El lado más personal de Eduard Fernández: de la trágica muerte de su madre a su relación con Open Arms

El intérprete de 60 años ha vivido un duro divorcio, la pérdida de su madre sin poder despedirse y el éxito de su hija, Greta Fernández.

Feb 9, 2025 - 02:02
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El lado más personal de Eduard Fernández: de la trágica muerte de su madre a su relación con Open Arms

De no ser por Antonio de la Torre, que le supera en una única candidatura, Eduard Fernández sería el actor con el mayor número de nominaciones en la historia de los premios Goya. Este año ha sumado una, por Marco, aunque bien podrían haber sido dos —estaba incluso en las previsiones— si también le hubiesen metido en la terna por su papel en El 47. Pero no es algo que le pueda quitar el sueño a un intérprete que ya tiene tres cabezones en casa —por Fausto 5.0, En la ciudad y Mientras dure la guerra— y otros tantos reconocimientos como una Concha de Plata del Festival de San Sebastián, tres Biznagas de Plata del Festival de Málaga o dos Feroz.

Y todo ello solo contando el cine y, en menor medida, la televisión, que no comenzó a trabajar tanto hasta hace aproximadamente una década, cuando ya era uno de los intérpretes más respetados y admirados del panorama nacional. Porque Fernández es igualmente un actor teatral que ha trabajado sobre las tablas a multitud de autores como Shakespeare, Miller, Beckett, Molière, Pinter o él mismo, en una obra que, con toda probabilidad, es una de las que más le ha costado y a la vez más necesitaba declamar.

Hablamos de Todas las canciones de amor, el homenaje que Eduard Fernández le hizo, con una estructura de monólogo —un formato al que no estaba especialmente acostumbrado—, a su madre. Lo estrenó el año pasado y le sirvió de adiós, dado que no pudo despedirse de ella cuando falleció en 2020. "Mi madre murió en pandemia, no me pude despedir. Es raro, con mi madre hablábamos francamente de la muerte, ella tenía alzhéimer y fue un proceso muy duro", rememoró con Àngels Barceló en la Cadena SER.

Su madre, originaria del municipio de Barbadillo del Mercado, en Burgos, aunque él nació en Barcelona el 25 de agosto de 1964, fue uno de los grandes pilares de su vida. Incluso desde sus comienzos como cómico, cuando estudió mimo y formó parte de las prestigiosas compañías Els Joglars o La Fura dels Baus. De hecho, de no ser por una cinta de 1999 de Mariano Barroso, Los lobos de Washington, por la que recibió su primera nominación, a actor revelación, en los Goya, quizá no habría dado ese salto al cine.

Por suerte, tenía a su lado a la que fue su gran compañera de vida, la escritora Esmeralda Berbel. A pesar de que siempre ha sido muy celoso y reservado en lo que respecta a su vida privada —de hecho, suele usar sus redes sociales especialmente para la promoción de los proyectos en los que participa, para elogiar o recordar a compañeros y compañeras de profesión y para exponer su lado más progresista, como su labor con Open Arms—, Fernández no pudo relegar a ese hermetismo de su intimidad el sonado divorcio.

Tuvo lugar en 2015, tras 25 años juntos. "Ha sido muy duro. Muy, muy duro. Pero creíamos que era lo mejor para los dos”, explicó al diario El País, añadiendo que necesitó, para superar toda aquella vorágine y el cambio vital, "pastillas, psiquiatras, amigos y lágrimas". "Y con soledad. Algunas cosas hay que pasarlas solo", recalcó. Sin embargo, tres años después de aquel proceso, su exesposa publicaba Irse, un libro en el que narraba todo el proceso, reescribiendo su diario personal entre 2012 y 2015, que cristalizó en la separación.

Eliminó el nombre del actor, pero el proceso y el dolor que vivieron seguían ahí. "Es un diario real, no inventado. Lo que me estaba sucediendo. Juego con el lenguaje, pero no con el sentimiento. No lo he contado todo", dijo Berbel. Por su parte, Eduard, que leyó el libro, afirmó que si bien no se sentía demasiado cómodo con que la gente fuese a "husmear" en su vida, demostró la buena relación que mantiene con su exmujer. "Prefiero que se me nombre poco, pero Esmeralda escribe como Dios y siempre la he apoyado", dijo.

El actor ha rehecho su vida sentimentalmente hablando tras conocer, durante el rodaje de la serie La Zona, a la actriz, directora y guionista Ainhoa Aldanondo, con quien lleva saliendo varios años. Eso sí, si hay otra mujer en su vida por la que el intérprete de El hombre de las mil caras, El niño, 30 monedas o Perfectos desconocidos se desvive esa es su hija, Greta Fernández, quien ha seguido los pasos de su padre en el mundo del cine y que ha heredado su talento. Prueba de ello es su nominación al Goya y su Concha de Plata a la mejor actriz, también en el Festival de Cine de San Sebastián, en 2019, y ambas por La hija de un ladrón, que coprotagonizó con su padre.

Por último, un par de curiosidades del actor. Como explicó el intérprete catalán en El Hormiguero, sufre un pequeño toc (trastorno obsesivo-compulsivo) cuando pasea por la calle y que le hace andar según la disposición de las baldosas. "Se dividen en las que pertenecen a vacío y las que pertenecen a lleno. A veces voy por la calle y voy haciendo cosas raras", reveló. Y, por otro lado, una manía: cuando viaja le gusta llevar una botella con agua de mar. Como no podía ser de otro modo, de la costa de su Barcelona natal.