Ghosting y doble rasero: cuando desaparecer es el castigo al deseo de las mujeres

Analizamos esta forma de machismo que ganaría popularidad entre las nuevas generaciones

Mar 6, 2025 - 11:22
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Ghosting y doble rasero: cuando desaparecer es el castigo al deseo de las mujeres

Si has estado teniendo citas en algún momento durante los últimos años, es más que probable que conozcas el ghosting, bien porque lo has vivido o porque has sido tú quien ha desaparecido de la vida de la otra persona de manera repentina, sin dar explicaciones. No te juzgo, yo también he estado ahí.

Esta conducta -que se considera una forma de cierre sin mostrar responsabilidad afectiva hacia la otra persona-, depende de muchos factores y en el podcast inglés Why do men, analizaban por qué una las razones detrás de los hombres que hacen ghosting estaría relacionada con el machismo (y que el ghosting viene para quedarse un tiempo).

Quiero empezar dejando claro que hacer ghosting no es cosa de hombres, faltaría más. Nosotras también podemos comportarnos de esta manera en el plano sentimental e incluso en el de amistad.

Que levante la mano quien no ha terminado desapareciendo del mapa por una relación que no sabía cómo terminar con esa amiga que parecía drenar cada gota de energía o la que juzgaba cada detalle de tu vida y se consideraba en pleno derecho de regañarte por tus decisiones.

Eso no quita que los motivos detrás del 'ghosteo' que practican hombres y mujeres sean muy diferentes. Lo que comentaba el presentador, Tom Stroud, es que según su experiencia, entre las muchas razones para hacerlo está que considere a la mujer atractiva, pero que no tenga tiempo para citas, que no la vea como una potencial pareja o simplemente querer sexo… Y, si puede, volver a hacerlo en el futuro, ese momento en el que hace ghosting vuelve a aparecer de repente.

Si bien decidir que solo se quiere tener sexo casual es algo maravilloso y válido, importa tanto el trato que se dispensa a las parejas sexuales como la manera en que lo vivimos, a ser posible, libre y sin críticas. Pero por desgracia, no sucede así.

El sexo casual sigue sin tener la misma connotación para gran parte de la sociedad. El estigma sobre la mujer que vive y disfruta de su sexualidad, sin buscar nada más que un rato de placer, campa a sus anchas por el retorno de discursos conservadores que se viralizan desde y entre chavales que no alcanzan ni los 24 años.

El liberalismo sexual sesgado

Así, el sexo espontáneo sin ataduras, se convierte en una especie de trampa inevitable: justo antes de que te hagan ghosting te "venden la moto" de lo que quieres escuchar para confiar en la otra persona, e ir a la cama, y cuando tienes sexo y has sido considerada una conquista más, llegan el prejuicio y el desinterés.

El ghosting, en esos casos, se convierte en el castigo de no haber estado a la altura de la protección de una supuesta moral que se debería haber preservado (que la moral se encuentre en el interior de una vagina es algo para lo que todavía no hay explicación, pero así estamos). Y, aún en el caso de que sea una mujer que deseaba ese polvo casual, se la considera de igual manera.

Sí, se puede hablar de doble rasero cuando ellos, que también han participado en ese encuentro, no consideran que juegue en su contra. Sí a la inversa, un imaginario que nutren esos tiktokers posadolescentes con términos peyorativos como "kilometraje", "bodycount", "mujer de bajo valor", etc.

A eso hay que añadir que las generaciones que siguen a los millennials -nacidos entre finales de los 80 y 90-, han vivido siempre digitalizadas, por lo que viven este bombardeo constante de mensajes, en primer lugar, con poca o ninguna educación sexual para contrastar la desinformación. ¿Cómo no van a creerse el discurso muchos de ellos?

Si digo que el ghosting viene para quedarse es porque, como han recibido esos mensajes, son incapaces de empatizar o de considerar como iguales a su compañera de intimidad. Y como realmente se sienten legitimados a verse por encima de ella, desaparecer sin dar explicaciones solo es "lo que se merece".

En un mundo ideal, en esa sociedad presente y futura que me imagino en mi cabeza, los chavales que estén atascados con este patrón, deberían reflexionar que si eso que les pasa y les impide conectar con las mujeres, tiene relación con el hecho de que el valor de alguien lo reduzcan a un solo ámbito, el sexo, y también cuestionarse por qué se relacionan desde ahí. Cómo han llegado a ese reduccionismo humano y si no es hipócrita (y machista, claro) que solo afecte a uno de los dos lados.

Pero me cuesta pensar que vaya a darse primero, esa reflexión y después, el cambio.