El hábito que un cardiólogo recomienda abandonar a los 50 años para evitar el colesterol
La ciencia ha constatado que ya en las primeras semanas tras abandonar este hábito el organismo agradece la limpieza de arterias y el riesgo de sufrir colapsos por altos niveles lipídicos disminuye

Nunca es demasiado tarde para abandonar un hábito tóxico, más aún cuando esta decisión puede suponer un punto de inflexión importante para la salud. En España es probable que un porcentaje nada desdeñable de la población de 50 o más años sea fumadora. Personas que se iniciaron en el hábito cuando eran jóvenes y que, pese a que quizás lo han intentado, no han conseguido dejar la nicotina. Veamos qué órganos y funciones del organismo se verían especialmente beneficiadas.
El umbral de los 50 años no es trivial si nos detenemos ante las circunstancias del organismo: se producen cambios metabólicos que aumentan la vulnerabilidad al colesterol alto y la salud cardiovascular entra peligrosamente en riesgo (si no dio síntomas con anterioridad) como consecuencia de hábitos tóxicos tales como la nicotina, el sedentarismo o una dieta no saludable.
Las voces expertas aseguran que abandonar el hábito, aunque sea en la mediana edad, puede frenar el daño acumulado y además activar mecanismos de reparación cardiovascular.
La relación entre el tabaco y el colesterol
El humo del cigarrillo contiene más de 7.000 sustancias químicas, muchas de las cuales alteran el perfil lipídico. Estudios de la Sociedad Española de Cardiología confirman que el tabaquismo reduce el colesterol HDL y eleva el LDL (perjudicial), favoreciendo la acumulación de placa en las arterias, con el consiguiente riesgo de desarrollar arterioesclerosis.
Si a esto añadimos que a partir de los 50 años el metabolismo se ralentiza, supone añadir un obstáculo más a la regulación del colesterol que de forma natural puede ejecutar el organismo. Así, continuar con el hábito tabáquico a esta edad supone multiplicar el riesgo de dislipidemia, es decir, de concentración elevada de colesterol y/o triglicéridos.
Beneficios constatados a las pocas semanas
A estas alturas ya nadie duda de que una vida sin tabaco supondrá disminuir el riesgo de sufrir algunas de las patologías crónicas más prevalentes en España, como el colesterol o la hipertensión. Ambas están vinculadas con el sistema cardiovascular. En esta línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que dejar de fumar reduce hasta un 50 por ciento el riesgo de enfermedad coronaria ya durante el primer año.
Un estudio publicado en Revista Española de Salud Pública ha revelado algunos de los beneficios más inmediatos que pueden calibrarse tras solo ocho semanas de abandonar el cigarrillo: los niveles de HDL aumentan hasta un 10 por ciento, lo que repercute en la limpieza de las arterias.
También se han constatado beneficios en cuanto a la reducción de la inflamación en el organismo. En concreto, en lo relativo al sistema cardiovascular, ya que el tabaco daña el endotelio vascular. Al abandonar este hábito tóxico disminuyen diversos marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva, vinculada a infartos.
Referencias
Ministerio de Sanidad (s.f.). Ayuda para dejar de fumar. https://www.sanidad.gob.es/areas/promocionPrevencion/tabaco/ciudadania/dejarDeFumar/home.htm