La Comunidad protegerá la Huerta de Mena, finca de recreo de la Generación del 27, como Bien de Interés Patrimonial

Una antigua finca agrícola, con agua en abundancia, noria y un pequeño lago, que durante un tiempo fue propiedad de Carlos Arniches, es ahora centro de la polémica entre entidades vecinales de Hortaleza y las administraciones. Es intención de sus actuales propietarias, las Madres Adoratrices, transformar la finca en zona de oficinas, y los vecinos exigen la protección del lugar por sus valores arquitectónicos, paisajísticos e históricos. Para que no se eche en el olvido el que fuera lugar de meriendas y baños de parte de los grandes nombres de la Generación del 27. Según ha sabido ABC, la Consejería de Cultura trabaja ya preparando el expediente que declarará la finca Bien de Interés Patrimonial (BIP). Una protección que no será incompatible con el proyecto urbanístico en marcha. La Huerta de Mena saltó a los titulares en el verano de 2022, en la comisión de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento. Ya se preguntó allí por su posible protección y por el proyecto que entonces se adelantaba, de construir sobre ella oficinas. Han pasado algo más de dos años, y el proyecto sigue adelante. Pero la protección solicitada puede llegar, al menos en parte: la Consejería de Cultura, que dirige Mariano de Paco, ya trabaja en ello. La protección, se dice, seguramente va a afectar a la casa, el jardín y el entorno, y también a los elementos que puedan aparecer y que a juicio de los técnicos merezcan ser protegidos. Esta declaración, apuntan, podría ser compatible con los planes que tienen para el lugar sus propietarias, las Madres Adoratrices. Precisamente el pasado viernes, la plataforma ciudadana Salvar Hortaleza y la coordinadora de entidades ciudadanas de Hortaleza entregaron 6.000 firmas solicitando esa protección ante la consejería. Cuando llegaron las rúbricas, dentro se trabajaba ya en la declaración. Estos colectivos vecinales piensan que este enclave «histórico, cultural, arquitectónico y paisajístico está en peligro ante el avance de un proyecto urbanístico que pretende sustituir este espacio por oficinas». Recuerdan que la finca estuvo muy ligada a la vida y la obra de Carlos Arniches, y también de muchos intelectuales de la época, que pasaron por allí invitados por su propietario: desde José Ortega y Gasset a Rafael Alberti o José Bergamín. Hace sólo unas semanas, el grupo parlamentario de Más Madrid llevó a la comisión de Cultura una proposición no de ley exigiendo la protección integral de la finca Los Almendros, que fue rechazada por el PP, dispuesto a una protección concreta de determinados elementos pero no a aceptar la literalidad de la PNL de la oposición. De hecho, en la Consejería de Cultura confirman que ya están trabajando en la elaboración del expediente que culminará con la declaración BIP. Pero para que eso ocurra, aún tiene que pasar un tiempo, dado que la tramitación de este tipo de expedientes suele prolongarse durante meses. No sólo los vecinos de Hortaleza se han movilizado para conseguir la protección de esta finca: también lo han hecho entidades conservacionistas, como Madrid Ciudadanía y Patrimonio. Desde esta asociación presentaron en diciembre alegaciones al plan parcial de reforma interior de la finca Los Almendros M-40, por considerar que «amenaza los valores históricos, artísticos, paisajísticos y medioambientales de la también llamada Huerta de Mena, para la que ha solicitado repetidamente su declaración como Bien de Interés Patrimonial (BIP) a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid». Defendían en esta entidad que merece esa protección tanto por «tratarse de una finca de recreo anterior a 1900 como por contar con un antiguo viaje de agua» en su interior, lo que le otorgaría a su juicio la protección que establece la Ley de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid de 2023. Desde el área de Cultura explican que se trabaja en la declaración BIP para dar protección a la finca por «el valor inmaterial del conjunto residencial, ejemplo de casa, huerta y jardín de la burguesía entre los siglos XIX y XX». Su nombre originario de Huerta de Mena se debe al caballero toledano Eugenio de Mena y Benavides, que poseía tierras en Hortaleza y otras antiguas villas, y se trataba de una finca de carácter agropecuario cuyo origen se remonta a mediados del siglo XVIII. La finca la compró en 1881 Fernando Rodríguez Pridall, abogado, que construyó la casa principal actual como residencia de recreo, explican desde la Consejería de Cultura. Posteriormente, fue vendida a José Gasset Chinchilla, tío del filósofo Ortega y Gasset. En 1922, la entonces propietaria vende la finca a Carlos Arniches, quien la rebautiza como Los Almendros y pasó en ella varios veranos en compañía de su familia y amigos. De esta época hay testimonios de algunas veladas culturales a las que acudían otros escritores, actores, músicos y artistas, y que convirtieron aquella huerta y aquel jardín en lugar de reunión de la intelectualidad de la época.

