La UE, perpleja al quedarse fuera de la negociación entre Trump y Putin sobre Ucrania
La Unión Europea ha recibido con cierta perplejidad la decisión del presidente norteamericano Donald Trump de lanzar las negociaciones de paz con Rusia sin consultar ni con la propia Ucrania y menos aún con los europeos. A los ministros de un grupo de países (Francia, Alemania, Polonia, Italia y España además del Reino Unido) que estaban reunidos en París con la jefa de la diplomacia comunitaria Kaja Kallas , apenas le dio tiempo de publicar un comunicado en el que a pesar de todo insisten en pedir que Europa «participe en cualquier negociación». En los países bálticos, sobre todo, cunde una sensación de alerta ante las consecuencias de los planes de Trump. Los ministros al menos consiguieron redactar un comunicado con el que pretendían mantener cierta dignidad diciendo que los europeos «estamos dispuestos a aumentar nuestro apoyo a Ucrania. Nos comprometemos a defender su independencia, soberanía e integridad territorial frente a la guerra de agresión de Rusia. Compartimos el objetivo de seguir apoyando a Ucrania hasta que se logre una paz justa, integral y duradera. Una paz que garantice los intereses de Ucrania y los nuestros» y que su objetivo es «discutir el camino a seguir junto con nuestros aliados estadounidenses. Nuestros objetivos comunes deben ser poner a Ucrania en una posición de fuerza. Ucrania y Europa deben participar en cualquier negociación». A pesar de lo que ha dicho ya la Administración Trump, los ministros europeos insisten en que contar con Kiev sería «una condición necesaria para una seguridad transatlántica fuerte». Fuera de esa reunión, el ex ministro de Exteriores lituano Gabrielius Landsbergis publicó un amargo mensaje en redes sociales con alusiones históricas al inicio de la II guerra mundial. «¿Sin membresía en la OTAN ni tropas sobre el terreno? Suena como abandonar Ucrania» Y en referencia a la reunión sobre seguridad que se celebra en Múnich mañana afirma que «los delegados no viajan allí para negociar, sino para darle a Zelenski la mala noticia». Y en referencia al histórico «Pacto de Múnich» en el que se concedió a Hitler gran parte del territorio de Checoslovaquia, inisite en que «si este acuerdo produce un trozo de papel que garantice la paz para nuestra época, deberíamos llamarlo Múnich 2». El ministro estonio de Defensa, por su parte, ha dicho esta mañana al entrar en la reunión de la OTAN que «no habrá paz sin Ucrania. No puede ser que venga uno y diga cuando se va a negociar. Eso tiene que decirlo Ucrania» y en cuanto al ingreso de Ucrania en la Alianza reafirmó su opinión de que «la OTAN ha de cumplir su promesa» de admitir a este país.
La Unión Europea ha recibido con cierta perplejidad la decisión del presidente norteamericano Donald Trump de lanzar las negociaciones de paz con Rusia sin consultar ni con la propia Ucrania y menos aún con los europeos. A los ministros de un grupo de países (Francia, Alemania, Polonia, Italia y España además del Reino Unido) que estaban reunidos en París con la jefa de la diplomacia comunitaria Kaja Kallas , apenas le dio tiempo de publicar un comunicado en el que a pesar de todo insisten en pedir que Europa «participe en cualquier negociación». En los países bálticos, sobre todo, cunde una sensación de alerta ante las consecuencias de los planes de Trump. Los ministros al menos consiguieron redactar un comunicado con el que pretendían mantener cierta dignidad diciendo que los europeos «estamos dispuestos a aumentar nuestro apoyo a Ucrania. Nos comprometemos a defender su independencia, soberanía e integridad territorial frente a la guerra de agresión de Rusia. Compartimos el objetivo de seguir apoyando a Ucrania hasta que se logre una paz justa, integral y duradera. Una paz que garantice los intereses de Ucrania y los nuestros» y que su objetivo es «discutir el camino a seguir junto con nuestros aliados estadounidenses. Nuestros objetivos comunes deben ser poner a Ucrania en una posición de fuerza. Ucrania y Europa deben participar en cualquier negociación». A pesar de lo que ha dicho ya la Administración Trump, los ministros europeos insisten en que contar con Kiev sería «una condición necesaria para una seguridad transatlántica fuerte». Fuera de esa reunión, el ex ministro de Exteriores lituano Gabrielius Landsbergis publicó un amargo mensaje en redes sociales con alusiones históricas al inicio de la II guerra mundial. «¿Sin membresía en la OTAN ni tropas sobre el terreno? Suena como abandonar Ucrania» Y en referencia a la reunión sobre seguridad que se celebra en Múnich mañana afirma que «los delegados no viajan allí para negociar, sino para darle a Zelenski la mala noticia». Y en referencia al histórico «Pacto de Múnich» en el que se concedió a Hitler gran parte del territorio de Checoslovaquia, inisite en que «si este acuerdo produce un trozo de papel que garantice la paz para nuestra época, deberíamos llamarlo Múnich 2». El ministro estonio de Defensa, por su parte, ha dicho esta mañana al entrar en la reunión de la OTAN que «no habrá paz sin Ucrania. No puede ser que venga uno y diga cuando se va a negociar. Eso tiene que decirlo Ucrania» y en cuanto al ingreso de Ucrania en la Alianza reafirmó su opinión de que «la OTAN ha de cumplir su promesa» de admitir a este país.
