Elon Musk: tecnopolítica y el futuro del poder en la era Trump

Esta misma mañana hemos hablado de un extrabajador de la Administración Obama que ha calificado a Elon Musk como un peligro. Casi al tiempo que sabíamos de estas declaraciones, el director del DOGE comparecía en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) de este año; un evento que se organiza desde 1974 por la Unión Conservadora Estadounidense (ACU) que mantiene una relación estratégica con el multimillonario sudafricano.Pues bien, de acuerdo con la cobertura de la aparición de Musk que ha realizado The Verge, parece ser que se confirma que su posición pone en riesgo a los EE.UU. por cómo, desde su posición al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, está ganando poder, dinero e influencia. Y parece que todo apunta más a ganancia personal, que para el país que lo adoptó.Cargos públicos, negocios privados y feudalismo corporativo: así funciona el DOGEEn primer lugar toca hablar de la fusión tóxica de su cargo público y sus negocios empresariales. El DOGE opera en un conflicto de interés permanente sin precedentes (algo que ya hemos comentado en otros artículos): ha conseguido 14.200 millones de dólares en contratos de la NASA a Space X sólo en lo que va de año y usa Starlink como arma geopolítica, ya que la conexión a Internet de Ucrania depende enteramente de la empresa comandada por Musk.Al mismo tiempo ha recortado el 56% del presupuesto de vivienda social para, aparentemente, desviar los fondos a sus propias empresas. También ha eliminado 47 regulaciones medioambientales que afectaban a la Gigafábrica de Tesla de Texas, para que puedan producir más baterías sin preocuparse por la legislación sobre contaminación. Además, Tesla recibió 6.900 millones de dólares en créditos fiscales estatales en 2024, un 300% más que en 2020.Tal y como comentaron en el medio británico UnHerd, Elon Musk encarna el poder neofeudal: hace política para blindar sus monopolios. También podría considerarse un caso de plutocracia (una forma de gobierno donde el poder político y las decisiones de Estado lo tiene una minoría adinerada que ejerce control mediante su influencia económica) algorítmica: Musk usa su plataforma para amplificar su agenda política.Lo que no se puede negar es que está colocando figuras afines a él en puestos de poder, como la de Edward Coristine, que puede vaciar las cuentas del país si quiere o la de Marko Elez, al frente del Departamento del Tesoro. Estos "hombres de paja" tienen algo en común: son menores de 30 años, tienen un perfil ideológico similar al de Elon Musk y lo idolatran. Son los actores perfectos para otorgarle el poder que busca dentro del Gobierno del país.En la comparecencia de Musk apareció por sorpresa Javier Milei, que le regaló al multimillonario una motosierra. El momento ya ha sido convertido en memes, que tienen más alcance en X que cualquier otro de sus discursos políticos:Las declaraciones del multimillonario en la CPAC han vuelto a hacer saltar las alarmas. A través de su intervención ha vuelto a amplificar teorías conspirativas, como dar pábulo a la teoría del reemplazo y asegurar que, en las últimas elecciones, la Administración Biden "importó" inmigrantes ilegales para que votaran por Kamala Harris.Hay voces que aseguran que, durante su intervención, las Notas de la Comunidad de X estuvieron desactivadas. No hay forma de verificar esto, aunque sí es cierto que Elon Musk puede intervenirlas cuando lo crea conveniente tal y como mencionan en Wired.La fusión de intereses empresariales, control de datos y retórica conspirativa revela un modelo de poder sin precedentes: Musk no es un funcionario público tradicional, sino un actor híbrido que usa cargos gubernamentales para blindar su imperio. Mientras DOGE desmantela agencias clave y coloca a jóvenes adeptos en puestos sensibles, su plataforma X amplifica teorías que debilitan instituciones democráticas.Expertos como Deborah Pearlstein, profesora de Derecho de la Universidad de Princeton y experta en derecho constitucional y seguridad nacional, alertan sobre la situación: "Estamos normalizando un feudalismo digital, donde un magnate decide qué es verdad o en qué se usa el gasto público". El riesgo no es solo para EE.UU.: es un manual para que plutócratas globales redefinan la política a su imagen.El artículo Elon Musk: tecnopolítica y el futuro del poder en la era Trump fue publicado originalmente en Andro4all.

