El Parlament reprueba al ministro Puente y la consellera Paneque por la acumulación de problemas en Rodalies
La oposición ha cargado contra la gestión del servicio de cercanías del Govern, pero también contra Renfe y Adif, empresas dependientes del MinisterioIlla reconoce que Rodalies “no está funcionando” pero promete que se notarán mejoras en las próximas semanas El Govern de Salvador Illa ha recibido este jueves su primer gran revés parlamentario. Toda la oposición, con la abstención de los Comuns, ha unido sus votos para pedir la dimisión de la consellera de Territori, Sílvia Paneque, y también para reprobar al ministro de Transportes, Óscar Puente, esta última con la abstención de ERC y el voto en contra de los Comuns, por la acumulación de problemas en Rodalies. Aunque en las votaciones las mayorías han fluctuado, durante el pleno, todos los partidos de la oposición, incluídos ERC y Comuns, han cargado contra la gestión del Ejecutivo catalán pero, sobre todo, contra las empresas dependientes del Ministerio de Transportes, de las que depende el servicio. Una situación que ha acabado dejando al PSC en solitario en la defensa de ambos gobiernos, el catalán y el central. Ni Illa ni Paneque han tratado de disimular que los trenes de cercanías en Catalunya “no están funcionando”. Así lo reconocieron ambos el martes, cuando comaparecieron ante el pleno con un discurso que no quitaba importancia a las jornadas de caos que se han acumulado en el servicio durante estos primeros meses de 2025, pero con la promesa de que las cosas se solucionarían paulatinamente. “Las mejoras en Rodalies no serán fáciles ni rápidas”, proclamó Illa, “pero lo solucionaremos”, añadió, en un mensaje contundente que ya expresó en su momento. Illa se cargaba así con unas responsabilidades como titular del servicio que, en realidad, no son tanto de la Generalitat como de la falta de inversión de los diversos gobiernos centrales a lo largo de las últimas décadas. Esas promesas, que reclaman dos años de márgen, no han sido suficiente para calmar a unos partidos que tratan de convertirse en la voz del malestar ciudadano, cada vez más difícil de obviar. Pero el matiz de las críticas ha sido muy diferente dependiendo de los partidos, ya que mientras Junts ha sido inclemente respecto a los planes de constitución de una nueva empresa operadora, ERC hace bandera de una “traspaso” que negociaron ellos mismos con los socialistas.

La oposición ha cargado contra la gestión del servicio de cercanías del Govern, pero también contra Renfe y Adif, empresas dependientes del Ministerio
Illa reconoce que Rodalies “no está funcionando” pero promete que se notarán mejoras en las próximas semanas
El Govern de Salvador Illa ha recibido este jueves su primer gran revés parlamentario. Toda la oposición, con la abstención de los Comuns, ha unido sus votos para pedir la dimisión de la consellera de Territori, Sílvia Paneque, y también para reprobar al ministro de Transportes, Óscar Puente, esta última con la abstención de ERC y el voto en contra de los Comuns, por la acumulación de problemas en Rodalies.
Aunque en las votaciones las mayorías han fluctuado, durante el pleno, todos los partidos de la oposición, incluídos ERC y Comuns, han cargado contra la gestión del Ejecutivo catalán pero, sobre todo, contra las empresas dependientes del Ministerio de Transportes, de las que depende el servicio. Una situación que ha acabado dejando al PSC en solitario en la defensa de ambos gobiernos, el catalán y el central.
Ni Illa ni Paneque han tratado de disimular que los trenes de cercanías en Catalunya “no están funcionando”. Así lo reconocieron ambos el martes, cuando comaparecieron ante el pleno con un discurso que no quitaba importancia a las jornadas de caos que se han acumulado en el servicio durante estos primeros meses de 2025, pero con la promesa de que las cosas se solucionarían paulatinamente.
“Las mejoras en Rodalies no serán fáciles ni rápidas”, proclamó Illa, “pero lo solucionaremos”, añadió, en un mensaje contundente que ya expresó en su momento. Illa se cargaba así con unas responsabilidades como titular del servicio que, en realidad, no son tanto de la Generalitat como de la falta de inversión de los diversos gobiernos centrales a lo largo de las últimas décadas.
Esas promesas, que reclaman dos años de márgen, no han sido suficiente para calmar a unos partidos que tratan de convertirse en la voz del malestar ciudadano, cada vez más difícil de obviar. Pero el matiz de las críticas ha sido muy diferente dependiendo de los partidos, ya que mientras Junts ha sido inclemente respecto a los planes de constitución de una nueva empresa operadora, ERC hace bandera de una “traspaso” que negociaron ellos mismos con los socialistas.