación específica hace que la brecha entre la demanda del mercado y la preparación de los trabajadores sea cada vez más extensa. Con los datos en la mano, si analizamos la competencia por puestos de trabajo, vemos que en algunas profesiones la demanda de empleados supera la oferta de candidatos: por ejemplo, para un empleo de obrero de la construcción existen 4.000 vacantes pero solo 44 candidatos; para electricistas baja a 17 y se reduce a 9 candidatos para los fontaneros. Y es que, si seguimos haciendo caso a las cifras, a los cinco años de terminar sus estudios, solo el 42,8% de los titulados en FP de Grado Medio y el 44,9% de los de Grado Superior cuentan con un contrato indefinido, cifras inferiores a la media de otras familias profesionales. Es cierto que el sector de la construcción, en general, y la industria cementera , en particular, nunca se ha destacado por ser particularmente 'sexy', puntualizan desde Cementos la Cruz. Sin embargo, la digitalización y la incorporación de tecnologías de la Industria 4.0 están abriendo nuevas oportunidades para captar talento y redefinir perfiles profesionales que antes no se contemplaban. Aunque en el futuro buena parte de los trabajos serán realizados por máquinas, este nuevo escenario no supone ninguna amenaza para la creación de empleo. Más bien al contrario, «mitigará la falta de mano de obra cualificada y podemos verlo como una oportunidad de oro para prestigiar la imagen del sector y hacerlo atractivo para la incorporación de trabajadores cualificados». Estos datos no dejan de ser preocupantes para una industria que representa más del 12% del PIB del país y genera empleo para 1,5 millones de personas, indica Carlos Martínez Bertrand, director gerente de la Plataforma Tecnológica Española de la Construcción (PTEC), y para ello es fundamental abordar el desfase existente entre la formación académica y las demandas del mercado. «La construcción ha experimentado significativos avances en los últimos años, con la incorporación de nuevas tecnologías y materiales, sin embargo, los programas educativos a menudo no se adaptan a este ritmo evolutivo». Como resultado, aunque existan personas interesadas en trabajar en el sector, frecuentemente carecen de las habilidades específicas que requieren las empresas. Además, la competencia con otras industrias es intensa. «Sectores como la tecnología, la energía renovable y la logística ofrecen condiciones laborales más atractivas para muchos jóvenes, haciendo que la construcción se vea desfavorecida en la atracción de talento que podría ser crucial para su modernización». Por otro lado, cabe destacar que según el Indicador del Clima de la Construcción (ICC), que mide la confianza del sector, éste se situó en +15,8 puntos en febrero de 2025, un incremento de 7,7 puntos respecto al mes anterior y 10,2 puntos por encima del mismo mes en 2024. Es decir, las empresas del sector ven con optimismo el futuro inmediato, lo que puede traducirse en más inversión y generación de empleo, aunque, advierte el informe, aún existen desafíos estructurales, como la escasez de mano de obra cualificada y la necesidad de adaptar la formación a la demanda real del mercado. Para abordar esta problemática, se están desarrollando estrategias como el impulso de la formación profesional y la capacitación en oficios más orientados al empleo a través de la FP dual y de cursos especializados. Según el último informe del Observatorio Industrial de la Construcción, 'La formación profesional en el sector de la construcción', en la actualidad, el 49,3% de los trabajadores en este sector no ha superado la ESO, mientras que solo el 24,5% cuenta con estudios de FP. Este déficit formativo limita no sólo la modernización del sector, sino que también dificulta la incorporación de nuevas generaciones. La baja
A pesar de ser uno de los motores económicos del país, el sector de la construcción en España se enfrenta a múltiples desafíos que ponen a prueba su capacidad para evolucionar. Uno de ellos, y quizá el más relevante al que hoy por hoy no se encuentra solución, es la escasez de mano de obra cualificada . Un problema que se lleva arrastrando desde la crisis financiera de 2008 que provocó la pérdida de cientos de miles de empleos y el cambio de sector de muchos trabajadores. Desde entonces, ha sido difícil recuperar el atractivo de la construcción entre las nuevas generaciones. En la actualidad, explica Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, a pesar de que hay vacantes disponibles, muchas empresas