La suba de importaciones, luz amarilla en la negociación con el FMI

El bajo incentivo del sector agropecuario para liquidar divisas -aún con baja temporal de retenciones-, junto con las medidas de apertura comercial, comienzan a poner en tensión la acumulación de reservas del Banco Central (BCRA), uno de los ejes en la puja por los dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En febrero, las importaciones demandaron u$s 5864 millones, lo que explica un incremento interanual de 42,3%, según el informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Por su parte, las exportaciones aportaron u$s 6092 millones, lo que reflejó un aumento interanual de 10,1% impulsado principalmente por un incremento de 12% en las cantidades exportadas, mientras que los precios registraron una caída de 1,6%.

En febrero de 2025, Argentina mostró un superávit comercial de apenas u$s 227 millones, "cuando en igual mes de un año atrás el saldo favorable había sido de u$s 1.409 millones", contrastó Abeceb. "Se ubicó así bastante por debajo del valor que esperaba el mercado de u$s 790 millones según el REM y se da luego de otro superávit magro de u$s 162 millones en enero", agregó.

Con estos resultados, en el primer bimestre el saldo comercial suma apenas u$s 370 millones, muy por debajo de los u$s 2.200 millones que se acumularon en el mismo plazo de 2024.

Acuerdo ¿blindado?

Aunque el gobierno de Javier Milei, en una votación ajustada, consiguió que el Congreso no rechace el DNU que permite un nuevo endeudamiento con el FMI, existe incertidumbre respecto a las condiciones que se negocian y las metas que fijará el organismo internacional.

En ese sentido, un tema que resulta clave, aunque no existe confirmación oficial, es el interés del FMI porque la Argentina fortalezca la posición del BCRA con incremento de reservas, algo que al Gobierno le está costando en lo que va del año.

En febrero, "el superávit comercial fue el segundo más bajo desde el comienzo del gobierno (solo superando a enero pasado)", destacó el informe de LCG y valoró el aporte del sector energético que sumó u$s 617 millones mientras que el resto descontaron u$s 390 millones.

En contraste con el alivio que aportan los recursos de Vaca Muerta, el sector automotriz registró un déficit "significativo" de u$s 583 millones, por encima a los u$s 252 millones del mismo mes del 2024, debido a subas en las importaciones de 48,6% anual y exportaciones creciendo un 13,8%.

Tensión en la meta

Aunque la situación no se equipara con la de 2017, desde LCG indicaron que las cuentas externas empiezan a reflejar la "tensión" de la política cambiaria, mientras "el superávit se deteriora gradualmente por efecto de una marcada recuperación de las importaciones con exportaciones creciendo a un paso más lento".

Al margen de una eventual corrección de la política cambiaria negociada con el FMI en el marco de un nuevo acuerdo, LCG no advierte cambios profundos en la dinámica de exportaciones e importaciones en el corto plazo.

En ese sentido, la proyección de exportaciones para 2025 asciende a u$s 81.600 millones, y de importaciones a u$s 69.200 millones, dejando un superávit comercial de u$s 12.400 millones, lo que resta u$s 6500 millones al resultado de 2024.

En cambio, desde Abeceb, ajustaron la proyección. Frente a importaciones creciendo "por encima de las expectativas" y una reactivación "más veloz a la esperada", los economistas que coordina Dante Sica, anticipan un "recorte significativo" en la estimación de superávit comercial de los u$s12.000 millones a los u$s 9000 millones en 2025.

"Con esta dinámica importadora en un contexto de apreciación cambiaria y apertura económica se está achicando ostensiblemente el superávit comercial en un momento en que sin acuerdo con el FMI aun firmado se necesitan más reservas que nunca", advirtió la consultora.