La película de Luis Tosar que ha llegado a Netflix: entre las españolas mejor valoradas y dura menos de dos horas
Icíar Bollaín dirigió esta historia basada en hechos reales sobre la mujer que quiso conocer al etarra que había asesinado a su marido.

2021 fue el año, en España, de El buen patrón. Película más nominada en la historia de los Goya, la sátira protagonizada por Javier Bardem le dejó muy poco espacio a sus rivales en la fiesta del cine español. Sin embargo, el tiempo ha reivindicado a Maixabel, protagonizada por Blanca Portillo (que ganó el Goya) y Luis Tosar.
Disponible en Netflix, Maixabel se introdujo en el terrorismo etarra desde un ángulo que, hasta el momento, no se había abordado en el cine. Hablamos de la vía Nanclares, que permitía a los terroristas etarras en proceso de reinserción reunirse, si estos accedían, con los familiares de sus víctimas.
Maixabel Lasa (que aparece en la última escena de la película) había sufrido el asesinato de su marido, el gobernador civil de Vitoria y político socialista Juan María Jaúregui. Años después, Maixabel recibe la noticia de que uno de los implicados en el asesinato de su marido quería verla y, tras consultarlo a fondo con su familia, accedió.
Así se prepararon Portillo y Tosar para 'Maixabel'
Dirigida por Icíar Bollaín, Maixabel era la cuarta vez que Luis Tosar colaboraba con la directora madrileña, tras Flores de otro mundo, Te doy mis ojos y También la lluvia. Por todas ellas (salvo También la lluvia), Tosar fue nominado a un Goya, y lo ganó por Te doy mis ojos.
Luis Tosar pidió reunirse con Ibon Etxezarreta, al que encarna en la película y al que se le concedió el tercer grado. Etxeazarreta fue uno de los responsables del asesinato de Maixabel y, como pudo verse en el documental ETA: El final del silencio, de Jon Sistiaga, se reúne con frecuencia con ella.
Por su parte, Blanca Portillo se entrevistó en repetidas ocasiones con Maixabel Lasa. A Icíar Bollaín se le ocurrió que, debido a que el encuentro entre Maixabel e Ibon debía ser el momento culminante de la película, Tosar y Portillo no debían coincidir en el set de rodaje hasta entonces.
La escena que rodaron juntos tenía, así, algo de realismo: recogía el instante en que por fin se veían dos personas que lo sabían todo el uno de la otra, pero que nunca se habían mirado a los ojos, ya que esta era la primera vez que Blanca Portillo y Luis Tosar trabajaban juntos.
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