tienen dificultades para encontrar trabajadores con la formación y experiencia necesarias. La falta de atractivo del sector sobreviene al ser históricamente percibidos como empleos duros, con falta de estabilidad, escasas oportunidades de desarrollo profesional y poco interesantes en términos de condiciones laborales. Además, la falta de relevo generacional –el 70% de los trabajadores en la construcción tienen más de 40 años– y el déficit de formación específica hace que la brecha entre la demanda del mercado y la preparación de los trabajadores sea cada vez más extensa. Con los datos en la mano, si analizamos la competencia por puestos de trabajo, vemos que en algunas profesiones la demanda de empleados supera la oferta de candidatos: por ejemplo, para un empleo de obrero de la construcción existen 4.000 vacantes pero solo 44 candidatos; para electricistas baja a 17 y se reduce a 9 candidatos para los fontaneros. Y es que, si seguimos haciendo caso a las cifras, a los cinco años de terminar sus estudios, solo el 42,8% de los titulados en FP de Grado Medio y el 44,9% de los de Grado Superior cuentan con un contrato indefinido, cifras inferiores a la media de otras familias profesionales. Es cierto que el sector de la construcción, en general, y la industria cementera , en particular, nunca se ha destacado por ser particularmente 'sexy', puntualizan desde Cementos la Cruz. Sin embargo, la digitalización y la incorporación de tecnologías de la Industria 4.0 están abriendo nuevas oportunidades para captar talento y redefinir perfiles profesionales que antes no se contemplaban. Aunque en el futuro buena parte de los trabajos serán realizados por máquinas, este nuevo escenario no supone ninguna amenaza para la creación de empleo. Más bien al contrario, «mitigará la falta de mano de obra cualificada y podemos verlo como una oportunidad de oro para prestigiar la imagen del sector y hacerlo atractivo para la incorporación de trabajadores cualificados». Estos datos no dejan de ser preocupantes para una industria que representa más del 12% del PIB del país y genera empleo para 1,5 millones de personas, indica Carlos Martínez Bertrand, director gerente de la Plataforma Tecnológica Española de la Construcción (PTEC), y para ello es fundamental abordar el desfase existente entre la formación académica y las demandas del mercado. «La construcción ha experimentado significativos avances en los últimos años, con la incorporación de nuevas tecnologías y materiales, sin embargo, los programas educativos a menudo no se adaptan a este ritmo evolutivo». Como resultado, aunque existan personas interesadas en trabajar en el sector, frecuentemente carecen de las habilidades específicas que requieren las empresas. Además, la competencia con otras industrias es intensa. «Sectores como la tecnología, la energía renovable y la logística ofrecen condiciones laborales más atractivas para muchos jóvenes, haciendo que la construcción se vea desfavorecida en la atracción de talento que podría ser crucial para su modernización». Por otro lado, cabe destacar que según el Indicador del Clima de la Construcción (ICC), que mide la confianza del sector, éste se situó en +15,8 puntos en febrero de 2025, un incremento de 7,7 puntos respecto al mes anterior y 10,2 puntos por encima del mismo mes en 2024. Es decir, las empresas del sector ven con optimismo el futuro inmediato, lo que puede traducirse en más inversión y generación de empleo, aunque, advierte el informe, aún existen desafíos estructurales, como la escasez de mano de obra cualificada y la necesidad de adaptar la formación a la demanda real del mercado. Para abordar esta problemática, se están desarrollando estrategias como el impulso de la formación profesional y la capacitación en oficios más orientados al empleo a través de la FP dual y de cursos especializados. Según el último informe del Observatorio Industrial de la Construcción, 'La formación profesional en el sector de la construcción', en la actualidad, el 49,3% de los trabajadores en este sector no ha superado la ESO, mientras que solo el 24,5% cuenta con estudios de FP. Este déficit formativo limita no sólo la modernización del sector, sino que también dificulta la incorporación de nuevas generaciones. La baja presencia de titulados en la rama específica de Edificación y Obra Civil apenas representa el 5,5% de los profesionales del sector. En contraste, la mayoría proviene de Electricidad y Electrónica (26,7%) y Administración y Gestión (19,3%), lo que revela una desconexión