La 'Florencia de Guadalajara': tiene uno de los primeros edificios renacentistas de España

La provincia de Guadalajara es un destino por descubrir en España. Quizás cuando pensamos en hacer un viaje no suele ser nuestra primera opción. Sin embargo, esta zona de Castilla-La Mancha presume de una gran cantidad de lugares maravillosos que tienen que conocerse. Paisajes naturales únicos o edificaciones medievales que han conseguido llegar hasta nuestros días.

Entre todos esos municipios, resalta uno al que le hacen llamar la 'Florencia de Guadalajara'. Se trata de Cogolludo, situado a solo unos 40 kilómetros de la capital. Su origen se remonta a la reconquista de esta zona en el siglo XI. Desde 1085 fue un territorio que perteneció a los Reyes de Castilla. La historia todavía se puede descubrir recorriendo sus calles, donde se pueden visitar edificios espectaculares.

Qué ver en Cogolludo

Uno de los lugares donde debemos hacer una parada obligatoria es en el Palacio de Medinaceli. Se trata de un edificio ducal que comenzó a construirse en 1488 y finalizó en 1492. Fue Luis de la Cerda quien mandó construirlo para su hija Leonor, que estaba casada con Rodrigo de Mendoza.

Esta considerado como uno de los primeros edificios renacentistas de España. Y lo que más llama la atención es la decoración almohadillada de tipo florentino que se puede ver en la fachada. En la parte baja no hay ventanas, tan solo una portada adintelada que está rematada con un frontón de vuelta redonda.

La Plaza Mayor es otro rincón precioso de Cogolludo. Con forma rectangular, es el centro neurálgico de la localidad. Al igual que ocurre con el Palacio de Medinaceli, se empezó a construir en el siglo XV. La componen dos lados de casas con soportales en las que se pueden ver escudos nobiliarios y símbolos como el de la Cruz de Calatrava. Aquí también está el edificio del Ayuntamiento con una torre de reloj.

La iglesia de Santa María se erige como uno de los puntos más altos del pueblo. Fue construida en el siglo XVI y, en ella, destaca su torre rematada con un chapitel muy elegante y un ábside poligonal con contrafuertes. Su interior está dividido por tres naves que están cubiertas por bóvedas de crucería de estilo gótico.

Otra edificación religiosa que se puede visitar es la iglesia de San Pedro, que fue construida sobre los restos de otra iglesia románica. Y por último, el castillo. A pesar de estar en ruinas, merece la pena ver el recinto amurallado que todavía está en pie. Además, en el interior de una de las torres todavía se puede contemplar media cúpula.

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