Feb 21, 2025 - 13:52
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Elon Musk: tecnopolítica y el futuro del poder en la era Trump

Esta misma mañana hemos hablado de un extrabajador de la Administración Obama que ha calificado a Elon Musk como un peligro. Casi al tiempo que sabíamos de estas declaraciones, el director del DOGE comparecía en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) de este año; un evento que se organiza desde 1974 por la Unión Conservadora Estadounidense (ACU) que mantiene una relación estratégica con el multimillonario sudafricano.

Pues bien, de acuerdo con la cobertura de la aparición de Musk que ha realizado The Verge, parece ser que se confirma que su posición pone en riesgo a los EE.UU. por cómo, desde su posición al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, está ganando poder, dinero e influencia. Y parece que todo apunta más a ganancia personal, que para el país que lo adoptó.

Cargos públicos, negocios privados y feudalismo corporativo: así funciona el DOGE

En primer lugar toca hablar de la fusión tóxica de su cargo público y sus negocios empresariales. El DOGE opera en un conflicto de interés permanente sin precedentes (algo que ya hemos comentado en otros artículos): ha conseguido 14.200 millones de dólares en contratos de la NASA a Space X sólo en lo que va de año y usa Starlink como arma geopolítica, ya que la conexión a Internet de Ucrania depende enteramente de la empresa comandada por Musk.

Al mismo tiempo ha recortado el 56% del presupuesto de vivienda social para, aparentemente, desviar los fondos a sus propias empresas. También ha eliminado 47 regulaciones medioambientales que afectaban a la Gigafábrica de Tesla de Texas, para que puedan producir más baterías sin preocuparse por la legislación sobre contaminación. Además, Tesla recibió 6.900 millones de dólares en créditos fiscales estatales en 2024, un 300% más que en 2020.

Tal y como comentaron en el medio británico UnHerd, Elon Musk encarna el poder neofeudal: hace política para blindar sus monopolios. También podría considerarse un caso de plutocracia (una forma de gobierno donde el poder político y las decisiones de Estado lo tiene una minoría adinerada que ejerce control mediante su influencia económica) algorítmica: Musk usa su plataforma para amplificar su agenda política.

Lo que no se puede negar es que está colocando figuras afines a él en puestos de poder, como la de Edward Coristine, que puede vaciar las cuentas del país si quiere o la de Marko Elez, al frente del Departamento del Tesoro. Estos "hombres de paja" tienen algo en común: son menores de 30 años, tienen un perfil ideológico similar al de Elon Musk y lo idolatran. Son los actores perfectos para otorgarle el poder que busca dentro del Gobierno del país.

En la comparecencia de Musk apareció por sorpresa Javier Milei, que le regaló al multimillonario una motosierra. El momento ya ha sido convertido en memes, que tienen más alcance en X que cualquier otro de sus discursos políticos:

Las declaraciones del multimillonario en la CPAC han vuelto a hacer saltar las alarmas. A través de su intervención ha vuelto a amplificar teorías conspirativas, como dar pábulo a la teoría del reemplazo y asegurar que, en las últimas elecciones, la Administración Biden "importó" inmigrantes ilegales para que votaran por Kamala Harris.

Hay voces que aseguran que, durante su intervención, las Notas de la Comunidad de X estuvieron desactivadas. No hay forma de verificar esto, aunque sí es cierto que Elon Musk puede intervenirlas cuando lo crea conveniente tal y como mencionan en Wired.

La fusión de intereses empresariales, control de datos y retórica conspirativa revela un modelo de poder sin precedentes: Musk no es un funcionario público tradicional, sino un actor híbrido que usa cargos gubernamentales para blindar su imperio. Mientras DOGE desmantela agencias clave y coloca a jóvenes adeptos en puestos sensibles, su plataforma X amplifica teorías que debilitan instituciones democráticas.

Expertos como Deborah Pearlstein, profesora de Derecho de la Universidad de Princeton y experta en derecho constitucional y seguridad nacional, alertan sobre la situación: "Estamos normalizando un feudalismo digital, donde un magnate decide qué es verdad o en qué se usa el gasto público". El riesgo no es solo para EE.UU.: es un manual para que plutócratas globales redefinan la política a su imagen.

El artículo Elon Musk: tecnopolítica y el futuro del poder en la era Trump fue publicado originalmente en Andro4all.