Eva Libertad dirige ' Sorda ': «En el cine hemos visto más asesinatos que historias que nos tocan más de cerca, como la maternidad»

La primera película festivalera del año –de ficción, con permiso de las ' Tardes de soledad' de Albert Serra – se presentó en la Berlinale y ahora es la gran protagonista del fin de semana del Festival de Málaga . ' Sorda ', el debut en el largo de Eva Libertad, navega en la maternidad –que tanto han tratado las cineastas más aplaudidas en los últimos años– solo que con un hecho diferencial: la sordera de su protagonista, Ángela. De hecho, el guion abunda en esos dilemas que surgen en la pareja –ella sorda, él oyente– ante la llegada de una criatura. –De Berlín al fin de semana inaugural de Málaga, no está mal para una primera película... –En Berlín viví dos fases, la presentación de la película y la fase de premios. La primera fue la más bonita, la más satisfactoria, y eso que después nos llevamos premio (Panorama del Público). Pero es que ver la película con público nos puso muy felices. La había visto 77 veces, pero nunca con público. De repente ver que la gente tenía reacciones de las que te habías olvidado... fue muy bonito porque era recordar de nuevo el momento en que lo escribí o cuando lo ensayábamos con Álvaro (Cervantes) y con Miriam (Garlo). En montaje ya diseccionas la película de tal manera que se te olvida todo eso. También fue increíble la proyección con personas sordas. –¿Cómo espera el encuentro con el público español? –Creo que hay una diferencia. En Berlín nadie conocía la película y ahora la gente ya sabe cosas, ya ha podido leer críticas... Eso modifica siempre la recepción del público, y ahí entra el juego de las expectativas. –De aquel cortometraje homónimo de 2021 hasta el guion del largo, pasando por las '77 veces' que ha visto la película y esa 'disección' en el montaje... Y ahora tener que hablar tanto de 'Sorda' con la prensa, ¿cómo ha evolucionado la historia en su cabeza? –Pues es una pregunta muy bonita y compleja, y que me hace pensar... [pasan unos segundos] Lo que me sucede es que ha cambiado mi relación con la película, y también hay cosas de la película que yo vivía de una manera que para mí eran muy importantes y que ahora en esta fase más de promoción son casi invisibles; y otras que no me han dado tantos quebraderos de cabeza que se hacen muy visibles. Te pongo un ejemplo: todo el tema de que la película hable sobre sordera, como es algo que no se ha tratado mucho en cine, hace que el público oyente se pregunte por cosas que a lo mejor no se han preguntado. Sin embargo, para mí eso venía con la película, eso es natural. Yo con lo que tuve que problematizar fue con decisiones de estilo, de sonido, de foto... –El sonido es clave en toda la aventura no solo de sus protagonistas, también de la experiencia del espectador... –Fue la cuestión más difícil de construir durante todo el proceso, desde el guión y luego también durante el montaje y la postproducción. Tenía claro que en esta película el sonido tenía que ser un elemento narrativo muy importante. Le estuve dando muchísimas vueltas porque esta película era un caramelo en el sentido de que a nivel sonoro era muy tentador usar el sonido para atraer emocionalmente al espectador, a dirigir la emoción del público.... Y yo no quería hacer eso. Recuerdo que en algunos laboratorios de guión sí que me lo proponían, pero... No quiero caer en el spoiler. –'Sorda' está protagonizada por su hermana, que es no oyente. ¿Cómo ha ido su relación durante el proceso de llevar la historia a la gran pantalla? –Para mí han sido dos viajes bastante diferenciados. El corto partió de algo biográfico de mi hermana, porque en ese momento Miriam estaba planteándose ser madre, y fue en esas conversaciones donde me compartió sus temores... Pero luego el largo ha sido completamente diferente. Desde el corto nos quedamos con ganas de seguir trabajando juntas y profundizando en el personaje de Ángela, en ese contexto de una mujer sorda que va a ser madre, pero me distancié de su biografía: lo que hice fue hacer entrevistas a madres sordas para que la película no tuviera nada que ver con la vida de Miriam. Estas madres sordas me contaron sus experiencias durante el embarazo, el parto, la crianza, cómo había cambiado su relación de pareja, si la pareja era oyente o sorda... Miriam está cerca de Ángela en el sentido de que puede entenderla, pero igual que Álvaro Cervantes está cerca de Héctor y entiende también lo que le pasa. –La maternidad ha sido un tema que no ha dejado de tratarse en el cine español en los últimos años... ¿Qué ha pasado? –El perfil que tradicionalmente ha habido detrás de las cámaras se ha diversificado, han entrado mujeres y han entrado nuevas sensibilidades, nuevas miradas. Eso hace que temas que no se habían contado tanto, o que se habían contado desde una perspectiva un poco más única, contemos temas que nos interpelan, que nos atraviesan... y se les empieza a dar vueltas porque son parte de nuestra vida. En el cine hemos visto miles de asesinatos, cuando por suerte en nuestra vida no hemos visto ninguno; sin embargo, temas relacionados con la maternidad, que son cercanos a todos, no los vemos casi nunca. Parece que cuesta más. Y otra cosa: no tenemos un punto de vista único en absoluto sobre la maternidad, no hay homogeneidad. Para mí, lo más inspirador es que hay mujeres que están contado historias que las atraviesan. –¿Son su referencia? –Cuando me preguntan por referentes, me doy cuenta de hasta qué punto a mí me ha ayudado a legitimarme como guionista y como directora la presencia de directoras españolas de los últimos años. También anteriores, vaya. Son mujeres que han llevado historias a la gran pantalla que están muy cerca de nuestras vidas. Eso no quiere decir que las mujeres no podamos hablar de lo que nos dé la gana, que eso está pasando y cada vez va a pasar más conforme podamos acceder a presupuestos mayores. –¿Le apetecería hacer algo de género? –No sé si en algún momento lo haré. Lo que sé seguro es que el siguiente proyecto no va a ser género. Escuché una vez eso de que 'yo soy más de obra que de carrera'. Y eso me inspiró. No me planteo el futuro como globalidad, quiero decir, voy un poco por lo que me surge y lo que me apetece de manera muy orgánica. Ahora solo estoy pensando en el siguiente proyecto. Y no va a ser fantástico ni ciencia ficción, por mucho que me gusten ambos. –¿Saca tiempo para el siguiente proyecto? Lo más difícil para un debutante en el largo es sobrevivir a esto de la promoción sin perder la cabeza... –Mucho menos de lo que me gustaría. Este momento de promoción es como una tensión entre fluir con lo que ahora mismo te toca, que es acompañar a la peli, y aguantarte las ganas de encerrarme en mi estudio y poder dedicarle tiempo a escribir y a documentarme para el siguiente proyecto, que es lo que más disfruto. –En los últimos años, las películas españolas que han pasado por Berlín o han triunfado en Málaga llegan hasta los Goya... ¿Cómo se ve ahí? –Intento no dar mucho crédito a ese tipo de pensamientos porque si no sí que se convierte en una presión. Y bastantes presiones tenemos ya. Lo que quiero ahora es que la vea el público y ya está. Lo que tenga que suceder, sucederá. Suena como muy New Wave, muy autoayuda, pero no queda otra.