El viejo gótico sureño con una novedosa vuelta de tuerca

A la manera de Faulkner, en Linden Hills Gloria Naylor vuelve al tema del racismo en el sur de Estados Unidos, pero pone el foco en las mujeres negras de fines del siglo XX

Feb 22, 2025 - 06:08
 0
El viejo gótico sureño con una novedosa vuelta de tuerca

La traducción al castellano de Linden Hills, la novela que Gloria Naylor publicó originalmente en 1985, es una gran noticia. En un remolino de géneros literarios, el libro echa una mirada compleja sobre la historia y la literatura afroestadounidenses, y pone el foco en la realidad de las mujeres negras a fines del siglo XX.

Naylor abre la novela con una descripción del escenario que le da nombre al libro (como sucede en una obra de teatro), y después cuenta la Navidad de sus habitantes en seis capítulos, uno por día, desde el 19 al 24 de diciembre (simbólicamente, no se explicita el año). La voz narradora va tomando el punto de vista de distintos personajes. Y lo que al principio parece un relato costumbrista con tintes irónicos sobre un barrio negro termina convirtiéndose en una historia de violencia, crimen y autodescubrimiento con mucho de “gótico sureño”, a la manera de Faulkner, pero con ideas muy diferentes sobre el racismo y las relaciones entre hombres y mujeres.

Como en Faulkner, aquí hay legados familiares que pesan sobre cierta familia “patricia” y que, de alguna forma, la autodestruyen. La fijación de los hombres con ese legado se discute desde distintas perspectivas en charlas, debates, fiestas y reuniones. Como en gran parte de la literatura de las escritoras afroestadounidenses, la diversidad de perspectivas ofrece a los lectores un panorama de las circunstancias, porque cada personaje entiende y procesa lo que está pasando a su manera.

El relato, siempre en tercera persona, sigue el punto de vista de varios varones (especialmente Luther Needed, el prohombre de Linden Hills, y Lester y Willie, dos amigos de la parte pobre), pero, a casi cien páginas del comienzo, aparece otra fuente que identifica a un nuevo personaje central: una mujer sin nombre, encerrada en un sótano. Es difícil introducir tardíamente a un personaje central, pero Naylor lo consigue no una, sino varias veces. Por ejemplo, casi al final, con Braithwaite, un historiador que abre el último debate sobre los Needed (“Necesarios”, en castellano), fundadores del barrio.

Como Una bendición y Beloved, las dos novelas de Toni Morrison sobre la esclavitud, esta es la historia de un grupo humano que se va ampliando. Naylor pinta a los individuos no como fuerzas separadas sino como parte de un colectivo sitiado por el odio racista y las “instituciones totales” (el concepto es de Erving Goffman) con las que se trata de ejercer un control “total” sobre la población: “Te encierran en la escuela para que después te encierres a ti mismo”, dice uno de los protagonistas. El encierro de la mujer es solamente uno entre muchos.Naylor pone el foco en la realidad de las mujeres negras a fines del siglo XX

Al comienzo, Naylor despliega sus ideas sobre la sociedad en charlas entre hombres que incluyen citas literarias, científicas y teóricas de la cultura negra y la cultura estadounidense en general, sobre todo la idea del “American dream”. Por ejemplo, Lester piensa que, en Linden Hills, “todos comen, duermen y respiran pensando en una sola cosa: triunfar”.

Lester, Luther y Willie se parecen mucho al personaje de Ralph Ellison en su famoso cuento “Volar de vuelta a casa”: un aviador negro que desprecia sus raíces sureñas y pobres pero se ve obligado a reconocerlas después de un aterrizaje forzoso en un condado racista.

La temática “de la mujer” va creciendo en el relato y con ella, el género “terror”. No es casual que se llame “monstruo” a Luther Needed y “guarida” a su escritorio. Y no es casual que, desde el momento en que aparece la voz de la mujer encerrada en el sótano, se relacione directamente a la “esclavitud” con la situación de las “mujeres”, como hace Alice Walker en El color púrpura. Pero a diferencia de lo que pasa en el género “terror” del siglo XIX, donde la mujer es solo una “víctima”, en estas novelas hay un rechazo de la victimización, una suerte de renacimiento.

Naylor maneja esa última parte con un montaje que indica simultaneidad: por un lado, la escena del sótano; por otro, lo que pasa entre los tres personajes principales en la superficie. En el capítulo final (el del 24 de diciembre), Willie, el poeta, y Lester, el rebelde, entran a la casa del “monstruo”, Luther Needed. Como la Célie de Alice Walker y la Seethe de Beloved, la mujer del sótano es capaz de renacer de ese infierno. Pero Célie y Seethe renacen con el apoyo de su comunidad y, en El color púrpura, el cambio ayuda incluso a Mr., el marido abusador. Al contrario, en Linden Hills, la mujer encerrada está sola; y sola tendrá que recuperarse y recuperar su nombre. Tal vez por eso el tono del final de esta historia es tan diferente del de las otras dos novelas.

En una edición cuidada, con notas al pie para lectores no familiarizados con la cultura afroestadounidense, y por desgracia, en una traducción muy alejada del habla argentina, Linden Hills vuelve sobre las temáticas comunes de escritoras como Morrison y Walker. Y, como siempre en la literatura contemporánea, Naylor define su propia poética a través de un personaje, Willie, que no escribe sus poemas orales, los guarda en la memoria, como pasó con la música negra durante la esclavitud. Willie piensa que su poesía es un intento de “ordenar y asumir las cosas”, de entender el mundo. Todos sus poemas empiezan con la pregunta correcta para lo que está viendo en el mundo. Ese método de composición es una declaración de Gloria Naylor sobre la literatura y su relación con la “realidad”. Linden Hills narra una comunidad afro en Estados Unidos, y analiza desde el racismo hasta el maltrato a las mujeres, pasando por la centralidad del dinero y el peso del pasado. Todo eso, a través de una historia de suspenso infinito y enorme belleza estética.

Linden Hills

Gloria Naylor

(Nórdica)

Trad.: Shannel Julius y Blanca Gago

387 páginas / $ 31.300

Una bendición

Toni Morrison

(Debolsillo)

Trad.: Jordi Fibla Feito

192 páginas / $ 9399