Feijóo se enfrenta a su primer órdago interno en el PP: un sector reclama que celebre ya el Congreso

"Ni idea". Son las dos palabras que más se repiten entre los gerifaltes del Partido Popular cuando se les formula la pregunta del millón en este fin de semana de mayo: "¿Hay Congreso nacional a la vista?". Nadie sabe nada.

En el entorno más próximo a Alberto Núñez Feijóo se muestran hasta abrumados por el debate interno que se ha abierto. Será hoy, a las doce del mediodía, cuando se disipen las dudas. Tiene lugar en Génova 13 el Comité Ejecutivo Nacional, que reúne a los principales barones territoriales. 

Un cónclave que, a priori, iba a ser de mero trámite. Los dos grandes anuncios previstos eran el intercambio de cromos entre Dolors Montserrat, ascendida a la secretaría general del PP europeo; y Esteban González Pons, responsable de Institucional, que cogerá las riendas de la delegación española en el Parlamento Europeo.

Además de la decisión de Feijóo de mantener a Montserrat en el comité de dirección. Pero un rumor fue cogiendo vuelo el pasado jueves, al paso de una información de Okdiario, que apuntaba a inminente Junta Directiva Nacional para convocar la principal cita orgánica.  

La dirección de comunicación del PP se puso de perfil, negando al personal una confirmación... o un desmentido. Galleguismo en vena. Lo que llevó al grueso de la dirigencia a concluir que el sonido de los tambores preludiaba una fumata blanca. "Ya siento que la dirigencia se equivoque de esta manera", es la única frase inteligible y clarificadora que Vozpópuli ha logrado arrancar al politburó pepero en los últimos días. De la que se desprende que el ruido, finalmente, quedará en nada.

Lo que sí queda claro es que hay un sector importante del partido que demanda una cita congresual de relanzamiento. Cunde una sensación de impotencia en las filas del PP. De frustración. Porque el promedio de sondeos (salvo el CIS) augura una victoria más rotunda que la del 23-J, pero no termina de reflejar un subidón que rompa el techo de los 150 escaños y ahuyente los temores de un nuevo gatillazo.

Para propiciar un despegue en condiciones, hay quienes recetan un Congreso nacional, para actualizar el rumbo ideológico y, cuestión más importante, los equipos. Aquí afloran las rencillas de siempre: las filias y las fobias que se tienen los unos y los otros. 

Una de las principales críticas que se le achacan a Feijóo desde dentro es que no le acompaña un Consejo de Ministros. Aunque en la bancada popular recuerdan que se trata de un comentario más bien manido que suele pesar sobre las espaldas de todo político en la oposición que se preste.

"En el 96, todos decían que cómo iban a ser ministros Arenas, Cascos, Trillo... A Juanma Moreno le llamaban Moreno Nocilla, Ayuso era la de los atascos, y luego mira", ejemplifica un destacado diputado nacional, que niega la mayor de algunos de sus colegas de bancada.

El plan de Feijóo

Hace poco menos de un mes, este diario publicó que el plan de Feijóo a medio plazo pasaba por convocar su primer Congreso ordinario para cuando marcan los estatutos: a primeros del próximo 2026.

Es decir, transcurridos los cuatro años de su elección en un Congreso extraordinario, que sólo sirvió para enmendar una crisis política de primer nivel y cambiar la figura del líder; a las puertas de un nuevo ciclo electoral, con las elecciones en Castilla y León y Andalucía a la vista; y, pasado el ecuador de la legislatura, en Génova piensan que sería el momento idóneo. Pero hay un nerviosismo creciente que podría acelerarlo todo.

O no. Porque precisamente el órdago que le han lanzado al presidente popular desde algunos sectores del partido puede ser el motivo por el cual se niegue a convocar el susodicho Congreso. En todo caso, sus principales colaboradores ven con buenos ojos que lo acartele ya: "Sería una plataforma para proyectar la imagen de Feijóo. Porque no hay por supuesto ninguna oposición interna. Así que se hará cuando interese más".