Feb 18, 2025 - 03:48
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La Comunidad protegerá la Huerta de Mena, finca de recreo de la Generación del 27, como Bien de Interés Patrimonial
Una antigua finca agrícola, con agua en abundancia, noria y un pequeño lago, que durante un tiempo fue propiedad de Carlos Arniches, es ahora centro de la polémica entre entidades vecinales de Hortaleza y las administraciones. Es intención de sus actuales propietarias, las Madres Adoratrices, transformar la finca en zona de oficinas, y los vecinos exigen la protección del lugar por sus valores arquitectónicos, paisajísticos e históricos. Para que no se eche en el olvido el que fuera lugar de meriendas y baños de parte de los grandes nombres de la Generación del 27. Según ha sabido ABC, la Consejería de Cultura trabaja ya preparando el expediente que declarará la finca Bien de Interés Patrimonial (BIP). Una protección que no será incompatible con el proyecto urbanístico en marcha. La Huerta de Mena saltó a los titulares en el verano de 2022, en la comisión de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento. Ya se preguntó allí por su posible protección y por el proyecto que entonces se adelantaba, de construir sobre ella oficinas. Han pasado algo más de dos años, y el proyecto sigue adelante. Pero la protección solicitada puede llegar, al menos en parte: la Consejería de Cultura, que dirige Mariano de Paco, ya trabaja en ello. La protección, se dice, seguramente va a afectar a la casa, el jardín y el entorno, y también a los elementos que puedan aparecer y que a juicio de los técnicos merezcan ser protegidos. Esta declaración, apuntan, podría ser compatible con los planes que tienen para el lugar sus propietarias, las Madres Adoratrices. Precisamente el pasado viernes, la plataforma ciudadana Salvar Hortaleza y la coordinadora de entidades ciudadanas de Hortaleza entregaron 6.000 firmas solicitando esa protección ante la consejería. Cuando llegaron las rúbricas, dentro se trabajaba ya en la declaración. Estos colectivos vecinales piensan que este enclave «histórico, cultural, arquitectónico y paisajístico está en peligro ante el avance de un proyecto urbanístico que pretende sustituir este espacio por oficinas». Recuerdan que la finca estuvo muy ligada a la vida y la obra de Carlos Arniches, y también de muchos intelectuales de la época, que pasaron por allí invitados por su propietario: desde José Ortega y Gasset a Rafael Alberti o José Bergamín. Hace sólo unas semanas, el grupo parlamentario de Más Madrid llevó a la comisión de Cultura una proposición no de ley exigiendo la protección integral de la finca Los Almendros, que fue rechazada por el PP, dispuesto a una protección concreta de determinados elementos pero no a aceptar la literalidad de la PNL de la oposición. De hecho, en la Consejería de Cultura confirman que ya están trabajando en la elaboración del expediente que culminará con la declaración BIP. Pero para que eso ocurra, aún tiene que pasar un tiempo, dado que la tramitación de este tipo de expedientes suele prolongarse durante meses. No sólo los vecinos de Hortaleza se han movilizado para conseguir la protección de esta finca: también lo han hecho entidades conservacionistas, como Madrid Ciudadanía y Patrimonio. Desde esta asociación presentaron en diciembre alegaciones al plan parcial de reforma interior de la finca Los Almendros M-40, por considerar que «amenaza los valores históricos, artísticos, paisajísticos y medioambientales de la también llamada Huerta de Mena, para la que ha solicitado repetidamente su declaración como Bien de Interés Patrimonial (BIP) a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid». Defendían en esta entidad que merece esa protección tanto por «tratarse de una finca de recreo anterior a 1900 como por contar con un antiguo viaje de agua» en su interior, lo que le otorgaría a su juicio la protección que establece la Ley de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid de 2023. Desde el área de Cultura explican que se trabaja en la declaración BIP para dar protección a la finca por «el valor inmaterial del conjunto residencial, ejemplo de casa, huerta y jardín de la burguesía entre los siglos XIX y XX». Su nombre originario de Huerta de Mena se debe al caballero toledano Eugenio de Mena y Benavides, que poseía tierras en Hortaleza y otras antiguas villas, y se trataba de una finca de carácter agropecuario cuyo origen se remonta a mediados del siglo XVIII. La finca la compró en 1881 Fernando Rodríguez Pridall, abogado, que construyó la casa principal actual como residencia de recreo, explican desde la Consejería de Cultura. Posteriormente, fue vendida a José Gasset Chinchilla, tío del filósofo Ortega y Gasset. En 1922, la entonces propietaria vende la finca a Carlos Arniches, quien la rebautiza como Los Almendros y pasó en ella varios veranos en compañía de su familia y amigos. De esta época hay testimonios de algunas veladas culturales a las que acudían otros escritores, actores, músicos y artistas, y que convirtieron aquella huerta y aquel jardín en lugar de reunión de la intelectualidad de la época.