entre la oferta formativa y la demanda real de empleo. Esta falta de perfiles cualificados es preocupante, especialmente porque hasta 2035 se generarán 740.000 oportunidades de empleo en la construcción, de las cuales 170.000 estarán dirigidas a este nivel formativo y la mayoría responderá a reemplazo generacional. Desde la otra vertiente formativa que nutre al sector, Justo Vicente, miembro de la Junta Rectora del Colegio de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos, afirma que la ingeniería civil vive un momento clave : «Estamos asistiendo a un periodo de gran desarrollo de la construcción en España, aunque sin llegar a los niveles previos a 2008. La coyuntura generada por los fondos Next Generation y la inversión privada en sectores como los Centros de Procesos de Datos o la vivienda han impulsado esta recuperación». Pero este crecimiento se enfrenta a retos estructurales como el incremento de precios tanto de materiales –influidos por el alza de la energía, el transporte, la localización de origen– y la escasez de profesionales en todas las áreas, desde oficios hasta técnicos. La falta de ingenieros de proyectos, ingenieros de oficina técnica, jefes de producción, jefes de obra o técnicos especializados es una de las grandes preocupaciones y aunque desde Caminos Madrid «trabajamos activamente para despertar el interés de los jóvenes por esta disciplina clave para la infraestructura del futuro, debemos recuperar la estima por el sector y que quienes decidan formarse en él sientan que su trabajo es reconocido como esencial para la sociedad, y eso pasa por la industrialización, la digitalización, la dignificación de las profesiones técnicas y mejoras en las remuneraciones», señala Vicente. También las mejoras en las condiciones laborales, con mejores prácticas y mayor seguridad en el trabajo mediante la automatización de tareas peligrosas con robots o el uso de sensores para comprobar los riesgos en tiempo real, podrían disminuir de manera importante los accidentes en las obras , mejorando las condiciones para los trabajadores y haciendo el sector más atractivo. Otro aspecto a tener en cuenta es el fomento de la inmigración cualificada que podría ayudar a cubrir y paliar la actual demanda. Desde Europa también promueven una formación y cualificación que se traduzca en solución a esta necesidad urgente: si la construcción quiere seguir siendo competitiva, debe garantizar que sus trabajadores cuenten con las habilidades adecuadas. Para ello impulsa una nueva edición del 'Construction Blueprint 2'. Un proyecto cofinanciado por el programa Erasmus+ con un doble enfoque: por un lado, anticiparse a las nuevas exigencias laborales derivadas de la transición digital y ecológica ; y por otro, establecer un marco de formación flexible y adaptado a las necesidades del mercado. El plan contempla el desarrollo de planes de formación modulares en Formación Profesional y educación superior, la creación de una matriz digital de competencias emergentes y una plataforma que integre recursos de reciclaje profesional. Además, se plantea la implementación de un sistema de micro-certificaciones , pensado para acreditar conocimientos específicos y facilitar la empleabilidad. En esta nueva realidad digital imparable que estamos viviendo, ¿puede ser también la tecnología la solución a un sector de carácter artesano o tradicional? La construcción industrializada y modular, la digitalización y nuevas técnicas constructivas podrían ser claves para hacer más atractivo el sector, además de una gran oportunidad frente al paro juvenil , pero es una transformación que requiere tiempo y exige nuevas competencias que supera la capacidad actual de formación y reciclaje. El sector necesita una transición bien planificada y una mayor inversión en formación tecnológica para hacerla efectiva. Según PTEC, la Construcción 4.0 permitiría optimizar procesos, reducir costes y aumentar la seguridad laboral, atrayendo así a nuevos profesionales. «No es únicamente un proceso de digitalización, sino un proceso de transformación completa en la forma de diseñar, construir y gestionar infraestructuras y edificios», aseguran. El empleo de herramientas como el Building Information Modelling (BIM), sensores IoT, inteligencia artificial o impresión 3D permite, entre otras cosas, optimizar los procesos, reducir errores, disminuir costes y plazos. En definitiva, incrementar el atractivo de la construcción como profesión para las nuevas generaciones.
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