Gafas de niño

as dos personas normales pasean por una de esas grandes ópticas que proliferan como setas en los centros de las ciudades, llena de recodos, espejos verticales y horizontales, expositores que forman pasillos y dividen el local en ambientes, recónditas salas de graduación, y un montón de clientes pululantes que se prueban gafas grandes, pequeñas, metálicas, de pasta, graduadas, de sol: un tributo multicolor del materialismo a los defectos en la visión. —Qué ganas de ver mal, ¿no? —dice la primera persona normal. —¿Eh? —Que qué ganas de ver mal. —Pero si ya ves mal. —Ya, ya. Pero qué ganas. —No te entiendo. —Que dan ganas de no ver. Dan ganas de tener problemas. Dan ganas de ver fatal. —Pero si... Ver Más

Mar 20, 2025 - 17:34
 0
Gafas de niño
as dos personas normales pasean por una de esas grandes ópticas que proliferan como setas en los centros de las ciudades, llena de recodos, espejos verticales y horizontales, expositores que forman pasillos y dividen el local en ambientes, recónditas salas de graduación, y un montón de clientes pululantes que se prueban gafas grandes, pequeñas, metálicas, de pasta, graduadas, de sol: un tributo multicolor del materialismo a los defectos en la visión. —Qué ganas de ver mal, ¿no? —dice la primera persona normal. —¿Eh? —Que qué ganas de ver mal. —Pero si ya ves mal. —Ya, ya. Pero qué ganas. —No te entiendo. —Que dan ganas de no ver. Dan ganas de tener problemas. Dan ganas de ver fatal. —Pero si... Ver Más