Elena Poniatowska: Alejandro Negrín, embajador
Entrevistar a Alejandro Negrín es siempre un gusto y un aprendizaje. Guapo, amable, inteligente, dinámico, me encanta verlo sentado en el sofá de la sala porque lo vi desempeñarse de delegado cultural en Washington y todos lo admiraban por su incansable entusiasmo. A Alejandro lo remito siempre a su querida hermana Edith, crítica literaria y maestra universitaria, integrante destacada de UC Mexicanistas, grupo que tanto ha calado en las instancias culturales estadunidenses, ya sean universidades o centros de arte, en los que también influye la incansable Sara Poot Herrera, quien no cesa de divulgar todo lo mexicano en las universidades californianas.
Entrevistar a Alejandro Negrín es siempre un gusto y un aprendizaje. Guapo, amable, inteligente, dinámico, me encanta verlo sentado en el sofá de la sala porque lo vi desempeñarse de delegado cultural en Washington y todos lo admiraban por su incansable entusiasmo. A Alejandro lo remito siempre a su querida hermana Edith, crítica literaria y maestra universitaria, integrante destacada de UC Mexicanistas, grupo que tanto ha calado en las instancias culturales estadunidenses, ya sean universidades o centros de arte, en los que también influye la incansable Sara Poot Herrera, quien no cesa de divulgar todo lo mexicano en las universidades californianas.
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