El TSJ catalán absuelve al exconseller Puig de desobediencia en la entrega de las obras de arte de Sijena de 2017
El alto tribunal catalán descarta la tesis de la Fiscalía y el ayuntamiento aragonés, que pedían condenar al extitular de Cultura, y exculpa al actual diputado de Junts, que permanece en BélgicaLos testigos descartan que el exconseller de Cultura desoyera la orden para entregar las obras de Sijena Exculpado casi ocho después de los hechos. El El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha absuelto al exconseller de Cultura catalán, Lluís Puig, que permanece en Bélgica, de desobediencia en la entrega de las obras de Sijena a Aragón. Ante el TSJC se juzgó el pasado mes de febrero a Puig, acusado de desobedecer una orden de un juzgado de Huesca, que la Generalitat había recurrido, para que devolvieran bienes y obras al Monasterio de Sijena que permanecían en el Museo de Lleida. La causa ha tenido derivadas penales para Puig y su antecesor, Santi Vila, cuyo juicio será en junio. Las obras terminaron entregadas a Sijena por la Guardia Civil en diciembre de 2017 tras un despliegue sin precedentes para sacarlas del Museo de Lleida. A día de hoy, el Monasterio sigue en obras desde 2022 y los bienes de la discordia no se pueden visitar. La Fiscalía pedía una condena de 5.940 euros de multa y de dos años de inhabilitación, para Puig, a quien acusaba de un delito de desobediencia, igual que el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, acusación particular en la causa. Sin embargo, el TSJC ha descartado las tesis de las acusaciones y ha optado por absolver a Puig. El tribunal concluye que las acusaciones no han aportado pruebas de que la desobediencia de Puig a cumplir con la orden de entrega fuera “reiterada” y “persistente”, tal y como exige la ley. Los magistrados, en suma, dudan de que el eventual “incumplimiento” de Puig a los requerimientos del juzgada oscense respondieran a “una voluntad rebelde y de contumaz oposición al mandato judicial”, por lo que proceden a la absolución del exconseller. “No estamos en condiciones de afirmar que su negativa a materializar el traslado de las 44 obras depositadas en el Museo Diocesano de Lleida hasta el Monasterio de Sijena fuera abierta y que respondiera a los calificativos de mostrarse franca, clara, patente, indudable, indisimulada, evidente o inequívoca”, resuelve el tribunal. Durante el juicio, varios cargos del departamento de Cultura de la Generalitat en el 2017 aseguraron que Puig quería cumplir la orden judicial de trasladar las obras de Sijena al monasterio aragonés, pero que quiso estudiar con profundidad la “complejidad” de la situación jurídica de los bienes. Su jefe de gabinete, la jefa de los servicios jurídicos, el director general de Patrimonio Cultural y el jefe de coordinación museística de la Generalitat han respaldado la tesis de la defensa, que reclama la absolución. Según la versión de estos testigos, Puig recibió el requerimiento nada más ser nombrado conseller, en julio de 2017, y se interesó por los pasos a seguir para cumplirlo, pero no dependía de él porque el Museo era un consorcio del que también formaba parte el Obispado de Lleida. Hasta su cese no recibió otro requerimiento.

El alto tribunal catalán descarta la tesis de la Fiscalía y el ayuntamiento aragonés, que pedían condenar al extitular de Cultura, y exculpa al actual diputado de Junts, que permanece en Bélgica
Los testigos descartan que el exconseller de Cultura desoyera la orden para entregar las obras de Sijena
Exculpado casi ocho después de los hechos. El El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha absuelto al exconseller de Cultura catalán, Lluís Puig, que permanece en Bélgica, de desobediencia en la entrega de las obras de Sijena a Aragón.
Ante el TSJC se juzgó el pasado mes de febrero a Puig, acusado de desobedecer una orden de un juzgado de Huesca, que la Generalitat había recurrido, para que devolvieran bienes y obras al Monasterio de Sijena que permanecían en el Museo de Lleida. La causa ha tenido derivadas penales para Puig y su antecesor, Santi Vila, cuyo juicio será en junio.
Las obras terminaron entregadas a Sijena por la Guardia Civil en diciembre de 2017 tras un despliegue sin precedentes para sacarlas del Museo de Lleida. A día de hoy, el Monasterio sigue en obras desde 2022 y los bienes de la discordia no se pueden visitar.
La Fiscalía pedía una condena de 5.940 euros de multa y de dos años de inhabilitación, para Puig, a quien acusaba de un delito de desobediencia, igual que el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, acusación particular en la causa. Sin embargo, el TSJC ha descartado las tesis de las acusaciones y ha optado por absolver a Puig.
El tribunal concluye que las acusaciones no han aportado pruebas de que la desobediencia de Puig a cumplir con la orden de entrega fuera “reiterada” y “persistente”, tal y como exige la ley. Los magistrados, en suma, dudan de que el eventual “incumplimiento” de Puig a los requerimientos del juzgada oscense respondieran a “una voluntad rebelde y de contumaz oposición al mandato judicial”, por lo que proceden a la absolución del exconseller.
“No estamos en condiciones de afirmar que su negativa a materializar el traslado de las 44 obras depositadas en el Museo Diocesano de Lleida hasta el Monasterio de Sijena fuera abierta y que respondiera a los calificativos de mostrarse franca, clara, patente, indudable, indisimulada, evidente o inequívoca”, resuelve el tribunal.
Durante el juicio, varios cargos del departamento de Cultura de la Generalitat en el 2017 aseguraron que Puig quería cumplir la orden judicial de trasladar las obras de Sijena al monasterio aragonés, pero que quiso estudiar con profundidad la “complejidad” de la situación jurídica de los bienes. Su jefe de gabinete, la jefa de los servicios jurídicos, el director general de Patrimonio Cultural y el jefe de coordinación museística de la Generalitat han respaldado la tesis de la defensa, que reclama la absolución.
Según la versión de estos testigos, Puig recibió el requerimiento nada más ser nombrado conseller, en julio de 2017, y se interesó por los pasos a seguir para cumplirlo, pero no dependía de él porque el Museo era un consorcio del que también formaba parte el Obispado de Lleida. Hasta su cese no recibió otro requerimiento.