Ha llovido tanto que a las legumbres españolas les está saliendo literalmente rabia
Una alerta fitosanitaria. La mayoría de las veces todo empieza así: una alerta fitosanitaria y el caos. En este caso, la voz de alarma la ha lanzado la Junta de Castilla y León y el motivo ha sido la rabia y el mildiu. No sabemos si 2025 será el peor año para las leguminosas en España, pero desde luego va a intentarlo. ¿Qué ha pasado? Que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural castellano y leonesa "ha emitido una alerta fitosanitaria dirigida a los agricultores de la región, especialmente a quienes cultivan leguminosas" ante la detección de rabia (ascoquitosis) y mildiu. No es casualidad. La abundante lluvia de los últimos meses crea las condiciones perfectas para que estas dos enfermedades se extiendan como la pólvora. Son dos enfermedades de origen fúngico que causan lesiones en las hojas, los tallos o las vainas. Y, en general, reducen mucho el rendimiento de las matas. En Xataka Ante el regreso de las lluvias a España, el campo mira al cielo preocupado: hay decenas de cultivos con semanas de retraso ¿Qué conlleva la alerta? En general, una serie de recomendaciones. La Junta pide a los agricultores que vigilen sus parcelas de forma activa, hagan un diagnóstico individualizado si encuentran síntomas visibles de la enfermedad y la gestionen según los protocolos de apoyo técnico que facilita la Consejería. ¿Pero es realmente un problema? Sí. Tener hongos de este tipo campanando a sus anchas por algunas de las principales zonas agrarias del país siempre es un problema. Pero por si fuera un poco, está siendo un año bastante malo para las leguminosas. Y el mejor ejemplo son los garbanzos. En buena parte del país, las plantaciones de garbanzo van con muchísimo retraso. En general, el garbanzo tiene que estar más de 100 días en el campo y "este año, con suerte, pasará 60". De hecho, hace solo un par de semanas, "la planta tendría que medir un palmo y seguía sin sembrar" porque la acumulación de agua en los terrenos lo hacía inviable. Esto es un problema porque las normas de la Política Agraria Común obliga a los agricultores a plantar leguminosas. Así que nos encontramos unos cultivos poco desarrollados por la meteorología y que están muy extendidos por una cuestión administrativa: solo falta una plaga para redondear el argumento de una crisis económica y productiva de un tamaño considerable. A esto hay que sumar que nuestro mayor suministrador de garbanzos (guerra comercial mediante) es Estados Unidos. ¿Y qué va a pasar? Es una buena pregunta. Salvo que implosione el mercado internacional, no es probable que los consumidores notemos demasiado todo esto. Al fin y al cabo, México, Canadá y otro países están en condiciones de compensar nuestras necesidades de leguminosas. A nivel productivo, la cosa es más complicada: como decía, la PAC hace que la exposición a una mala cosecha de leguminosas sea alta. Y eso va a complicar la vida de buena parte de un sector que, tras años de sequía, esperaba poder recuperar la normalidad este 2025. Todos los escenario están sobre la mesa, pero lo que parece claro es que los procesos de financiarización del campo va a acelerarse. Imagen | Shelley Pauls | AEMET En Xataka | Ha llovido un 143% más de lo normal este marzo. Aunque no lo parezca, para el campo español también es un problema - La noticia Ha llovido tanto que a las legumbres españolas les está saliendo literalmente rabia fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .

Una alerta fitosanitaria. La mayoría de las veces todo empieza así: una alerta fitosanitaria y el caos. En este caso, la voz de alarma la ha lanzado la Junta de Castilla y León y el motivo ha sido la rabia y el mildiu. No sabemos si 2025 será el peor año para las leguminosas en España, pero desde luego va a intentarlo.
¿Qué ha pasado? Que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural castellano y leonesa "ha emitido una alerta fitosanitaria dirigida a los agricultores de la región, especialmente a quienes cultivan leguminosas" ante la detección de rabia (ascoquitosis) y mildiu.
No es casualidad. La abundante lluvia de los últimos meses crea las condiciones perfectas para que estas dos enfermedades se extiendan como la pólvora. Son dos enfermedades de origen fúngico que causan lesiones en las hojas, los tallos o las vainas. Y, en general, reducen mucho el rendimiento de las matas.
¿Qué conlleva la alerta? En general, una serie de recomendaciones. La Junta pide a los agricultores que vigilen sus parcelas de forma activa, hagan un diagnóstico individualizado si encuentran síntomas visibles de la enfermedad y la gestionen según los protocolos de apoyo técnico que facilita la Consejería.
¿Pero es realmente un problema? Sí. Tener hongos de este tipo campanando a sus anchas por algunas de las principales zonas agrarias del país siempre es un problema. Pero por si fuera un poco, está siendo un año bastante malo para las leguminosas.
Y el mejor ejemplo son los garbanzos. En buena parte del país, las plantaciones de garbanzo van con muchísimo retraso. En general, el garbanzo tiene que estar más de 100 días en el campo y "este año, con suerte, pasará 60". De hecho, hace solo un par de semanas, "la planta tendría que medir un palmo y seguía sin sembrar" porque la acumulación de agua en los terrenos lo hacía inviable.
Esto es un problema porque las normas de la Política Agraria Común obliga a los agricultores a plantar leguminosas. Así que nos encontramos unos cultivos poco desarrollados por la meteorología y que están muy extendidos por una cuestión administrativa: solo falta una plaga para redondear el argumento de una crisis económica y productiva de un tamaño considerable.
A esto hay que sumar que nuestro mayor suministrador de garbanzos (guerra comercial mediante) es Estados Unidos.
¿Y qué va a pasar? Es una buena pregunta. Salvo que implosione el mercado internacional, no es probable que los consumidores notemos demasiado todo esto. Al fin y al cabo, México, Canadá y otro países están en condiciones de compensar nuestras necesidades de leguminosas.
A nivel productivo, la cosa es más complicada: como decía, la PAC hace que la exposición a una mala cosecha de leguminosas sea alta. Y eso va a complicar la vida de buena parte de un sector que, tras años de sequía, esperaba poder recuperar la normalidad este 2025.
Todos los escenario están sobre la mesa, pero lo que parece claro es que los procesos de financiarización del campo va a acelerarse.
Imagen | Shelley Pauls | AEMET
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Ha llovido tanto que a las legumbres españolas les está saliendo literalmente rabia
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Javier Jiménez
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