En 1909 fue tal el público que se agolpó desde mediodía del Jueves Santo en el Palacio Real, que algunas personas se retiraron medio asfixiadas . Tres años después, se temió que la tribuna destinada al gentío fuera a desbordarse por el Salón de Columnas, rompiendo la barandilla que limitaba su estancia. Aquella era una de las ceremonias más esperadas cada Semana Santa en Madrid . «La más vistosa y conmovedora», decía este periódico en 1912 . Ese día, y solo ese, el Rey se arrodillaba ante doce pobres y les lavaba los pies , asistido por grandes de España. Era una tradición instituida por Fernando III de Castilla , que se había celebrado casi sin interrupción durante siete siglos,...
Ver Más