Indemnización de 30.000 euros por retraso en el diagnóstico de una pubertad precoz
Política y Normativa soledadvalle Mar, 04/03/2025 - 12:21 sentencia La Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha condenado a la Consejería de Sanidad a indemnizar con 30.000 euros por el retraso en detectar la pubertad precoz de una niña de ocho años. Según el alto tribunal valenciano, el retraso de un año en ese diagnóstico y la derivación al Servicio de Endocrinología pediátrica, supone una "pérdida de oportunidad" a la hora de realizar un posible tratamiento o abordaje, ya que cuando se detectó el caso la menor había tenido la primera menstruación. Dicha falta de actuación, apunta la sentencia, ha provocado que la menor tenga finalmente una talla de 1,46 metros y considera probado que lo contrario "hubiera hecho posible la aplicación de un tratamiento tendente a paralizar el desarrollo, a fin de conseguir un crecimiento algo mayor".Según consta en la sentencia, el 7 de noviembre de 2017 los padres solicitaron cita médica para valorar el temprano desarrollo de su hija, ya que con ocho años presentaba "un desarrollo del pecho llamativo para su edad". Sin embargo, alegan los padres, "no se les facilitó ninguna información, ni se les remitió a especialista alguno ni se efectuó estudio". El 2 de enero de 2018 solicitaron nueva cita, al observar que la menor "ya presentaba vello púbico". Se le realizó un análisis de sangre con resultado normal, "a pesar de que el resultado mostraba valores hormonales alterados", sin realizar ninguna otra prueba. El 23 de julio de 2018 solicitaron nueva cita con la pediatra, realizando radiografía (que después han sabido que realmente arrojaba un adelanto de edad ósea de cada tres años) y analítica de sangre (que vuelve a mostrar valores hormonales alterados), “limitándose el médico a comunicarles que todo era normal). Seis años y medio de prisión por acceso indebido a la historia clínica de una ex amiga y de su hijo, Navarra deberá reintegrar 22.554 euros de un tratamiento con hormona de crecimiento, Condena por impedir el acompañamiento de la familia a una paciente con covid en sus últimos días de conciencia El 10 de enero de 2019, con apenas 9 años y una altura de 1,37 centímetros, la menor tuvo su primera menstruación. Al día siguiente solicitaron cita c El TSJ de la Comunidad Valenciana ha estimado parcialmente el recurso presentado por unos padres contra el retraso en el abordaje de los síntomas de pubertad en una niña de 8 años. Off Enrique Mezquita Endocrinología Medicina Familiar y Comunitaria Off


La Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha condenado a la Consejería de Sanidad a indemnizar con 30.000 euros por el retraso en detectar la pubertad precoz de una niña de ocho años.
Según el alto tribunal valenciano, el retraso de un año en ese diagnóstico y la derivación al Servicio de Endocrinología pediátrica, supone una "pérdida de oportunidad" a la hora de realizar un posible tratamiento o abordaje, ya que cuando se detectó el caso la menor había tenido la primera menstruación. Dicha falta de actuación, apunta la sentencia, ha provocado que la menor tenga finalmente una talla de 1,46 metros y considera probado que lo contrario "hubiera hecho posible la aplicación de un tratamiento tendente a paralizar el desarrollo, a fin de conseguir un crecimiento algo mayor".
Según consta en la sentencia, el 7 de noviembre de 2017 los padres solicitaron cita médica para valorar el temprano desarrollo de su hija, ya que con ocho años presentaba "un desarrollo del pecho llamativo para su edad". Sin embargo, alegan los padres, "no se les facilitó ninguna información, ni se les remitió a especialista alguno ni se efectuó estudio".
El 2 de enero de 2018 solicitaron nueva cita, al observar que la menor "ya presentaba vello púbico". Se le realizó un análisis de sangre con resultado normal, "a pesar de que el resultado mostraba valores hormonales alterados", sin realizar ninguna otra prueba.
El 23 de julio de 2018 solicitaron nueva cita con la pediatra, realizando radiografía (que después han sabido que realmente arrojaba un adelanto de edad ósea de cada tres años) y analítica de sangre (que vuelve a mostrar valores hormonales alterados), “limitándose el médico a comunicarles que todo era normal).