Jacobo Rivero*: El eco indómito de un anarcosindicalista
Joan García Oliver murió en Guadalajara el 6 de julio de 1980. En la soledad de su tumba quedó el cuerpo de uno de los principales líderes de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y uno de los más destacados dirigentes de la profusa historia del anarcosindicalismo español. Un modelo de organización que tuvo enorme fuerza en la península ibérica a principios del siglo XX y que alcanzó su cenit el 18 de julio de 1936, cuando en España comenzó la Guerra Civil y la CNT declaró ese mismo día la “Revolución Social”. El objetivo de la CNT era la conquista por parte de la clase trabajadora de los medios de producción para reorganizar la sociedad según los principios federalistas y de democracia directa, siendo la autogestión una pieza clave de la sociedad futura. Esos pilares fueron la base de acción y pensamiento de García Oliver durante prácticamente toda su vida.
