La Reconstrucción del navío San Juan Nepomuceno: Un proyecto de Nación
Imagen de portada: pintura del maestro Geoff Hunt. Navío con porte de 74 cañones, igual que el Nepomuceno El Nepomuceno fue diseñado y creado en lo que bien podría denominarse como la Maison Balenciaga de los navíos, o lo que es igual: Guarnizo. ¿Razón? Como en la moda, el patrón. Y como en tecnología naval,... Leer más La entrada La Reconstrucción del navío San Juan Nepomuceno: Un proyecto de Nación aparece primero en Zenda.

Imagen de portada: pintura del maestro Geoff Hunt. Navío con porte de 74 cañones, igual que el Nepomuceno
Esta no es una reseña normal porque el libro del que trato habla de un barco que, en cierto modo, tampoco lo fue. El buque en cuestión es el San Juan Nepomuceno, una nave que, 260 años después de su desaparición, se ha propuesto reconstruir, en base a un ambicioso y bien diseñado proyecto de transversalidad política y social, un grupo de profesionales dedicados a la historia, la ingeniería, la divulgación y la empresa. Pero ¿por qué este barco y no otro? Veámoslo.
Para reinar en el juego geopolítico de aquel entonces había que tener madera, tanto en el sentido figurado de la expresión como el significado natural de la misma. ¡Vaya sí de ambas había en España! Por dicho motivo el libro comienza hablando sobre ella a raíz del trabajo que hoy día continúa preservando la Cabaña Real de Carreteros. En el primer capítulo, escrito por Antonio Martín Chicote, los lectores entenderán el valor que guardan los bosques históricos de la Armada, en la comarca pinariega de Castilla y León y, a través de un arco temporal que atraviesa la Edad Moderna, podrá sumergirse en la labor de unas gentes que mantienen con vida no sólo las labores que abrazan la carpintería de ribera sino la propia pez, o lo que es igual, la fábrica de betunes que se usaba para calafatear los buques.

Reconstrucción de la fragata Hermione, orgullo de Francia y nave coetánea al San Juan Nepomuceno. Un trabajo que se llevó a cabo durante 25 años en La Rochelle
Como haría el propio Nepomuceno, este primer bloque cabecea hasta un segundo capítulo que introduce el contexto de la Ilustración y las aspiraciones científicas de nuestro país a lo largo del siglo de las luces. En él, Milagrosa Romero Samper atiende a la defensa de lo intrínseco y demuestra cómo el hecho de que España liderase en gran parte aquel periodo choca abruptamente con la maniquea percepción de que Francia nos implantara el pensamiento crítico, o con la también arquetípica idea de que los siglos que precedieron a la Ilustración de la Monarquía Hispánica fueran poco menos que 250 años de oscurantismo.
Seguidamente entramos en los capítulos de Fernando Cevallos y Rodrigo Pérez, al alimón, historiador e ingeniero, que abren la puerta al entorno técnico del propio barco. Con ambos, los lectores podrán adentrarse en el astillero que levantó al Nepomuceno y descifrar el camino que siguió la tecnología naval a través de los grandes hombres que prepararon el nuevo arte y la ciencia de construir los bajeles del rey. Gaztañeta, Jorge Juan y Gautier se imbrican en los deseos reformistas de prohombres administrativos como Patiño o Ensenada, en tanto va creciendo Santander como un hub (centro conector) que hereda la capacitación laboral devenida de los tiempos de Felipe II.
El capítulo de Agustín Rodríguez es todo un aviso a navegantes. Muy especialmente para los más incautos, los que aún a día de hoy siguen pensando qué nuestros vecinos ingleses tenían mayores competencias en aquello de la instrucción y el disparo a bordo. Nada más lejos. En la horquilla temporal del Nepomuceno, España desarrolló importantes innovaciones y tratados en puntería de la mano de Grandallana, Rovira y el que fuera el propio comandante del barco protagonista en la batalla de Trafalgar: don Cosme Damián Churruca.

Busto de Cosme Damián Churruca que custodia el Museo Naval, en homenaje al gran marino ilustrado y último comandante del navío en Trafalgar
Por mi parte, descubro cómo el barco y el gran Churruca están mucho más conectados en la cotidianidad de lo que muchos piensan. Lo hace repasando la literatura, el ensayo, la pintura y, en general, toda expresión artística y cultural que haya puesto de manifiesto la importancia del navío en lo que fue, sin lugar a dudas, el momento crepuscular de la Ilustración y, por ende, el albor de una nueva era.
Además tenemos un capítulo, el de Víctor García, dedicado a repasar el conjunto de campañas en las que participó el barco. Desde Argel y Tolón a Trafalgar, pero abriendo el espectro a los años en los que participó activamente en la Independencia de Estados Unidos, uno de los escenarios más olvidados del tapiz geopolítico español y, sin embargo, apasionante para entender las relaciones internacionales que tiene España con Norteamérica.
Y llegamos a puerto: Carlos Delgado propone en su capítulo hacer un repaso al marco general de la Marina Ilustrada en base a la herencia recibida, tratando de hacer ver a los lectores la entidad constructora de los siglos precedentes y la enorme significación que tuvieron empresas globales que necesitaron de un aprendizaje al galope de un imperio en formación. Un imperio que, cuando estuvo consolidado, hubo de hacer frente a las tensiones sobrevenidas de un tiempo industrial que llamaba a la puerta con fuerza y que, lejos de dejar un recuerdo, pone de relieve la deuda que tenemos todos para explicar cómo España fue cabeza de este planeta llamado Tierra durante casi cuatrocientos años.
El libro se acompaña de un prólogo en el que Guillermo Nicieza compone un mosaico sobre la influencia marítima asociada íntimamente a la naturaleza social de nuestro país. Mediante la misma explica el creciente interés por la cultura naval que hoy vemos a través de proyectos como el que justifica este libro: la reconstrucción del propio San Juan Nepomuceno.
Quizá por eso, Javier Santamarta propone abrochar el libro con un epílogo en clave de interrogación. Nuestra historia está más viva que nunca. El empeño sincero en edificar un futuro que sea honrado con los que dieron todo por la España que habitamos es la piedra angular sobre la que hacer que una empresa que bien puede parecer imposible sea, desde luego, una realidad que se mida mucho más allá de su manga y eslora.
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Autor: VV.AA. Título: San Juan Nepomuceno: Defensa de un proyecto de nación. Editorial: Nautica Robinson.
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